viernes, septiembre 29, 2006










































(reportaje)




LAS ALAS DEL MURGUERO
DANIEL REYES "PANTERA"





Debutó en la murga escapándose con Los Ambiciosos de Villa Martelli y a los veinte años organizó su propia agrupación. Fue uno de los líderes de la hinchada de Platense y hoy les da agua mineral a sus murgueros y combate a las drogas. Cuando baila parece que flota en el aire y resulta imposible no quedar prendado por su arte. Sueña con que algún día se identifique a Saavedra con el Polaco, con Platense y con su murga, Los Reyes del Movimiento. Ignora que eso sucede.
En una época en la que resulta conflictivo intentar definiciones sobre el verdadero significado del llamado arte popular, el caso de Daniel "Pantera" Reyes, es uno de los pocos que no ofrece lugar a dudas. El hecho de ser testigo de una actuación de Los Reyes en movimiento, y de encontrarse con su presencia, remite inmediatamente a ese codiciado terreno del "arte Popular". Pantera baila, sonríe, deja que sus manos vuelen hacia arriba, mientras se agacha levemente y levanta sus piernas como si estuviera flotando. La belleza de sus movimientos es conmovedora e inigualable. Tanto en los momentos de explosión y potencia, como (y acaso sobretodo) en los pasajes lentos y melancólicos, de esos que suelen alternarse en la estética murguera. Es allí donde Pantera se planta con su propuesta más original y creativa, con un sentido de la armonía digno de los más exigentes coreógrafos. Pero claro, todo esto pertenece al mundo de las murgas y se sabe que este mundo estuvo durante muchos años marginado y subestimado. A partir de cierta recuperación de este universo, vinculado a la tradición porteña y al rescate de la alegría, es que es posible acceder a propuestas de verdadero arte popular, como las de Pantera.
Los Reyes del Movimiento de Saavedra usan los colores celeste, amarillo y rojo. Pantera lleva un escudito de Platense en el lugar del corazón y un imagen de Goyeneche en la espalda. Esos colores están instalados en cientos de pibes como los colores de la murga del barrio, del mismo modo que el otro tiempo lo estuvieron el rojo y azul de Los Curdelas . "Me acuerdo que entraban al Barrio Mitre - dice Pantera evocando aquellos años -, a la Calle del Medio, y que todo era rojo y azul, rojo y azul..."
-¿Esos son tus primeros recuerdos de la murga?
-Sí, Los Curdelas. Por eso yo en el recitado digo "...Hoy somos tus nietos, [que] te han de recordar...". Es porque lo siento así, a pesar de que yo no salí en ese murgón, con esos dados y esos abanicos, yo estaba ahí. Me acuerdo que caían las lentejuelas y para mí, las lentejuelas eran un tesoro. Me las guardaba en el bolsillo y era capaz de tenerlas hasta el otro carnaval. Para mí eran una cosa muy valiosa, y hoy veo que están en mi cuerpo. Me acuerdo que una vez me encontré un arito, que después me encontré que era del Cabezón Lito, y era un arito que no valía un peso, pero para mí era una reliquia. ¡Era de un Murguero!. Después jugábamos, los imitábamos, hacíamos estandartes con los tachos de basura, levitas con papel de diario. Lo siento como si fuera algo mío, por eso si veía a Los Curdelas medio bajoneados me dolía. Me siento como un integrante de Los Curdelas. Los que llevo acá adentro de mi corazón son Los Curdelas, la murga que más recuerdo.
-¿Qué nombres había en ese murgón?
-Había directores como Quelo, Teite, Lito Sosa, Ezequiel. También estaban la gorda Ana, Meca, la Colorada, Fito Bompart, "Ay mamá, qué alegre este murgón." - canturrea Pantera evocando aquella murga de los años ´60. "Ay mamá, me quiero divertir, con Fito y sus Curdelas..."

