lunes, agosto 27, 2007

- Yo pienso que este espectáculo es un verdadero antes y después no sólo por la estética murguera de tres barrios distintos que se muestran sino por la manera cooperativa entre agrupaciones en que está hecha. ¿Coinciden con esta visión?
H: No me parece así en este aspecto. Ya habíamos trabajado con otras murgas en forma independiente haciendo teatro o diferentes espectáculos fuera de la época de carnaval. Aunque sí creo que hay un después al ver que gente del teatro como lo es Claudio Gallardou
[1] se inserte y trabaje a la par de los murgueros sin importarle el dinero que pueda ganar por el espectáculo. Esto es una nueva experiencia para él y también para todos nosotros que nos sirve para crecer como murga.
O: Yo coincido parcialmente. Sí es algo distinto el hecho de que interactúen sobre un mismo escenario tres tradiciones tan distintas pero respetables en su esencia que es la misma, la murga. Con referencia al cooperativismo entre agrupaciones viene surgiendo desde hace un tiempo. Los diferentes festivales que se organizan lo demuestran.
- ¿Qué otros miembros de la familia de ustedes participan? ¿Qué hacen en la obra?
O: Matías, mi hijo. Tiene dieciséis años y es uno de los bailarines.
H: Sí, Matías, que es mi ahijado.
- ¿Cómo se eligieron los temas que interpretan Los Viciosos en el espectáculo? ¿Los propusieron ustedes o se eligieron de manera colectiva?
O: La intención de Enrique era mostrar un repertorio bien tradicional de los Viciosos, un repertorio de antaño como lo son los tangos y milongas y estuvimos de acuerdo con sus elecciones a pesar que a veces es difícil conformar a todos.
H: Desde un primer momento Quique nos dijo que quería mostrar la murga como era antes y que quería realizar los temas que nosotros hacíamos hace diez años atrás más o menos. Nosotros le dimos una carpeta con variados temas y le dejamos a él cómo director de la obra que los elija.
- ¿Qué desafíos se les plantearon cuando decidieron participar? ¿Hubo algo que suscitó alguna dificultad especial?
H: El desafío principal fue dejar bien parados a los Viciosos de Almagro como murga. Esto independientemente de que se haya formado un pequeño elenco ya que para carnavales somos ciento veinte personas que representan a la murga. Las dificultades que se nos plantearon fueron todos los meses de ensayo y parates en el medio que tuvimos por problemas de lugares o de tiempo para juntar a todos. Algunos se bajaron del proyecto por cansancio o por no cerrarles lo que estábamos haciendo. Es muy difícil para la gente recibir órdenes o sugerencias de alguien que no pertenece a su murga y que entienda que lo que le están diciendo es para mejorar su pasada durante el espectáculo.
O: El principal desafío fue el de seleccionar a los integrantes de este espectáculo sin herir los sentimientos de los que no forman parte. La dificultad más grande fue el poder juntar al elenco completo en un tiempo de ensayo muy largo y luego el problema natural que poseen todas las agrupaciones de carnaval, que son los lugares de ensayo.
- Todos los que participaron en la obra parecían moverse como peces en el agua. Como nacidos para el escenario. En el caso particular de ustedes: ¿Qué cosas que aprendieron en la murga los ayudaron a componer sus personajes?
O: El ensayo es lo que te da la seguridad sobre un escenario, y nosotros lo hemos tenido durante largo tiempo para esta obra. En mi caso ser una de las voces. Siempre independientemente del ámbito en el que estemos voy a dar todo de mí para el disfrute del espectador.
H: Después de tantos meses de ensayos si no se movían como peces en el agua era porque nacieron para pescados. (¡Jajaja!) Igual solamente estando adentro se sabe qué es lo que realmente salió mal y quizás pase desapercibido para el ojo del público. Yo traté, desde un primer momento, de hacer lo mismo que hago durante los carnavales y es lo que nos pidieron desde la dirección de la obra: que volquemos en el escenario lo que sabemos hacer y ponerle la mayor de las garras para que salga bien.
- El pequeño y excepcional bombista que hace el solo de bombo impresiona. ¿Quién es y cómo se decidió su participación?
O: Si mal no recuerdo Héctor convoco a Alan para que Quique lo viera y no se equivocó. Tiene un don especial, como pocos lo tienen, y una seguridad muy grande, que se nota viéndolo en el escenario.
H: Alan es un capo. Es el hijo de una de las integrantes de la murga y ya en carnavales salió tocando a la par de todos los bombistas en los corsos. Después de los carnavales – cuando volvimos con los ensayos del teatro – Molina apareció con la idea del taller y nosotros decidimos sumar a Alan al mismo. En esa parte de la obra, la del taller de murga en donde se hace una breve pasada de todo lo que tiene que haber en la actuación de una murga faltaba la mascota. Le sugerimos a Quique que lo viera y se lo llevamos a uno de los ensayos. Quedó asombrado y se decidió su inclusión. Tiene un oído que hasta el director de bombos de la murga lo envidia. Pidió entrar solo a tocar porque no quería tener que seguir a nadie en su pasada. Les dijo a los otros bombistas que solo le avisen cuando tenía que terminar. La madre y el tío también están dentro de la obra como bailarines. Lo que más valoro yo de Alan es que se aguanta más de una hora y media de espectáculo para poder aparecer tocando tres minutos. ¡Si a veces es cansador para nosotros imagínate lo que será para él!
- ¿Qué cosas les parece que permite contar Centro Murga Buenos Aires y qué cosas permite mostrar?
O: Cuenta como es una actuación de murga en todo su contenido detallando cosas que muchas veces pasan desapercibidas en un corso. Muestra tres estilos bien distintos de una forma prolija donde uno puede disfrutar tranquilo y cómodo en una butaca sin nieve de por medio, la tradición murguera de barrios arraigados e históricos en este género.
H: Muchos piensan que todas las murgas hacen lo mismo. Este espectáculo permite mostrar tres estilos diferentes de hacer murga: tres ritmos, tres bailes, tres estilos de canciones y tres barrios de peso en lo que a murgas se refiere. Y lo principal para mí es que muestra que las murgas porteñas si se lo proponen pueden hacer un espectáculo de gran nivel y para que cualquiera pueda verlo e entenderlo. (No solamente el murguero lo puede disfrutar.) Cuenta como era la murga porteña hace diez años atrás; explica, en el taller que forma parte de una actuación de murga porteña, y reflota cosas perdidas como las parodias e imitaciones – los homenajes o las críticas picarescas que tanto han dado que hablar en el foro.
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