La estatura de la amistad. Acerca de las memorias de Bioy sobre Borges.
Durante 40 años, Bioy Casares registró minuciosamente su relación con Borges. Los diarios de Bioy sobre Borges fueron editados por su albacea literario, Daniel Martino, y reflejan una amistad a tiempo completo, con una frecuentación que solo se interrumpía en los viajes, y que conocía los más diversos ámbitos ya que cenaban juntos, escribían y trabajaban juntos en la editorial Emecé y la revista Sur.Los textos revelan lo que acaso fue la amistad vital y creativa más productiva de la literatura universal. También los muestra a ambos con una complicidad que tiene visos de estudiantina aún en la vejez de ambos: esos dos muchachos se divertían cayendo en picada sobre sus afectos más cercanos, desollando a los escritores que los rodeaban, cultivando el arte de la injuria en clave de insulto encubierto o de comicidad.La minuciosidad de Bioy para registrar los días de su amigo parece hablar, por momentos de una vida vicaria. Llama la atención, incluso, la indiscreción de Bioy para volcar al papel actos y opiniones de Borges a sabiendas de que ese trabajo sería publicado. Originalísimo como objeto cultural el Borges de Bioy se planta como una poderosa novela cultural que atraviesa cuatro tensas décadas argentinas. Mientras transcurren las charlas entre ambos sobre filosofía, en tanto disecan un poema con precisión, comentan la vida política apostillan sobre sus conocidos trajinan personajes como las hermanas Victoria y Silvina Ocampo, José Bianco, Estela Canto, Oliverio Girondo, Witold Gombrowicz, Rabindranath Tagore. Como si estuvieran flotando diariamente entre ellos, también pasan Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Dante, William Faulkner o Samuel Beckett.Con la escritura concisa y fragmentaria de los diarios, con opiniones y actitudes que generarán polémica, atravesado por el humor y aún la procacidad, con registros de lenguaje que se detienen en diversos niveles de la cultura argentina, Borges de Bioy Casares aparece como una portentosa infidencia.
1950 Miércoles, 28 de junio.
Borges llegó ayer de Tucumán. Contó que, recorriendo la ciudad con unos profesores, llegaron a un triste barrio de ranchos de paja (…). Uno de los profesores dijo: "Este barrio es muy peligroso. Hay muchos malevos", y aclaró que no había verdadero peligro de ser atacado por ladrones o asesinos, sino por homosexuales. "Todos los malevos son homosexuales". Ante la sorpresa de Borges, el doctor explicó: "La bicicleta excita al malevo. El movimiento, usted comprende. Además, el malevaje es muy inclinado al ciclismo. Si uno va en bicicleta y ve a otro de a pie, se ofrece a llevarlo. Los dos se excitan, dejan la bicicleta… Una vez, con el doctor X, vimos a dos malevos en una acequia. El doctor dijo: 'No hay por qué escandalizarse. Total a todos nos gusta'".
1954 Domingo, 20 de junio.
Borges me habla de un malevo Ibarra, a quien le gustaba disfrazarse: "¿Cómo no les va a gustar el carnaval? La idea que tendrán del cielo será el corso de Lomas". Yo había oído Ibarra y creía que a Néstor le gustaba disfrazarse. Borges: "Seguramente. Se ha de pasar todo el año esperando el carnaval". Martes, 7 de diciembre. Me cuenta la lectura de Manucho de unos apuntes para una novela en preparación: "No parte de una situación o de unos personajes. Parte de una situación que no es nada. Por ejemplo, una vieja que vive sola en una quinta. Después agrega episodios que le divierten, homosexualidad, porque es moderna (?), algunos muchachos que él conoce, la historia de ese príncipe portugués que fue al baile y que nadie se le acercaba porque no sabían cómo tratarlo, si de 'alteza', 'monseñor' o 'señor' y que al final se quebró ese hielo y conoció le tout Buenos Aires. Yo creo que escribe novelas porque es chismoso. Después el lector se pregunta lo que quiso decir el autor, y es precisamente lo que el autor nunca supo". Comenta también: "La gente dice que la Historia de la filosofía (o el Diccionario) de Ferrater Mora es bueno porque figuran en él las filosofías de España y de la América Latina. Es una idea muy casera. Buscan a Francisco Romero y lo encuentran. Es como si se alegraran de encontrar en una enciclopedia de medicina a la Madre María… La gente que elogia ciertas historias de la literatura en diez Es como una fotografía a la que le pegaran un pedazo para añadir personas que no salieron, o un cuadro alegórico al que se le agregara, para exponerlo en Buenos Aires, las figuras de San Martín y de Belgrano. Ha de haber una edición bantú, con un tomo sobre la literatura bantú, firmado por una autoridad caníbal, desnuda y retinta".