EL SUEÑO DEL PIBE

-¿Cómo fue la primera vez que saliste en una murga?
-La primera vez fue escapándome. Tenía trece años. Hablé con mi vieja y le dije que no aguantaba más y me escape y me fui. Mi vieja me dejó, pero me dijo que no le dijera a mi viejo. Después lo aceptó. Fue con los Ambiciosos de Villa Martelli. Llevaba el dado, llevaba el globo, no me importaba, salía igual. Era murguista. Hasta que me gané el lugar para empezar a bailar. Desde ese día hasta hoy no falté un sólo día de carnaval.
A partir de allí cuenta Pantera que no faltó un sólo día de carnaval. Anduvo con Los Elegantes, con Los Curdelas, hasta que en 1981 armo Los Rejuntados. Pasó que ese año venían de San Martín y sacaban una agrupación que se llamaban Los Cariocas. El cantante era el Negro Rico, pero Rico se tuvo que ir y los muchachos se hicieron solidarios con él. "Ese año Rico era el mejor cantante que había y era de Saavedra, así que decidimos apoyarlo. Vino a mi casa y en dos días armamos Los Rejuntados".
-Eran muy jóvenes...
-Yo tenía 20 años. En ese momento no sabía nada. No sabía dónde se compraban los bombos, la ropa, nada. Hasta ese momento para nosotros la murga era una magia, porque venían los grandes y nos traían los bombos, los platillos, las canciones hechas, y nosotros lo único que teníamos que hacer era bailar. Aparecía de golpe y cuando terminaba el carnaval desaparecía. Yo estaba juntando plata para sacar una murga. Vendía helados y compraba dólares. El sueño de otros pibes era comprarse una moto o un auto, el mío era sacar una murga. Ahí participó todo el mundo con la ropa que tenía. No había una ropa uniforme. Había ropa de Los Elegantes, de Los Ambiciosos, de los Curdelas. Los grandes nos decían que estábamos locos que juntáramos ciento ochenta personas en cuarenta y ocho horas. Estuvo Rico, Mario Patón; creo que estuvo Cacho Yacob, Juan Toronja tocaba el bombo; debutó Alejandro Cirelli cantando, que tenía catorce o quince años. El nombre de Los Rejuntados se los puso mi vieja.
DIEZ LEVITAS MARRONES Y BLANCAS
-¿Te acordás dónde fue la primer actuación?
- Fue en El Pinocho. Estaba todo Saavedra. Esa fue la base de sacar Los Calamares; Claudio Spinelli consiguió las diez levitas marrones y blancas y al año siguiente nacieron Los Calamares. Duraron desde 1982 a 1985. Terminó con una pelea. Era un nombre muy embromado. Eran problemáticos el nombre y los colores, y muchos no lo supieron entender. Eramos de Platense, pero teníamos cosas en común con otras murgas, como por ejemplo el ser murguero. Fue una pelea entre pobres. Tuvimos que cambiar el nombre. Todavía me acuerdo del corso de Boulogne cuando Los Calameres daban toda la vuelta. Algunos fantaseaban con que llegamos a ser cuatrocientos, pero no creo;habremos sido doscientos y pico. Hoy los Reyes son ciento ochena pero hay sesenta o setenta mascotitas. En esa época éramos todos grandes.
LOS MORENOS DE SAAVEDRA
Habla con cariño y con nostalgia de Los Calamares, acaso con cierta tristeza, algo que sólo puede ser modificado por la realidad que supuso el nacimiento de Los Reyes del Movimiento.
-¿Después de Los Calamares nacen Los Reyes?
-Sí, en 1986 nacen Los Reyes del Movimiento. Esa ya fue otra historia y otra mentalidad. Yo soñaba con que la Murga de Saavedra fuera Los Calamares; ahora sueño con que cuando se hable de Saavedra, se hable del Polaco, de Platense y de los Reyes del Movimiento.
-El gobierno militar eliminó el lunes y el martes de carnaval. Al margen de esa prohibición, ¿como fue es época para los murgueros?
-Yo creo que ignorábamos muchas cosas. Las críticas estaban referidas más al tema económico que a los desaparecidos. Sobre todo a Martínez de Hoz. Había una canción que decía, "Ahora vamos a criticar/ Y esto no es una obsesión/ A un ministro muy querido/ Que le dicen orejón/ Al decir que es muy querido/ Yo no estoy equivocado/ Porque todos lo queremos/ Lo queremos ver colgado". En 1982 y 1983 se empezó a saber un poco más y empezaron a hacerse otras letras: "Siete años de tortura/ Fueron las que nos tocaron/ Mientras que un orejudo/ Preparaba los afanos". Hoy existen un montón de críticas de esa época.
-¿Hay una forma de bailar murga de "Saavedra"?
-Sí, yo aprendí mirando al Bocha, que bailaba "de abajo". El murguero de Saavedra se caracteriza por bailar de abajo. Con mucho movimientos de piernas y de cadera y medio agachado. Es una mezcla de la cultura negra con la murguera. Hoy lo ves a Chiquitín y tiene esa forma, que es forma de Saavedra. Y la "matanza" ( la explosión final) es en el aire.
-Vos utilizás mucho las manos como parte del baile.
-Eso lo aprendí de Fasulo, que era de La Paternal.
Así como el tango desarrolló todo un culto a la nostalgia y a los amores perdidos, la murga canalizó ese sentimiento hacia las agrupaciones de antaño y en especial el recuerdo emocionado a los viejos cultores del género. Muchas agrupaciones tienen alguna canción en la que recuerdan y homenajean a los viejos murgueros. Pantera, fiel a esa tradición no pierde oportunidad para recordar a los mayores. Habla de Ñamuña, de los Conde, de Memo, y reconoce en Fasulo y el Bocha a sus maestros en la danza. Dejando todo el talento que sumó él, y toda la sabiduría que le posibilitó rescatar lo mejor de cada uno transformarlo y darle su propia personalidad.
Hace un tiempo Pantera deslumbró a quienes lo vieron con un propuesta que años atrás hubiera sido rechazada por toda la comunidad murguera, por inviable. Realizó una versión del Bolero de Ravel, con coreografía de murga. Para eso unió su baile al de Silvia Lescano, un bailarina clásica, quien aparecía en escena con los primeros compases del Bolero, con el torso desnudo, pero sugestivamente pintado de plateado. Allí llegaba el principe Momo para seducirla, y envolverla con los pasos de danza. Así terminaban los dos, mezclando ambas estéticas en una síntesis alucinante y revolucionaria. De esa manera va buscando continuamente nuevos horizontes ya sea imaginado que baila el Bolero o Zorba el Griego, o pensando en volver al bombo y platillo, luego de haber innovado con la introducción del surdo (el bombo alto que se toca colgándose de un costado, con una maza y la mano sobre el parche) o los cencerros, hábitos que imitaron otras
murgas de otros barrios.
DIFERENCIAS
-¿Qué otras innovaciones hicieron Los Reyes?

