lunes, septiembre 21, 2009

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Yente, entre las pioneras

ALBERTO GIUDICI.

El, Juan del Prete, uno de los grandes nombres de la plástica del siglo XX, fue el primero que realizó una muestra de arte abstracto en la Argentina, en 1933. Ella, Eugenia Crenovich (Yente), su esposa durante casi medio siglo, fue la primera mujer que se aventuró por el terreno de la abstracción al promediar la década del treinta y la osadía de exponer en la Galería Müller, allá por 1945. No se trata de una mera reivindicación de "género", pero en nuestra pacata Reina del Plata las pioneras que siguieron los pasos de Lola Mora y transgredieron el canon asignado socialmente no fueron muchas: Raquel Forner, Noemí Gerstein, Cecilia Marcovich, Alicia Penalba, y la lista no se ensancha mucho más entre las que dejaron de lado la pintura símil bordado, poblada de delicados arreglos florales, para incursionar sin retaceos en las distintas vanguardias. Y aunque la abstracción acumulaba en Europa dos respetables décadas de vida, acá su sola mención sonaba a mala palabra: "futurismo" era el equívoco término con el que la crítica solía englobar en forma peyorativa todo lo que tenía el desagradable tufillo de lo nuevo. Yente, en esa camada, se contó entre las más radicales.
Nacida en el seno de una familia de inmigrantes judíos llegada a fines del siglo XIX, su acercamiento a los postulados de la abstracción arranca en 1935 cuando conoce a Del Prete, con quien se casa dos años más tarde: una muestra en la galería de la revista Sur, donde éste mostraba su reciente producción, la deslumbró a tal punto que dejó a un lado el recetario clásico aprendido en Buenos Aires con Vicente Puig y en Santiago de Chile en la Academia de Bellas Artes. La invención de las formas, a veces con reminiscencias de la realidad, otras por el puro juego de las relaciones plásticas, será el camino que abonará una dilatada producción, que se extiende hasta su muerte en 1990.
Del Prete, que residió en París hasta 1933, donde se había vinculado con la asociación Abstraction-Création, mantuvo una fluida relación con Joaquín Torres García, con quien compartió una muestra en la galería Zak en 1930, pero no había tenido mayor contacto con la nutrida colonia artística argentina, que luego, ya de regreso, se conocerá como el Grupo de París. Secundado por Yente, Del Prete fue un solitario, desdeñado por la crítica local. Recién en 1945 su condición pionera le fue reconocida por un audaz grupo de jóvenes artistas que llevaron los postulados de la no figuración por nuevos senderos dando nacimiento a la Asociación Concreto-Invención. Este contacto, señala Lauría, "sacó a la pareja del aislamiento estético en que se encontraba, dando comienzo a una genealogía hoy reconocida por la historia del arte argentino". Buena parte de las obras de Yente ahora exhibidas evidencian la influencia de los concretos, sobre todo por el sólido trazado geométrico de los planos y las relaciones cromáticas. Sin embargo, lo más interesante de su labor es cuando, desde mediados de los 40, utiliza un aglomerado llamado celotex, que ella va desbastando, trazando en la superficie del cuadro un puzzle de formas lobulares, de distintos niveles, texturas y coloraciones que adquieren mayor o menor relevancia de acuerdo con la luz ambiente. Por momentos tienen la compacta estructura de los ideogramas mayas, aunque sin ninguna connotación figurativa. En otros, cuando recurre a tintas y pasteles, puede vérsela anticipando los nuevos derroteros que a partir de la década siguiente se conocerán como "abstracción lírica". Al igual que su célebre esposo, Yente no se atuvo a ninguna fórmula excluyente. De ahí que su lugar en el universo de la abstracción aún espera el reconocimiento que ahora, comienza a abrirse paso.
Fuente:


Años fructífieros - Yente






Lidy Prati
Resistencia - Buenos Aires (1921 - 2008)