1956. Lunes, 8 de octubre.
Borges: "Estuve pensando que tal vez haya una ventaja en esto de Frondizi, y de Barletta y Martínez Estrada. Si fuera por nosotros, sólo se seguiría hablando de los robos del peronismo. Estos traen nuevas cosas y es como si la vida siguiera, como si ocurrieran nuevos episodios en la realidad, que dejan más lejos en el pasado a la época del peronismo. Además, hay que ver cuántas cosas pasaban entonces: muerte de Evita, incendio del Jockey Club y de los Comités, incendios de las iglesias. Ahora tiene que seguir pasando algo, para que no parezca que la vida se ha detenido". Hablamos de la Semana de la calle Callao, que ahora se cumple. Borges: "Qué idiotez esto de la Semana de la calle Callao. Qué difícil entusiasmarse. Todo empezó con los Amigos de la calle Florida. ¿Cómo no se dieron cuenta de que después iba a haber amigos de todas las calles?".
1957 Viernes, 14 de junio.
Borges me refiere: "Durante la comida, continuamente Manuel Mujica Láinez venía de su asiento a nuestra parte de la mesa. El propósito de estos viajes, que Mujica no ocultó, era tocar la nuca de un muchacho que lo emocionaba. 'Se parece a Belgrano', exclamó Mujica Láinez. '¿Usted, Manucho, admira a Belgrano?', preguntó Wally Zenner. '¿Cómo no voy a admirarlo? -replicó-: con esos muslos y con esas caderas'". Borges comentó: "Va Manucho al Museo de Luján y todas las antiguallas reviven. Manucho no mira los cuadros fríamente; es un contemporáneo de lo que está mirando".
Lunes, 2 de septiembre.
Me refiere que Miguel, su sobrino, compró en estos días una biografía de Gardel, de quien es muy devoto. "Ay -exclamó Miguel-, qué golpe. Se llamaba Gardez y había nacido en Provenza". Borges: "Le contesté que hubiera sido peor que fuera bávaro, o belga, o suizo; que uno pudiera preguntarle: ¿De qué cantón es usted?". Bioy: "Sin duda il roulait les erres (en alusión a cómo pronuncian la erre en el sur de Francia)". Borges: "Nunca lo vi. Una vez fui con Mastronardi a un cinematógrafo, a ver La batida, con George Bancroft; anunciaron que Gardel iba a cantar al final: nos fuimos sin oírlo, porque no queríamos que el efecto del film se nos arruinara". Yo dije, y mi padre confirmó, que durante mucho tiempo Gardel cantó vestido de gaucho. Era la época de Gardel-Razzano. Mi padre: "De aspecto, Razzano, a pesar de las dos zetas, era un poco mejor". Borges: "La cara de Gardel era la típica cara del otario. Malevo, sí, pero malevo soso. Quien tenía ese mismo tipo de cara, estúpida y abundante era Florencio Sánchez. Una vez, por cuestiones políticas, detuvieron a un grupo de personas, entre las que estaba Florencio Sánchez. El vigilante lo miró y le dijo: 'Vos no. Tenés demasiada cara de otario'". Bioy: "A mí, Gardel nunca me gustó mucho como cantor de tangos. Lo vi y no me dejó ningún buen recuerdo; más me gustaron Azucena Maizani, Sofía Bozán, Rosita Quiroga. De los cantores de antes me gustaba Alberto Vila: cantaba admirablemente Agua florida. Hablamos de la posibilidad de hacer una biografía de Gardel, en la que se dijeran cosas inconvenientes, como sin darse cuenta (que era provenzal, un troubadour, que se llamaba Gardez, que era el zorzal