-Al introducir el surdo hicimos un ritmo que es muy característico nuestro. Muchas veces cuando en otros barrios hacen ese ritmo, dicen: "Ah, es el ritmo de los Reyes." También innovamos con la mujeres bailando igual que los hombres, y ahora estamos empezando a incorporarlas al canto. El baile individual era algo que existía sólo en los ensayos, pero nosotros lo introdujimos en las presentaciones.
-¿Es cierto que los Los Reyes toman agua mineral?
- Sí, me costó muchísimo imponerlo, pero ahora me los agradecen, porque cuando están muy cansados, el agua los oxigena. Por supuesto que cada uno toma lo que quiere fuera de la murga, pero cuando actuamos, lo que circula es el agua.
-¿Qué pensás de la droga?
-La droga la introducen para que la juventud no piense. Así lo engañan. Los que se drogan, alimentan a los otros, que se las dan de decentes y después critican. Yo sé que cada uno es dueño de su vida, pero yo lucho contra eso porque se enferma a la juventud y después es más fácil engañarlos.
Pantera tiene tres hijos, "y los tres son murgueros", aclara, Anabella, de 17, "es un motor, me ayuda mucho. Es media murga. en el 81 cuando armé mi primera murga. Los Rejuntados, Anabella estaba en la panza de la madre. El carnaval terminó el 15 de marzo y ella nació el 16. Esperó que terminara el carnaval. Se ve que ya conocía la locura y esperó a que terminara". Después viene Alexis que tiene once años y Agustina de nueve. "Yo estoy muy agradecido porque me aguantaron muchas locuras. Uno ve muchas injusticias y se las agarra con los que tiene cerca, con la gente de más confianza, los amigos. pero soy loco por ellos, también. Tal vez nunca les dije que los quería mucho. Yo hice muchas locuras y ellos me bancaron mucho. Fabián Gómez, Julio, Alejandro, Ana Rodriguez, Diana Silca..., eran mascotas y hoy los veo grandes, con familia, es algo hermoso lo que me está pasando.
-¿Para qué sirve la murga?
-La murga le sirve a los chicos que tengan autoestima. Saben que pueden servir para algo. Sirve para alegrar a la gente, que no cualquiera lo hace. Es otra oportunidad que tienen.

Autor: Raimundo Rosales (Publicado en La Luna de Saavedra)
Primera imagen: Cristina Arraga - 1998 - Mi Levita de Heredera
Segunda imagen: Tomada de solomurgas.com

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