Sin una formación artística académica, Prati se integra en la vanguardia invencionista argentina en 1944 con la edición de la revista Arturo. Es autora de las viñetas para el único número de esta revista. En noviembre de 1945 integra la Asociación Arte Concreto-Invención y firma el Manifiesto Invencionista publicado en la revista Arte Concreto Nº 1, en agosto de 1946. Durante los años 40 participa en las exposiciones de la Asociación Arte Concreto-Invención y, en 1950, integra Arte Concreto, muestra realizada en el Instituto de Arte Moderno de Buenos Aires.
Su obra -que explora un amplio repertorio de formas geométricas, bandas de colores y juegos de yuxtaposiciones- despierta el interés del artista concreto suizo Max Bill. En 1951 colabora en la revista cultural Nueva Visión. También trabaja como diseñadora, tanto en las artes gráficas como en el diseño de joyas. En 1952 viaja a Europa, visitando varios países en donde toma contacto con los principales referentes del concretismo internacional; entre ellos Georges Vantongerloo. A instancias de Aldo Pellegrini, en 1952, forma parte del Grupo de Artistas Modernos de la Argentina, junto a Maldonado, Hlito, Iommi, Claudio Girola, Antonio Fernández Muro, Sarah Grilo y Miguel Ocampo, participando de las exposiciones realizadas en Buenos Aires, Río de Janeiro y Amsterdam.En 1954 presenta en la II Bienal Internacional de San Pablo trabajos que muestran su inquietud por la problemática del color. En 1963 toma parte en 20 Años de Arte Concreto, organizada por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, exposición para la cual también diseña el afiche y el logotipo.
Su obra es incluida en Latin American Artists of the Twentieth Century, realizada en el Museum of Modern Art de Nueva York (1993) y en Art from Argentina 1920/1994 inaugurada en el Museum of Modern Art de Oxford en 1994, muestra itinerante, que luego de recorrer varios países europeos, en 1995 finaliza en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires.
Recientemente participa en la exposición Abstract art from Río de la Plata. Buenos Aires and Montevideo 1933/53, en The Americas Society, Nueva York, 2001.

Arturo - Lidy Prati

Adriana Lauria: "Yente es una artista a redescubrir"
La curadora de la impactante muestra que Yente y Lidy Prati comparten en el Malba revela la importancia de una artista a quien la falta de visibilidad de sus trabajos y la preponderancia del plástico Juan del Prete, su marido, le impidieron hasta hoy brillar en su merecida magnitud.
Por: Román García Azcárate


La voz unánime de la crítica especializada destaca en estos días el valor de la exposición conjunta que reúne en el MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, a dos grandes de la plástica argentina: Yente (a quien menos se conoce por el nombre de Eugenia Crenovich) y Lidy Prati. Ambas mujeres, ambas esposas de artistas muy destacados, ambas enormemente talentosas.
Recordada en el Malba por su exitosa muestra Correlatos de homenaje a Antonio Berni hace escasos años, Adriana Lauria, curadora esta vez de la producción de Yente en la exposición conjunta con Prati —a cargo de María Amalia García—, habló con Ñ (ver video) y desgranó detalles de una parte de la vasta obra expuesta. También la situó en el trascendente movimiento de arte abstracto latinoamericano, despegándola, a un mismo tiempo del arte concreto al que Crenovich estuvo vinculada y que constituye uno de los campos de expertise de Lauría.
Las obras de Yente seleccionadas por Lauria son unas 50 o 60 sobre alrededor de 80 posibles y exhiben la gran riqueza, diversidad y libertad de que era capaz la autora. Hay óleos sobre tela, témperas, acuarelas, dibujos sobre papel, tapices, esculturas, y trabajos corpóreos en celotex, un material aglomerado que le vino de maravillas para trabajar con volúmenes pese a su escasa fuerza física.
Otro grande, el pintor, fotógrafo y escultor Juan del Prete, parte de cuyas obras forman parte de la introducción a la copiosa exhibición de Yente actualmente en el Malba, a la par de cuatro cuadros de Pettoruti, opacó en vida el brillo artístico de su compañera, casi como Maldonado lo hizo con Prati, la suya. Pero ni siquiera la complicidad consciente e inconsciente de estas mujeres con sus parejas, la automarginación y las ideas o las presiones de género que gravitaban más aún en el tiempo que les tocó transitar permitieron que ese "cono de sombra" que Adriana Lauría menciono distintas veces a su largo de la charla siguiera perpetuándose desproporcionada e injustamente, en perjuicio del arte y de sus espectadores. Sus trabajos, abiertos ahora al mundo como nunca antes, así lo prueban.
Fuente y video:
El rescate de dos artistas pioneras del arte abstracto
Se exhiben en el Malba pinturas de Eugenia Crenovich (Yente) y Lidy Prati.