francouruguayo, etcétera)". (…)Sábado, 21 de septiembre. Sobre la conferencia que Jaime Dávalos dio hoy en la Biblioteca: "Usa con absoluta naturalidad expresiones como zamba adentro, tal como nosotros decimos tierra o mar adentro. La palabra baba le gusta mucho. Al final debí ofrecerle un babá con ron, hablarle de Alí Babá. (...) Por razones obvias, habló mucho del animal poeta. Dijo, sin la menor intención satírica, que el poeta hace pública su vida privada. Enseguida se refirió al gran poeta de nuestros ríos. Yo pensé: ¿Quién será? ¿Será Barbieri? No: era el sapo no sé cuántos (por 'El sapo cancionero'). Dávalos imitó el canto del sapo y después recitó un poema disparatado que le había dedicado. Contó anécdotas. Parece que tenía una estancia y que salía a trabajar al bosque, con los hacheros. (…) Todo eso estaba bien. Lástima que además recitara sus poemas". Dijo Borges que los poemas de Dávalos quieren ser musas de su tierra y que de pronto, como los de tantos otros, toman un tono lorquiano y español. Borges: "No ha de tener ninguna sensibilidad para las palabras". Bioy: "Y muy pocas lecturas. Leyó a Lorca y nada más. De inmediato agarró para ese lado. No puede prescindir de Lorca". Borges: "A Silva Valdés le pasa lo mismo. Qué raro, esa gente que para cantar a su provincia redacta un catálogo de animales y de plantas. En Zorrilla, como el verso fluye, esa terminología no es tan gravosa. En estos poemas en verso libre el mazacote se advierte". Bioy: "Quizá sea la versificación, en Zorrilla, lo que hace fluir todo ese material: en el verso libre, en cambio, no fluye; esos árboles, esos yuyos y esos animales en la realidad están más desparramados que en la página escrita. Dijo que el folklore es mucho más consciente de sí mismo que antes". Borges: "Se educan por la radio". Bioy: "Y el folklore de cada lugar ha de enriquecerse con el de otros lugares".
Miércoles, 25 de septiembre.
Borges me dice que el actor [Francisco] Petrone le ha propuesto que hagamos un libreto para filmar el Martín Fierro. Borges: "Tenemos que escribir hacia el tema, no desde. Hay que empezar con algo que muestre que no seguimos el libro, para que el espectador no haga comparaciones. No podemos mantener los versos, porque si no el film parecerá una ópera. Tal vez al final pueden ponerse algunos versos". Bioy: "Casi fuera del film. Casi a Hernández, en su hotel. Que el film se acepte como la vida de Martín Fierro, que luego versificó Hernández. Nadie cree que esa vida, de ser real, pudo transcurrir en verso". Borges: "Es mejor esto que si nos proponen Don Segundo. En Don Segundo todo se reduce a movimientos de hacienda, de acá para allá. Y después está esa relación desagradable entre don Segundo y el relator… Si aceptamos la proposición vamos a tener que trabajar en serio". Bioy: "Desde luego. No como para los cuentos de Bustos Domecq, últimamente, que trabajábamos muertos de sueño, una noche por mes". Borges: "Podríamos ir a tu estancia. Podrían tal vez filmarse allá algunas tomas. Es mejor describir el campo por fotografías que por frases. Se muestra un ombú y no debe uno escribir la palabra". Bioy: "No debemos parecernos a Jaime Dávalos".
Jueves, 26 de septiembre.
Hablamos del film sobre Martín Fierro. Borges: "Podríamos empezar un poco antes que el poema". Bioy: "Las escenas de felicidad, con la china, y cada cual levantándose de mañana a buscar su caballo, en un film nacional, pueden ser muy tontas". Borges: "Los versos son lindos, pero la escena… es casi la granja modelo. Una solución, serían los dibujos animados". Mi padre: "Es claro: 'Venía la carne con cuero, / la sabrosa carbonada y se la ve avanzar por sus propios medios'". Borges: "Se ve a Fierro como un gallo montado en un chancho. Otro problema son los indios". Bioy: "Aunque el país está lleno de gente aindiada, en nuestro film se les verá el tizne". Borges: "Petrone dijo: 'Hay que mostrarlos como sombras'". Bioy: "La vida en la frontera, será, entonces, una vida ociosa". Borges: "O si no podemos sugerir que todo lo importante ocurre en los márgenes de la pantalla. 'Voy a pelear con los indios'. 'Vengo de pelear con los indios'". Silvina: "Para indio tienen a Susana Bombal. Martínez Estrada sirve para Martín Fierro". Borges: "Para Cruz no sabríamos por quién decidirnos. ¿[Los editores Gonzalo] Losada o [de Sudamericana, Antoni] López Llausás?". Bioy: "Podrían aprovecharse los pieles rojas de una película norteamericana". Borges: "Es claro. Hacer una suerte de centón. Tal vez convendrían más los esquimales, porque la gente no los reconocería como pieles rojas. Para el Viejo Vizcacha -el personaje filosófico que interesa a Petrone, ¡qué idea de la filosofía!- habrá algún putito de la Sade. Y con Sábato, ¿qué hacemos? Me han dicho que está pobrísimo. Traté de compadecerlo pero no puedo: es difícil compadecerse de Sábato". Silvina: "¿Y qué tal es, como persona, Petrone? ¿Es antipático?". Borges: "Antipático, no, pero la conversación con él está llena de desencuentros. En realidad, va a ser muy difícil de hacer el film. Pensá: cuando se vea el ejército, la bandera argentina, y la gente tratando de huir para que no la enganchen. Va a parecer un ataque contra el ejército, en favor del Descamisado…".Bioy: "La posibilidad está en el libro". Borges: "Habría que mostrarlo a Fierro como a un hombre a quien el azar de las circunstancias va convirtiendo en criminal y después se le descorre el velo, comprende lo atroz de su destino y habla. Un personaje de Bernard Shaw es nuestra única posibilidad. Los consejos que da, entonces, deben ser verdaderos, no como los que da el libro, tan de ocasión. De todos modos, no veo cómo vamos a evitar que se vea ese destino como el de un peronista perseguido por la sociedad y el ejército: se verá al ejército en un mal papel y se pensará que es un ataque al ejército de hoy". Bioy: "Habría que mostrarlo en un mundo tan duro que no se tome como metáfora de otro". Borges: "Sería un mundo muy duro". Bioy: "Mostrar un destino individual. Como en las novelas de Faulkner". Borges: "Sí, hechos que ocurrieron una sola vez; esa sola vez".
Fuente: http://sololiteratura.com/arlt/arlteldiario.htm
Borges y Bioy: recuerdo de un aprendizaje
Por Antonio Muñoz Molina
Las novelas celebradas en la cultura de la resistencia, influidas por las teorías francesas, eran ilegibles, hasta que el boom latinoamericano lo sacudió todo y, más tarde, a pesar de las diferencias ideológicas, el tono de Borges cautivó a una generación de intelectuales
En la mañana invernal de Madrid salgo feliz de una librería llevando bajo el brazo el volumen recién aparecido en España de los diarios de Bioy Casares sobre Borges. Salgo con impaciencia, con gula lectora, y de camino hacia casa ya empiezo a leer este libro ingente que parece un libro de arena, la novela río de una amistad de más de medio siglo, de una conversación tan larga que atraviesa las vidas enteras de quienes la mantuvieron. La impaciencia, la felicidad, son idénticas a las que recuerdo de hace treinta años, cuando en otra ciudad y casi en otra existencia -en Granada, siendo un estudiante distraído y un aficionado pasional a la literatura- iba por la calle con mis libros recién adquiridos de Bioy o de Borges, los delgados tomos de Alianza en los que fui descubriendo sucesivamente El Aleph, Ficciones, El sueño de los héroes, La invención de Morel, los cuentos amorosos del uno y los poemas del otro, los ensayos y las antologías que eran puertas de acceso hacia otros escritores y otros libros: Chesterton, Kipling, Gibbon, Stevenson, los novelistas policiales del Séptimo Círculo, los narradores más o menos apócrifos de la Antología de la literatura fantástica.
3 comentarios:
Que lindo BIOY sobre Borges dos grandes,la revolucion cubana trajo esa oleada cultural latinoamericana,pero estos dos maestros..como dice Charly Garcia cuando miro las nuevas olas yo ya soy parte del mar jajjaja,que mezcla Charly,Bioy y Borges.
Gracias Pupis por tanta enseñanza.
marian
Que lindo BIOY sobre Borges dos grandes,la revolucion cubana trajo esa oleada cultural latinoamericana,pero estos dos maestros..como dice Charly Garcia cuando miro las nuevas olas yo ya soy parte del mar jajjaja,que mezcla Charly,Bioy y Borges.
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