Hay buenas artistas mujeres? "Qué pregunta tonta", dirán. Sin embargo, la respuesta oficial tardó años en llegar. Pero cuando lo hizo, es en la forma de una exposición de arte tan rotunda como "Yente y Prati", que se exhibe actualmente en el MALBA y que responde de forma clara a una pregunta boba como esa. Es una respuesta a través de la pintura, del arte, de las excepcionales obras de dos mujeres artistas también excepcionales, Eugenia Crenovich ("Yente") y Lidy Prati.
Argentinas, nacidas a principios del S. XX y en pleno desarrollo de sus vidas y carreras en los años 40´ y 50´, estas mujeres podrían haber sido, como la mayoría, amas de casa. Pero no, eligieron ser artistas. Entonces, esta exposición nos cuenta de las pinturas que ellas hacían pero también nos dice ¡atenti con el canon social de la época, ése que decía que las mujeres se quedaban en casa, tenían hijos y apoyaban al marido! Porque ellas se animaron a salirse de él. ¿Hay "consecuencias" en esta historia? Siempre hay consecuencias.
La primera es que, con décadas de demora, recién ahora se empieza a ubicar de manera oficial, dentro de la historia del arte nacional, la obra de estas artistas, muchos años después de haber sido pintadas. ¿Sexismo? ¿Problemas de género? La verdad es que estas mujeres quedaron muy eclipsadas a la sombra de sus maridos, los renombrados pintores argentinos Tomás Maldonado y Juan del Prete. Y, a pesar de haber desarrollado sus carreras a la par de la de ellos, ni Yente ni Prati son, hoy en día, tan reconocidas. Para nada.
or eso hay tres posibles maneras, al menos, de recorrer la muestra y comprenderla: una es mirando los cuadros como obras de arte en sí. Son cuadros originales, con riesgo. Yente fue la primer artista mujer del país en hacer arte abstracto, lo que -en esa época- era despreciado por la mayoría.
La segunda opción es mirar los cuadros y relacionarlos con la historia personal de cada una de ellas. La tercera opción, aunque un poco más complicada, es cruzar todas las anteriores. Y esto es lo que intentan hacer los curadores de la exposición, Marcelo Pacheco, Adriana Lauria y Amalia Garcia.
Aunque la muestra no es una toma de posición feminista, es imposible no reconocer las desigualdades de género latentes en la historia y, por supuesto, también en el arte. "Sus vidas como pintoras no estaban alejadas de sus vidas como mujeres sino todo lo contrario", refiere García. Por ejemplo, en el caso de Prati, tanto su vida con Juan Del Prete como su separación fueron claves en el desarrollo de su obra, "así como su condición de artista mujer." De hecho, cuando Prati se separó de Del Prete fue dejando de a poco la pintura y se dedicó a tareas administrativas. Su arte se fue apagando y su obra dejó de exhibirse. Falleció el año pasado.
El caso de Yente es un poco distinto: ella logró hacer una carrera de artista profesional bastante exitosa, hasta su muerte, en 1990.
Por ser figuras del escenario local, sus huellas todavía están por la ciudad. No estamos hablando de lejanos mitos de militantes feministas, sino de dos mujeres comunes, inteligentes, con talento, que se casaron con dos artistas también inteligentes y con talento. ¿Por qué, entonces, la diferencia de caminos? "La naturaleza de las sociedades donde se produce arte no ha sido sólo, por ejemplo, feudal y capitalista, sino patriarcal y sexista", sostenía la historiadora sudafricana Griselda Pollock, y citan en el catálogo las curadoras. Los grupos de artistas donde se movían estas chicas actuaron ese canon y Lidy Prati también lo hizo. "Las posibilidades de cuestionar ese modelo de masculinidad no podía ser dentro del grupo de artistas concretos", aclara García.
En 1952, Prati recibió una carta de George Vantongerloo, el famoso artista europeo que le decía: "En el fondo, uno nunca debe de manifestarse de manera espectacular." A pesar de sus intenciones de discreción, las pinturas de estas artistas pesan por sí solas y actúan como imanes poderosos dentro de las salas del MALBA. Todo un tesoro que se abre para que lo conozcamos. Toda un arca de Noé.
La muestra en el MALBA: