martes, agosto 26, 2008


Fotografía de Delia Balido


"...Además de tus sonrisas
Además de tus dolores
Vas a copiar del Templo de Momo
Un amor salvaje y el pulso del trip..." *


El Golpe al Plexo.
Impresiones sobre el Homenaje al Conventillo de la
calle Guardia Vieja, Cuna de Nacimiento del Centro
Murga Los Viciosos de Almagro.
Por Pupita La Mocuda

El rito sigue intacto aún cuando el siglo – el milenio mismo – ya sea otro. Hemos sido convocados a develar la alquimia del misterio, a verificar el legado. Y es allí hacia donde nos hemos dirigido. Ya la murga se ha formado por Guardia Vieja. Uno de los oficiantes saca del camión las últimas y flamantes sombrillas azules que le han sido conferidas en guarda y las reparte. Dentro de instantes comenzarán a espiralar el aire. Sube el estandarte mientras resuena el platilleo de los bombistas que abrirá el desfile. El barrio todo se aquieta y guarda un silencio expectante. Se mueven quedamente en rezo profano los labios de las vecinas al borde del cordón. En la compleja vitalidad de su semiosis, de su gozosa multiplicidad semántica, la Misa Viciosa - la expresión es de Guillermo Grappi - ha comenzado. Se escuchará al Glosista recitar a pura garganta:

"...Herencia de un conventillo
Donde nació este murgón;
Con el ruido del platillo
Se enciende su corazón
(...)
Emoción de la enseñanza
Que supimos heredar;
Que los hijos y los nietos
Tratarán de cosechar..." (1)

¿Acaso en las voces a las que prestamos oídos no resuena el eco de otras voces que dejaron de sonar? (2) Si es así, un secreto compromiso de encuentro se halla entonces vigente entre las generaciones del pasado y la nuestra. El conventillo del número 3836 de la calle Guardia Vieja casi en la esquina con Bulnes que vio nacer al Centro Murga Los Viciosos de Almagro en 1950 - dicen - ya no existe. Sin embargo, su transmutación se palpa en el recuerdo reactualizado año tras año por el Homenaje de cada febrero.
Lo que allí está en juego es ciertamente aquello vinculado con la identidad, pensada como un concepto ni fijo ni estático y que puede anclarse con frecuencia a un territorio determinado. Lo identitario de un pueblo - asociado a una región, a un pedazo de suelo, a un barrio - recreándose individual y colectivamente, viene definido históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, su lengua en tanto instrumento de comunicación entre los miembros de la misma comunidad, sus relaciones sociales, ritualidades y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos. Como productos del quehacer conjunto, un rasgo propio de estos elementos es su carácter inmaterial y anónimo. A su vez, la identidad se encuentra ligada a la historia y al patrimonio cultural y no existe sin la memoria, sin la capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o referentes que le son propios y que ayudan a desear y a configurar el porvenir.



Es en esa historia y en esos recuerdos comunes donde se encuadra el conventillo que va a replicar en pequeño la mixtura porteña. La significación del fenómeno inmigratorio en los orígenes mismos de la sociedad argentina contemporánea es incontestable. Y esa afluencia incesante entre fines del siglo diecinueve y principios del veinte, sumada al proceso de concentración de la población generada por el régimen de tenencia de la tierra, da lugar a la aparición de las casas de inquilinato. El espacio de la gran ciudad moderna - modelo al cual Buenos Aires se aproxima en las primeras décadas del siglo veinte - propone su escenario para los cruces culturales, donde, en hipótesis todos los encuentros y los préstamos son posibles. Se trata de una cultura marcada por el principio de la heterogeneidad, el cual vuelve lo diferente extremadamente visible.

Es su condición de ser espacio de instalación efectiva del hombre lo que hace de un lugar un espacio donde vivir, esto es, una vivienda. Ella no es sólo el lugar de residencia sino que configura un espacio de convivencia que crea redes familiares y sociales y que completa la organización de vida – el entorno – acogiendo a las personas y muchas veces condicionando su actuar. Y es también, como no podría serlo de otro modo, uno de los lugares privilegiados donde habría de fermentar la actividad de las distintas agrupaciones de celebración del carnaval en la espacialidad urbana. Irán urdiéndose, entonces, tramas y nudos culturales que en la década del cincuenta harán brillar en todo su esplendor a los Centros Murga.




Cae la tarde y canta La Voz del Carnaval Porteño:

"...Yo sé muy bien que desde el cielo sonreirán;
La abuela, Juan y Don Angel Corvalán
Al ver a su murga por las calles desfilar;
Hijos y nietos todos juntos bailarán

Y allá en el cielo el conventillo vibrará
Como lo hizo en antaño carnaval;
Al son del bombo esta música oirán
Y alguna lágrima en su rostro rodará..." (3
)

Con la emoción agrietando las gargantas y el pulso atávico y ancestral intacto la temporalidad que en su ojo ciclópeo une todos los pasados, todos los presentes y todos los futuros deshoja su transcurrir en la esquina de Guardia Vieja y Bulnes para atarnos con los lazos amorosos de la más profunda de las memorias colectivas. Porque aun cuando la sociedad de los lugares se piense como convertida en la sociedad de los flujos, pareciera que los territorios siguieran involucrados en una obra de construcción identitaria, que privilegia la dimensión local o ciudadana por encima de las instancias estatales o las globales.






Todo quehacer artístico aparece moldeado dentro de un contexto de tradición cultural, que siempre se encuentra anclado a un tiempo y un lugar determinado. Pero a la tradición - como bien señala Fabián Casas - hay que salir a buscarla, hay que merecerla. Y esto es precisamente lo que se despliega en ese cruce fabuloso del barrio de Almagro. Aquello que supo fluir subterráneo aflora incólume, milagrosamente ileso. En el revoltijo incesante de napas temporales que permanecen aun cuando los seres que las hubieron de contener ya no estén allí, los cuerpos reactualizan la fiesta primordial, alargándose, torciéndose, ya casi fantasmales en la penumbra que crece, ingrávidos, adviniendo renacimiento inaugural y eterno en el asfalto.




"...De aquellos tiempos de mi niñez
Eres el sitio donde he nacido
Y eres la cuna de este murgón.
Barrio del alma
Fue por tus calles
Donde bailamos con emoción
Qué lindo es recordar
Después de tanto andar..." (4)

Y entonces se produce. El golpe al plexo. El ruido de la sangre. La implosión de las venas en la exactitud infinitesimal de la cadencia. El mazazo al parche que en su multiplicación sonora indica que el viaje ha comenzado. Que la murga inicia su recorrido de carnaval de este año.

(5)


Notas:

(*) "El templo de Momo" en Momo Sampler, Indio Solari y Skay Beilinson, Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, 2000.
(1) "Glosa de Entrada para el año 2000 del Centro Murga Los Viciosos de Almagro" de y por Héctor Fabián “La Glosa” Cicero.
(2) Parafraseando la pregunta que se hace, en otro contexto, Walter Benjamin. (3) "Nuestro Conventillo" de Domingo "Mingo" Romano por Osvaldo Martín “La Voz” Cicero.
(4) "Almagro" de Juan Carlos Muralla.
(5) Esta y todas las demás fotografías que acompañan el texto han sido gentilmente cedidas por Héctor Fabián y Osvaldo Martín Cicero o bien tomadas de fotolog.com/almagro_viciosos, espacio virtual gestionado por Solana Encina. La que abre este posteo es propiedad de Delia Balido. Los videos son creación de y pertenecen a María Laura “Malaucha” Charnik. Fuente: es.youtube.com/user/MALAUcha.

Ver también losviciososdealmagro.blogspot. com para una reseña completa sobre la historia de este Centro Murga porteño.

Bulnes y Guardia Vieja... Luego, Mataderos

martes, agosto 12, 2008


“…Si estos tiempos son de queja, de yugo y mala sangre
Le pido se fije y ande tratando de no olvidar;
Una de cal y una de arena, penas, murga y carnaval…”


La murga contemporánea como agente de la (re)construcción de la identidad


Por Pupita La Mocuda



Luego de la debacle que significara para los derechos civiles la década de los años setenta, en el decenio siguiente la Argentina registra un proceso de reactualización de los derechos políticos a partir de la transición a la democracia. Sin embargo, esto trae aparejado el debilitamiento del aspecto colectivo y comunitario – la sociedad no puede representarse como un todo diluyéndose la idea de lo común – que en la década de 1990 tendrá como corolario la destrucción de los derechos sociales. No únicamente aumentan la desigualdad y la pobreza sino que se hará más intensa la polarización social.
Tanto a nivel nacional como planetario - aunque al caso argentino deben sumársele los devastadores efectos del terrorismo de estado - los procesos de desregulación económica producen una fuerte dinámica descolectivizadora, que significan para numerosos individuos y grupos sociales la entrada en la precariedad, si no la pérdida de los soportes sociales y materiales que durante décadas habían configurado las identidades sociales. Se abre una fase en la que las inequidades s se multiplican y las seguridades se dislocan. Se evidencian claramente el deterioro, la descomposición y el desencantamiento de los magmas de sentido colectivo. Algunas visiones van a enfatizar la cuestión de la desafiliación, la anomia y la ruptura de marcos integradores como causantes de déficits identitarios y graves fracturas sociales.
Al estallido de las identidades construidas en torno al trabajo, el partido político y la nacionalidad debe adosársele la configuración de nuevas pertenencias por parte de los movimientos sociales, tanto en la elección del marco de referencia como de las institucionalidades y tipos de ciudadanía que generan. La globalización y el auge de la multiculturalidad – o la interculturalidad – van a desplazar las construcciones identitarias de sus anclajes y van a reemplazarlas por pertenencias heterogéneas y autónomas. Estas características impactarán en las instituciones y organizaciones sociales a partir de una demanda por mayor horizontalidad, menor burocracia y democratización, que se combinan con el peso que adquieren las nuevas subjetividades.
Ante este panorama las murgas argentinas contemporáneas - conglomerados de tipo artístico pero que desde la perspectiva que analiza su estructura y organización constituyen nucleamientos humanos productores de sentido e identidad a partir de prácticas sociales compartidas y la recuperación de saberes vinculados al pasado artístico barrial o ciudadano - constituirán pequeños pero sólidos oasis en los cuales (re)crear y afianzar lazos, reconstruir relaciones interpersonales dañadas hasta lo indecible, regenerar entre las personas condiciones de confianza y solidaridad perdidas y prolongarlas en el tiempo. Sólo si un alguien puede percibir su consistencia y su continuidad tendrá capacidad para construir su propio guión de la realidad social y construir su futuro.




Reportaje ciberepistolar a Martín "Rulo" Merlino,
uno de los directores y fundadores del Centro Murga Pasión Quemera de Parque Patricios
Por Pupita La Mocuda

- El nacimiento de Pasión Quemera se produce a mediados de la década de los noventa, ¿no es cierto, Martín? ¿Cuál es la configuración particular que permite ese nacimiento? ¿Vos fuiste protagonista de su gestación? Recuerdo una actuación de fin de año en la sala teatral del Centro Cultural Ricardo Rojas en la que ustedes participaron. Pero, a su vez, Pasión Quemera tiene una impronta barrial fuerte que es muy interesante explorar.
- Si, es así. Exactamente en junio de 1994 comenzamos a formar lo que es hoy Pasión Quemera. Pero, en ese momento, la idea era armar algo novedoso para la tradicional fiesta de Año Nuevo que aún hoy seguimos organizando en la intersección de las calles Elía y Grito de Asencio en Parque Patricios sur casi al límite con el hermano barrio de Pompeya. Hasta ese entonces con un grupo de amigos, amigas y vecinos veníamos armando esta fiesta desde mediados de los ochenta. En los últimos años, además de la Quema del Muñeco que representaba al año que se iba y del posterior baile popular, comenzamos a incluir algunos números humorísticos musicales donde nos disfrazábamos parodiando a determinados grupos. Fue así que recuerdo haberme disfrazado (aunque algunos no lo puedan creer dado mi supuesto perfil de persona seria, ja ja) de indígena, de escocés, de bailarina de cumbia , de bailarín de ballet, siendo esto, quizás, un antecedente carnavalero a la etapa murguera dado que mi contacto previo con lo murguero y con el carnaval lo recuerdo como espectador de algunas murgas y comparsas en Avenida de Mayo y en la localidad bonaerense de Benavídez, donde vivían mis abuelos, y de los juegos con agua en mi barrio. Luego, el 1º de enero de 1995, llegó la murga. En este caso, aunque iba a ser sólo por esa vez, lo tomamos muy seriamente y estuvimos ensayando los seis meses previos a esa fecha. Principalmente lo que gestó a la murga fue un fuerte sentido de pertenencia al barrio y lazos de amistad y de mucha unión con amigos y amigas que nos conocíamos desde chicos aunque también participaron más desde afuera otra gente que no era de allí que también estuvo en ese debut de la murga. Nuestra idea fue la de llevar un pedazo de nuestro barrio y de nuestras vivencias dentro de él a muchos otros barrios y lugares a veces diferentes y a veces parecidos al nuestro. - Aun cuando Pasión Quemera no se vincule directamente con el Club Huracán, el nombre y los colores remiten a él. ¿Cuáles son las implicancias de esta relación si es que puede decirse que hay alguna? ¿Tiene que ver con el fútbol en sí, con el barrio, con una inspiración del momento o con alguna otra cosa? -Por supuesto que es innegable que el nombre y más que nada los colores remiten al Club Atlético Huracán. No se puede omitir que el Globo
[i] es el símbolo y mayor representante del barrio de Parque Patricios[ii] pero cuando se fundó la murga la elección surgió casi naturalmente aunque siempre aclaramos que lo de “quemeros” se lo debemos al antiguo nombre con que era conocida esta zona de la ciudad, “el barrio de la quema” por la quema de basuras que existía en donde se instaló el actual estadio de Huracán y no sólo por el apodo que tenemos los hinchas de este club. Sabíamos de la implicancia de ese nombre y de los colores pero también sabíamos que lo que queríamos y seguimos queriendo con la murga es totalmente diferente a lo que habitualmente se asocia con lo futbolístico, como lo es la violencia, la división, la búsqueda de un enemigo y podemos decir que al vernos bailar y cantar nuestras canciones, oír nuestras letras y nuestra propuesta estas confusiones desaparecen inmediatamente. Por lo menos eso es lo que comprobamos a lo largo de estos casi catorce años de vida en los que no hemos tenido ni un solo incidente relacionado con ese aspecto. No obstante, algunas veces participamos de eventos realizados por el club y hasta bailamos dentro del estadio en algunos partidos, es que indudablemente somos muchos los hinchas del club dentro de la murga y el sentimiento siempre tira, generalmente lo discutimos bastante porque siempre queremos cuidar que nuestra imagen no quede pegada a la de ser “la murga de Huracán” como sí ocurre en otras instituciones que sostienen y apoyan a sus propias murgas. Nosotros somos absolutamente independientes pero no estamos ajenos a las fiestas populares del barrio en las que Huracán está muchas veces presente. También somos conscientes de que para mucha gente del barrio e hincha del club constituimos un referente importante y muchas veces se mezclan las cosas pero siempre tratamos de aclararlo.
- Igualmente – y esto es una opinión personal y, como tal, debatible – hay préstamos importantes en cuanto a una cierta estética compartida entre murga e hinchada (por ponerle un nombre al fenómeno extra-deportivo que rodea muchas veces al juego mismo). ¿Estás de acuerdo con esto? Sobre todo en estos últimos tiempos, hay una modalidad murguera en crecimiento en la Argentina y que se vincula de forma directa al fútbol, del estilo de los pioneros en esto, la murga de Vélez Sarsfield. He estado viendo por internet, por ejemplo, en las parcialidades de equipos mexicanos, lo que allí denominan “murga de cancha”, un fenómeno muy particular que incluye, increíblemente, el bombo con platillo porteño.
- Si, es verdad, Pupita. La estética en los dos ámbitos es muy parecida sobre todo en los últimos años cuando el bombo pudo retornar a los estadios de fútbol luego de mucho tiempo de estar proscripta su presencia en las hinchadas por considerarlo un elemento peligroso. Se decía que dentro del bombo se guardaban armas o drogas. Mucho tuvo que ver, para mi, la aparición masiva de las murgas y su aceptación en todos los barrios y las hinchadas, en las cuales también hay murgueros, retomaron este instrumento que le da un clima más festivo a las tribunas, junto con las sombrillas y las banderas. También a través de la televisación del fútbol argentino a otros países, primero nos copiaron las canciones y luego toda la disposición de las hinchadas en las tribunas, con su ubicación central, las posturas clásicas en el para-avalancha y la utilización del bombo con platillo porteño en algunos casos y de otros instrumentos percusivos similares en otros.


- ¿Cómo es la conformación actual de Pasión Quemera? ¿Ha sufrido algún cambio o vuelco en estos casi quince años de vida o solamente aquellos que tienen que ver simplemente con el paso del tiempo?
- Si, por supuesto que hemos sufrido muchos cambios de distintas índoles. En el comienzo éramos un grupo mucho más homogéneo ya que nos conocíamos todos de chicos y vivíamos una historia más o menos parecida. Luego, al ser el ingreso libre a la murga, se incorporó mucha gente de distintos orígenes y distintas realidades y eso nos fue cambiando, como fue cambiando la realidad social del país. La murga es un reflejo del barrio en que se desarrolla y crece y el nuestro es un barrio con muchos problemas sociales y económicos, como la mayoría de los barrios del sur de Buenos Aires. Por eso es que desde adentro tratamos que esas cosas no interfieran en el funcionamiento y, en la medida de lo posible, tratamos de ser un grupo de contención social para muchos pibes que se acercan y que sufren problemas de conducta como lo son la droga, la violencia, etcétera. En estos tiempos que corren, tener un grupo grande de personas juntas (nosotros no somos una murga de las más numerosas pero en Carnaval sacamos alrededor de ochenta integrantes) en un espacio público tan libre como lo es una murga y que funcione medianamente bien, ya es un milagro. Igualmente tratamos de crear un espacio de buena convivencia y de integración, obviamente desde las pocas herramientas que tenemos ya que sólo somos murgueros que nos juntamos para bailar y cantar.
- ¿Cómo describirías el estilo organizativo de la murga, la manera de tomar decisiones o de llevarla adelante?
- Desde que se fundó la murga, siempre tuvimos un estilo horizontal en la toma de decisiones, desde el nombre y los colores hasta qué canciones se cantan o en qué lugares baila o no la murga. Todo es decidido por el grupo. En un principio era más fácil porque éramos menos integrantes pero con el correr del tiempo y el crecimiento de la murga, muchas veces se nos complicó la cosa y tuvimos, como todos los grupos, nuestras crisis. Alguna gente no entendía esto de hablar todo entre todos, votar algunas cuestiones importantes y que tenga voz y voto todo aquel que se suma a la murga. Muchas veces hubo personas que pedían que las decisiones pasaran por una sola persona, “El Director”. Muchas veces, cuando se suma el grueso de la gente en lo meses previos a Carnaval, no hay tiempo de explicar convenientemente el funcionamiento interno y las normas de convivencia que sostenemos, lo que sí tratamos de hacer durante el resto del año. “El Director” es una figura que nosotros tenemos dentro del grupo pero en forma simbólica. Es más que nada la cara visible, el coordinador de las actividades, el que lleva adelante y supervisa lo decidido por la murga más allá de que esto, pueden y deben hacerlo todos. Generalmente, es el que más labura y está siempre a disposición y pendiente de la murga. Esta figura surge naturalmente dentro del grupo aunque algunas veces lo hemos votado. También es el que decide en algunas situaciones límite en la que no se puede consultar al resto por distintas cuestiones. Igualmente, en estos casi catorce años de vida no han sido más de tres o cuatro.
- ¿Cómo se inserta Pasión Quemera en el rico y complejo mundo murguero contemporáneo? ¿Cuál es la relación que sostiene con agrupamientos más generales del estilo Agrupación M.U.R.G.A.S., el Frente Murguero o el Movimiento Nacional de Murgas?
- Desde hace varios años no participamos en forma activa de agrupaciones de murgueras. En un principio estuvimos en M.U.R.G.A.S.
[iii], de donde nos retiramos luego de un conflicto por el tema de los colores aunque siempre nos interrelacionamos con varias murgas amigas con las que mantenemos un ida y vuelta en cuanto a acciones más específicas, tanto artísticas como sociales.
- ¿Recordás a qué se debió esta cuestión de los colores? Intuyo que pudo tener que ver, por ejemplo, con que alguna otra agrupación pedía exclusividad en cuanto a su participación excluyente en la “escala cromática”…
- Tuvo que ver con que otra agrupación nos exigía el cambio de los colores por considerarlos exclusivos para ellos y no sentimos el apoyo de otras murgas salvo unas pocas. Lo paradójico es que existían otras que también tenían esos colores pero el reclamo era sólo a nosotros. Pero es un tema ya terminado aunque no fue lo único. Había otras cuestiones de funcionamiento de la agrupación que sumadas a esta nos hizo tomar esa decisión.
- ¿Y en cuanto a los demás agrupamientos?
- Hace unos años junto a Los Verdes de Monserrat y Los Amantes de la Boca armamos Murgas del Sur, con quienes hicimos varias actividades relacionadas con la memoria de las víctimas del golpe militar de 1976, principalmente de la zona sur de la ciudad y en especialmente en el centro clandestino de detención conocido como “El Atlético”.[iv] También con algunas murgas de nuestro barrio y de los vecinos barrios de Pompeya y San Cristóbal hicimos varios encuentros murgueros con fines solidarios y con las cuales presentamos varios petitorios en los C.G.P.[v] de la zona para pedir colaboración con nuestra actividad. Con menos presencia también participamos del Frente Murguero[vi] mientras funcionó y actualmente nos estamos vinculando un poco más con algunas murgas independientes de Capital Federal y de la Provincia de Buenos Aires. Donde creo que nos está faltando participación es en el Movimiento Nacional de Murgas.[vii] Por ejemplo, recién el año pasado, un grupito de nuestra murga viajó a Suardi [viii]aunque este año pensamos viajar la mayoría. Es un tema difícil porque para participar de estas agrupaciones, y a pesar de que nos interesa, se necesita un gran compromiso y presencia frecuente en las reuniones y la mayoría de nosotros por temas de trabajo y estudio más las cuestiones propias de la murga no disponemos de mucho tiempo. A pesar de todo esto siempre estamos en contacto con muchas murgas del país y de distintas agrupaciones y movimientos murgueros de los cuales siempre recibimos invitaciones e información de las temáticas que tratan.
- ¿En que ha quedado el agrupamiento Murgas del Sur? ¿Siguen teniendo contacto?
- Seguimos teniendo contacto con Los Verdes, más que nada por la amistad que tenemos con ellos. Siempre nos invitan a su corso o cerramos carnavales ahí cuando podemos. Para los 24 de marzo
[ix] cuando coincidimos en alguna actividad cantamos la canción que hicimos juntos para esa fecha. Los Amantes lamentablemente no están saliendo actualmente.
- ¿Te parece que este tipo de agrupaciones de estilo macro como el Frente Murguero sufren desgaste con el tiempo o es todavía muy reciente para decir tal cosa? El Frente Murguero, por ejemplo, supo tener una presencia fuerte pero se fue diluyendo. ¿A qué lo atribuís? Igualmente, estas distintas formas de juntarse son totalmente contemporáneas, todas ellas surgen en estos años… ¿Crees que tienen futuro o son simplemente coyunturales?
- Creo que son agrupaciones más dinámicas que se transforman y se rehacen todo el tiempo, sobre todo en relación a los murgueros que las impulsan de acuerdo a sus vidas personales y su disponibilidad de tiempo. Varios de los que participaban en el Frente ahora conforman el grupo de murgas independientes que ha tomado mucha fuerza últimamente. El ámbito murguero es muy diverso y siempre va a ver personas que piensen de diferente manera y quienes coincidan seguramente van a estar juntándose en una u otra agrupación mas allá de los nombres que tengan. Todos los grupos sufren un desgaste lógico y su continuidad depende de sus dirigentes y de las bases que vayan sustituyéndolos para que se mantengan en el tiempo. M.U.R.G.A.S. es un ejemplo de continuidad ya que hace mucho tiempo que viene trabajando ininterrumpidamente.
- ¿Cuál es la apuesta estético-artística de Pasión Quemera? ¿Con qué otras murgas de este momento histórico y con la tradición murguera te parece que dialoga tanto de nuestro país como a nivel más regional, por ejemplo, lo rioplatense en sentido amplio?
-
Te cuento que en principio cuando empezamos con esto, como toda murga nueva nos fijábamos en otras murgas con trayectoria. En ese momento, allá por 1994, no existían tantas murgas como ahora, por supuesto, y una de las primeras murgas que vimos fueron Los Viciosos de Almagro[x], que a mí particularmente siempre me gustaron mucho y me siguen gustando, especialmente la identificación tan profunda con su barrio y además por sentirlos muy auténticos en todo aspecto. Por otro lado también vimos varias veces a Los Quitapenas[xi] pero ya en otro estilo totalmente distinto y apuntando a una estética mas elaborada. Nosotros con todas nuestras limitaciones de los que recién empiezan, tratamos de hacer algo auténtico y barrial. Creo que lo fuimos logrando a pesar de no tener los mejores cantores, bailarines o bombistas. Fuimos mejorando bastante con el tiempo, más viniendo de un barrio que no tenía una tradición murguera en la cual basarse.[xii] Con el ingreso de gente con gustos e historias diferentes dentro de la murga se fueron conjugando distintas características y, si bien había algunos a los que nos gustaba más lo tradicional, siempre quisimos hacer algo lo más original posible pero tratando de respetar el espíritu del género. Por eso buscamos siempre melodías nuevas para las canciones saliendo así de las clásicas que usaban las murgas desde siempre. Por supuesto que en los últimos años esto viene cambiando con la cantidad de agrupaciones que surgieron, muchas de ellas muy innovadoras y muy buenas. Para mí la murga está muy emparentada con el tango, y sus hermanos musicales, el vals y la milonga, cosas que a mi me gustan mucho. Pero sé también que se hace difícil mantenerlos tan presente en el repertorio como sí se hacía antes cuando el tango era la música popular por excelencia y en cada casa se lo escuchaba y nacían y se criaban cantores con esa música. Hoy eso ya no ocurre. Entonces es difícil encontrar esos grandes cantores que imitaban, en las murgas, a los del tango. Cuando tuvimos un cantor de tangos en el escenario, nuestro repertorio estaba más inclinado a esas melodías, más vals y milonga; luego con la dinámica de la entrada y salida de gente se armó un grupo más coral y se incorporaron arreglos de voces en las canciones. Aun así, seguimos, en menor medida, haciendo también algo del repertorio tanguero. Hoy están apareciendo nuevas y buenas voces pero al no tener una escuela en el canto de murga porteña en la cual reflejarse y aprender, muchas veces se cae en un estilo más emparentado a lo uruguayo y a veces se confunden un poco las cosas. Nosotros mismos hemos laburado canciones con un arreglador uruguayo, Alejandro Balbis.[xiii] Hace varios años ya de esto y en algunas ocasiones alguna gente nos dijo que sonábamos algo parecido a ese estilo. Obviamente, podría haber alguna influencia pero seguro que jamás podríamos cantar como ellos ni nos interesa hacerlo a pesar de que a muchos también nos gusta la muga uruguaya. Igualmente, esa experiencia nos sirvió mucho para crecer y dentro de la murga surgieron los nuevos arregladores y hasta creadores de melodías propias para nuestras canciones. En cuanto a la percusión seguimos pensando en el bombo con platillo como instrumento por excelencia, pero a veces lo acompañamos con algún redoblante. Gracias a un gran bombista que tenemos en la murga – Alejandro Caraballo, que grabó con Prat, Cáceres, la Bersuit – incorporamos ritmos y cortes nuevos para salir un poco de lo más clásico, que no descartamos por completo. Esto mismo lo tratamos de aplicar al movimiento buscando siempre pasos y figuras nuevas para el desfile, dejando libertad para el baile libre y las demostraciones o matanzas. Con respecto a la ropa, somos bastante tradicionales. Usamos levita clásica, pantalón, camisa, moño, faja, guantes y galera para todos. Lo mismo para las fantasías de la murga: llevamos banderas, sombrillas, dados, abanicos y muñecos. Creo que seguimos buscando nuestro estilo entre lo heredado de la tradición y lo novedoso que podamos aportar las nuevas generaciones.
-
Esta es una problemática muy compleja más teniendo en cuenta los quiebres tan profundos sufridos por este género en la Argentina ¿Vos crees, entonces, que indefectiblemente vamos hacia la hibridación, la mezcla de estilos? ¿Es inevitable la transacción entre la innovación y lo que se trae como tradición?
- Creo que vamos a tener de todo: las murgas que tengan arraigada una tradición muy fuerte seguirán con el género mas puro en la medida que trasmitan esa herencia a sus nuevos murgueros y hay otras que tomarán un poco de cada cosa agregándole visiones particulares y quizás otras vendrán con algo totalmente nuevo y que seguro muchos no considerarán murga. El tiempo dirá cómo se acomodan de acuerdo a las reglamentaciones que existan, por ejemplo, como para participar del carnaval oficial de la ciudad de Buenos Aires o crearán sus propios ámbitos en forma independiente si hay algunas limitaciones. Cada uno podrá elegir su estilo como así también el público puede hacerlo. Yo creo que el estilo de murga porteña es uno solo con pequeñas variaciones entre alguna agrupación u otra. Pero es algo que siento muy adentro cuando veo a una murga. Sé si le creo o no. Es un sentimiento muy particular muy difícil de explicar por lo menos para mí. Tampoco sé si es justo exigírselo a toda la gente que va a ver a una.
- Entiendo perfectamente esa sensación y sé que puede resultar difícil describirlo en palabras. ¿Pasión Quemera es sóla y únicamente lo que suele denominarse un producto artístico? ¿Cómo entran – si es que lo hacen – a jugar en Pasión Quemera dos aspectos que suelen ser constitutivos en cierta concepción contemporánea de la murga como lo son lo social y lo político?
- En algún momento, hace varios años, esto se debatió dentro de Pasión Quemera y quedó claramente definido que la murga, por lo menos para nosotros, tiene que tener en cuenta dos aspectos fundamentales, uno el artístico y el otro el social y político, los dos trabajados de la misma manera y con la misma intensidad. En algunos momentos a veces se desbalancea la cosa pero siempre lo vamos corrigiendo. Creemos que es tan importante la propuesta artística como la función social que tiene la murga, tanto para sus integrantes como para la comunidad que la rodea. Por eso estamos pensando siempre en cómo mejorar el espectáculo que damos. Es así que nos preocupamos por la calidad y el contenido de las letras porque creemos que es muy importante lo que se dice. También laburamos bastante el tema de las voces porque creemos que es importante cómo se dicen las cosas. Por eso lo que buscamos en lo posible – aunque que no siempre lo logramos – contenido, belleza, claridad y fuerza en todas nuestras canciones aunque esta búsqueda nunca implica dejar afuera ni discriminar a nadie. Tratamos de incluir a todos de la mejor manera y donde más le aporten a la murga, artísticamente y en lo grupal. Esta, por ejemplo, es Carnaval escrita por Marcelo Barberis:

La otra noche con Yeye quisimos homenajear
A todos esos que dicen que odian al carnaval;
Entonces apareció este ritmo de milonga
Pa´ la gente que rezonga cuando el corso va a pasar;
Para ellos estos versos son parte del carnaval:

“Carnaval, carnaval, sos hijo del arrabal
Si las puertas se te cierran vos bailas en el umbral.” (CORO)

El peluquero barría con ahínco la vereda,
Y al llegar PASION QUEMERA empezó a maliciar;
Juraba que iba a llamar a los hombres de tiritas,
Que iba a poner una bomba y no se cuantas cosas mas;
En vez de bomba fue bombo y se vino al carnaval.

CORO

La vecina que, aguafiestas, no se quería ni asomar,
Quería dormir la siesta y no ver la realidad;
Pero a veces pasan cosas que uno no puede explicar:
Es cuando la sangre sube y dan ganas de bailar;
De pronto paso la murga y ella vino al carnaval.

CORO

El que la iba de serio, acaso de intelectual, decía:
"Falta un proyecto de buena raigambre social";
Hasta que vio entre la murga una boca con un beso
Y pensó que ir tras de eso no estaba del todo mal;
El también enhebró un sueño y se vino al carnaval.

La que se había quedado para vestir unos santos
Batía que era un espanto la pintura y el disfraz;
La que al oír el compás en los pies sintió una cosa
De la vida color de rosa de sus tiempos de mocita,
Archivó su lagrimita y aporto al carnaval

CORO

El viejito caraseria otrora gran futbolero
Broncaba contra estos tiempos con que antes era mejor;
Sin embargo no alcanzó a terminar su pensamiento;
Sonó el platillo y la murga de pronto grito penal.
Con el botín del recuerdo le hizo un gol al carnaval.

CORO

El muchacho de la esquina que era medio timidón
Se asustaba de los bombos, se asustaba del murgón:
Su madrecita querida le había dicho bien claro:
“No te juntes con los vagos de Elía y Grito de Asencio”;
Eñ hombre rompió el silencio: “Yo me voy al carnaval.”

CORO

Esto se acaba, señores. PASION QUEMERA se va
Y les deja de pensar lo que llaman moraleja:
Si estos tiempos son de queja, de yugo y mala sangre
Le pido se fije y ande tratando de no olvidar;
Una de cal y una de arena, penas, murga y carnaval.

- ¿Y en las otras dos cuestiones?
- En lo social somos conscientes de lo importante que es el grupo humano que forma la murga, en principio para sus propios murgueros, ya que es allí donde encuentran la famosa contención y entre todos aprendemos a convivir con las diferencias ya que cada uno de nosotros venimos de distintos niveles socio-culturales y educacionales y tratamos de no repetir, a veces con muchos obstáculos, lo que la sociedad reproduce todos los días. Lo político siempre está presente en todos los actos de la murga: desde lo que se canta hasta en los lugares que la murga decide bailar y no bailar y principalmente en los actos y marchas en las que participamos. Todo esto está acordado desde el momento en que alguien entra en la murga; son principios que se respetan desde los inicios de la agrupación aunque siempre hay que ir apuntándolos y recordándolos.
- Te pregunto ahora sobre algo en lo que suele gustarme indagar de manera especial. ¿Las mujeres se visten o bailan de manera diferenciada de los varones? ¿Tocan bombo? ¿Hay alguna diferencia perceptible entre varones y mujeres con respecto al estilo de participación?
- La vestimenta y el baile son iguales para todos aunque en un momento no fue así. Pero las mujeres, cuando plantearon la igualdad de vestimenta y en el baile, lo consiguieron. Tenemos hombres y mujeres cantando, recitando y bailando. Donde todavía no han incursionado, salvo una excepción cuando estábamos empezando, es en los bombos. Hay alguna que otra mujer que dice que le gustaría pero debo admitir que tenemos cierta reticencia por una cuestión estética o quizás de prejuicio. Pero no es una negativa absoluta. Seguramente con el tiempo llegarán a los bombos. Donde hasta ahora nunca estuvo una mujer es en el rol simbólico de “Director/a” que tiene nuestra murga. Sí hay directoras de baile, por ejemplo, pero se dio en forma natural seguramente por el componente machista que arrastra nuestra sociedad.
- ¿Cómo es la participación de ustedes en conglomerados más circunstanciales del estilo de las marchas por el feriado de carnaval – tales como las que se llevan a cabo en Buenos Aires o en La Plata – o el Encuentro de Suardi?
- Desde un principio hemos participado en las marchas que reclaman el feriado de Carnaval, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Ciudad de la Plata. En ambos lugares fuimos, junto a otras, una de las murgas pioneras en participar de estos reclamos y colaboramos bastante en la génesis de ambas marchas, hace ya varios años. Aunque últimamente no tenemos una participación tan activa, seguimos estando en las marchas y también nos hemos sumado a la que realizan las murgas independientes. Con respecto a Suardi, estamos organizando el viaje para este año y por primera vez la idea es que vaya toda la murga. Ya el año pasado fueron algunos representantes por lo que estamos juntando de a poco la plata para pagarnos el viaje.
- ¿Cómo piensan desde ustedes – o cómo pensás vos personalmente – y en este contexto la cuestión concreta de la lucha por el Feriado de Carnaval? ¿Creen que la fragmentación del arco murguero es una limitación o no han pensado este tema?
- Como te decía anteriormente, no estamos teniendo una participación tan activa en los últimos años, un poco por cuestionas internas de funcionamiento nuestro dentro de la murga y otro tanto por esta división que se muestra en el reclamo al realizarse dos marchas por separado. Creemos que este reclamo tan importante tiene que aparecer bien claro y muy fuerte frente a la opinión pública en general y cuando los medios, la gente y los legisladores lo ven por separado es como que pierde un poco de fuerza. Por supuesto que no hay que desentenderse de las diferencias de criterio y también políticas entre los distintas agrupaciones, pero creo, y esto personalmente, que el reclamo debiera estar por encima de toda discusión interna y se debieran discutir las otras cuestiones durante todo el resto del año para lograr un acuerdo, no olvidando la historia del reclamo: quienes y como lo iniciaron. Pero reconociendo y dando lugar a las nuevas murgas que viene con novedosas formas de conducción y de participación y que vienen realizando un gran trabajo en lo artístico y en lo social. Creo que tranquilamente puede hacerse una sola marcha con el reclamo del feriado de carnaval como consigna general al frente de la marcha y detrás los distintos bloques de murgas con sus consignas particulares que se sumen al reclamo principal.
- Esa es una de las formas en que me gusta imaginármelo a mí también. A nivel personal ¿qué alegrías te ha proporcionado Pasión Quemera? ¿Cuál es tu participación en la murga artísticamente hablando?
- Pasión Quemera ha formado parte de mi vida desde hace casi catorce años y me ha transformado como persona, haciéndome conocer mucha gente y muchos lugares que de otra manera no hubiera conocido. Y me ha dado la gran satisfacción de permitirme, a través de la murga, llevar y hacer conocer en otros lugares un poco de lo que es mi barrio, Parque Patricios, un poco de su cultura y de su manera de vivir. Además, me proporcionó la oportunidad de conectarme con lo artístico, a través de la escritura, de la música y de la plástica como así también con lo humano por todas las cosas que compartimos cotidianamente con este grupo de gente en todos estos años. Actualmente formo parte de la percusión de la murga, tocando el bombo con platillo, también colaboro escribiendo algunas letras para las canciones y he formado parte hasta este último carnaval del grupo de cantantes.
- Sos muy afortunado, Martín, al tener recuerdos de carnavales en tu infancia y poder unirlos con tu presente murguero. Me gustaría saber si vislumbrás en Pasión Quemera algo de aquellas murgas y comparsas que recordás haber visto de chico en la Avenida de Mayo y en Benavídez, donde visitabas a tus abuelos. ¿Percibís algún hilo conductor?
- Luego de varios años puedo ver, en alguna proporción, algo parecido a aquellas murgas de Avenida de Mayo pero con una evolución distinta y acomodada a otra realidad, con alguna diferencia en lo estético en las comparsas de provincia. Pero sí seguramente compartimos ese sentimiento tan lindo de desfilar en un corso brindándole el corazón al público que te alienta y aplaude y de respirar ese perfume único y mágico que desprende el carnaval. [xiv]




[I] Denominación que por su emblema de nacimiento recibe el Club Atlético Huracán. “…A medidos de 1909 el ingeniero electricista Jorge Newbery pilotea por primera el globo aerostático “Huracán” traído desde Francia, pero su mayor travesía la realiza ese mismo año, cuando en diciembre sale piloteando el globo Huracán, desde el barrio de Belgrano hasta ciudad brasileña de Bagé. Dicho hecho inspiró el distintivo del club. En un acta de 1910 se deja constancia de que se usará, camiseta blanca con la insignia del globo Huracán. En mayo de 1911 la Comisión Directiva del club designó socio honorario a Jorge Newbery y luego lo convirtió en el primer presidente honorario. Cuando el Club Huracán alcanza la categoría más alta del fútbol argentino (1914) se le envía un telegrama al ingeniero Newbery diciendo: “Hemos cumplido, el Club Atlético Huracán, sin interrupción conquisto tres categorías, ascendiendo a primera división, como el globo que cruzó tres Republicas…”
Fuentes:
http://www.clubahuracan.com.ar/index.php?mod=nacimiento
http://www.clubahuracan.com.ar/index.php?mod=emblemas
http://tdplata.tripod.com/historia/
[II] Historia del barrio de Parque Patricios en: http://www.nuevociclo.com.ar/elbarriodeparquepatriciosporaniballomba.htm
http://www.barriada.com.ar/ppatricios.htm
http://www.huracanysugente.com.ar/historia%20Parque%20Patricios.htm
[III] Se refiere a la Agrupación Murgas Unidas Recuperando y Ganando Alegría Siempre (M.U.R.G.A.S.), nucleamiento de murgas de Capital Federal surgido en la década de 1990. Para datos testimoniales ver “Soy Cometa”, reportaje a Gustavo “Tavi” Antón por Pupita La Mocuda en este mismo blog. Web de la Agrupación M.U.R.G.A.S.: http://www.agrupacionmurgas.com
[IV] Centro clandestino de detención en Capital Federal que funcionó durante la última de las dictaduras militare en la República Argentina: Ver:
http://www.clarin.com/diario/2002/05/08/p-02101.htm
[V] En referencia a los Centros de Gestión y Participación de la Ciudad de Buenos Aires.
[VI] El agrupamiento de murgas Frente Murguero tuvo destacada participación durante los primeros años de la presente década. Ver:
http://www.panuelosenrebeldia.com.ar/content/view/648/70/
[VII] Alude al espacio de murgas que se denominan independientes surgido en los últimos años. Ver:
http://www.murgargentina.com
[VIII] El Encuentro Nacional de Murgas en Suardi se lleva a cabo anualmente y congrega a gran parte del espectro murguero contemporáneo. Consultar:
http://www.murgargentina.com.ar
[IX] Es la fecha en que se derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón en el año 1976. Todos los 24 de marzo se conmemora el repudio a la dictadura que allí tuvo comienzo.
[X] Centro Murga Los Viciosos de Almagro. Ver reportaje en este mismo blog a Héctor y Osvaldo Cicero por Pupita La Mocuda. Se puede consultar también:
http://www.losviciososdealmagro.blogspot.com
[XI] Ver: http://www.murgalosquitapenas.com.ar/

[XII] Con respecto a esto es el mismo Martín Merlino el que arroja luz sobre el arduo y sinuoso viaje de la memoria colectiva refiriéndose y aportando datos sobre la última expresión carnavalera que se recuerda en Parque Patricios – la murga Los Nenes de San Francisco – con anterioridad a ella. Su contribución incluye referencias concretas de corte artístico sobre esta agrupación conservados y acercados por uno de sus integrantes, el Sr. Pipo Ingegnieri, miembro, a la sazón, de Pasión Quemera. Nota completa en:
http://dalemurga.blogspot.com/2007_12_01_archive.html#6745212342294362234
[XIII
] Breve reportaje a Alejandro Balbis en: http://www.lasmurgas.com/html/articulo_jordi.htm¨
[XIV] Fotografías aportadas especialmente para esta entrevista por Martín Merlino excepto la última cuya fuente es:
http://www.clubahuracan.com.ar/index.php?mod=nacimiento






Recuperar las herramientas de lucha, todas y cada una sin dejar ninguna regalada al prejuicio. Buscar la libertad desde el pueblo. Trabajar en la red de abrazos que permitan un intercambio justo. Resignificar la vida: su paisaje real y virtual, sus ejemplos y sus sentidos. Ocupar los símbolos, las fábricas y las calles: transformar la mirada. Maxi y Darío son un ejemplo de lucha, de nuevas conexiones, de poesía y práctica social. Por ellos y por quienes se atrevieron a imaginar un proyecto de vida sin explotación… con nuevos vínculos… ¡Buscar Justicia!”
Estas precisas y hermosas palabras fueron plasmadas en el mural que el grupo de arte
Sienvolando realizó el sábado pasado junto al Frente Popular Darío Santillán y otras personas que se acercaron a colaborar. También quedaron estampadas con serigrafía en remeras y volantes.

Todo esto en el marco de la Jornada de Intervención Cultural “Buscar Justicia” que se hizo para homenajear a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, asesinados hace seis años en la Masacre de Avellaneda. La acción no se limitó a un día sino que en estos momentos continúa en la Estación Darío y Maxi (ex Avellaneda) y se difunde en una web y a través de calcomanías.
El mentor de la acción es el grupo Sienvolando, que hace más de dos años desarrolla un intenso trabajo artístico en la región (centralmente muralístico), impulsado en conjunto con diferentes organizaciones. Aprovechamos esa jornada para charlar con ellos de esta acción en particular pero principalmente sobre su “proyecto”, su forma de entender el laburo social, cultural y político, en el que se destaca la voluntad de impulsar redes y no guiarse por definiciones “fuertes” o “dogmáticas”, haciendo un uso táctico de los medios y manteniendo siempre abierto el grupo.
IndyLP: Preséntense ustedes y presenten el proyecto de Sienvolando (Presentación: Chempes, Pilar y Romina)
Chempes: El proyecto… Está bueno el término proyecto como idea… Nosotros nos venimos denominando como grupo, un conjunto de personas que se unen para ciertas acciones y un poco la idea es no tener muchos preconceptos fuertes sino ir viendo a través de la acción y las experiencias concretas cómo se va plasmando ese proyecto, ese es el motor general.
IndyLP: ¿Y hace cuánto están trabajando?
Pilar: Más o menos hace dos o tres años, es medio variable la fecha, no es que un día se dijo “hoy va a nacer Sienvolando”. Empezaron algunos chicos a juntarse, primero fueron murales y después fueron surgiendo otro tipo de acciones, más o menos dos años. El grupo está abierto…
Romina: Este grupo empezó primero haciendo acciones solo y después surgió esto de ir coordinando con diferentes agrupaciones y es por ahí lo más rico… Compartir otras cosas con otros grupos.

Pilar: Ir laburando en red para descentralizar. En vez de ser un grupo que labura solo, individualmente, ir laburando con otros, también agrupaciones, usando también las redes que ya están hechas para empezar a laburar de una manera un poco más fuerte.
Chempes: Más o menos me parece que ahí se describe el norte. Este norte hace que por fuerza uno vaya buscando más aprehender estos proyectos, esto que se proyecta, que de buscar definiciones fuertes. Por ahí manejamos muchas definiciones débiles que dan cuenta de cómo relacionarnos más que de qué somos. Más que una cuestión así “ontológica”, una cuestión de buscar las relaciones, por ahí nos definimos a través de las relaciones. Si vos recorres el blog, que podes verlo en
sienvolando.blogspot.com podes ver una serie de acciones que por ahí te pueden ir dando el perfil del grupo, pero no es que el perfil se define a priori y después está la acción, sino que según la integración del grupo en cada momento van surgiendo diferentes estrategias y esas estrategias van generando como unas ideas, unas sensaciones, un montón de cosas que no se pueden explicitar estrictamente en las palabras.
IndyLP: ¿Y ustedes estudian plástica, estudian Bellas Artes? ¿Cómo viene la vinculación con el tema del mural y con las artes plásticas o la expresión plástica?
Pilar: Algunos estudiamos Bellas Artes –plástica-, otros no, en realidad las dos cosas son ricas, las herramientas que te da la academia son muy útiles pero también está bueno incorporar otras personas que están desligadas de esa cuestión académica y que a veces tienen la cabeza un poco más abierta… Somos cuatro o cinco que estudiamos plástica, otros que fueron a talleres y otros que no.
IndyLP: ¿Y en el grupo cuántos son mas o menos?
Chempes: La integración es variable del grupo, no es estable. Justamente por esta característica de la acción, en este momento te podría decir que el grupo… Estamos haciendo una acción en relación al asesinato de Maxi y Darío… Son todos los que la están haciendo y ahí ves un montón de personas. El grupo en su base más chica, si se quiere, la base operativa, en este momento podemos llegar a ser nueve, pero no es estrictamente necesario catalogarlo numéricamente, ni muy verdadero, porque depende la acción ciertos se empujan más, otros menos, es variable, es una forma débil también.
IndyLP: ¿Pueden contarnos algunas de las acciones que estuvieron haciendo?
Pilar: Hicimos un mural en coordinación con la CORREPI hace muy poco, ese fue uno de los lavaros en red, trabajamos con los chicos de la CORREPI, estuvieron todo el día con nosotros, pintamos nosotros, pintaron ellos, se encargaron de la organización, el boceto lo laburamos nosotros y ellos estuvieron aportando ideas, fue variando durante la actividad, no fuimos con un boceto tan cerrado. Ahora estamos haciendo este, no se si lo llamamos mural, pero una acción por Maxi y Darío en coordinación con los chicos del Frente, de acá de La Plata y de Capital también.
Chempes: La acción que estamos haciendo, como una muestra de lo que venimos trabajando, no es simplemente en pared sino que se extiende. Hay una acción en web que la pueden ver en
buscarjusticia.linefeed.org que se extiende a las paredes, que se extiende a todos los medios, entonces eso tiene como aprendizaje del grupo el ver los medios en función de la acción y no al revés, no condicionar la relación con los otros, el intercambio, a ciertos medios estrictos, entonces ya los fines y los medios cambian la vinculación tradicional. No es que hay un dogmatismo de una cierta forma de encarar, a través de tal medio que sos estricto conocedor del medio, sino que los medios se van poniendo en función al proyecto que queremos hacer.
IndyLP: ¿Y cómo fue lo de (Jorge Julio) López, que estuvieron haciendo hace poquito?
Chempes: Lo de López es una convocatoria de HIJOS La Plata a ciertos grupos que vienen trabajando en La Plata, que es una ciudad muy rica en la búsqueda de nuevas estrategias para difundir y profundizar lo político, dentro de esas estrategias está la praxis estética, como elemento rico, pero fundamentalmente creo que lo de López, desde nuestro punto de vista, o el punto de vista mío en particular, no es tanto una acción artística cuanto una acción política a través de medios estéticos. Que le da también toda una nueva riqueza y que enriquece aquello artístico que tiene, nuevamente por ahí desbalanceando esas categorías tradicionales o jerarquizadas que uno hereda como verdades cuando por ahí van más en función de los tiempos.
IndyLP: Y consistió en una gigantografía de la cara de López…
Chempes: Claro, aprovechando la cuadrícula que demarca la plaza (Moreno), las baldosas, se traspasó a gigante la cara de López, o sea que la cara puede ser vista desde cualquier lugar de altura, o sino también al cambiar la escala, por ahí uno cambia la escala y dimensiona el tema que es, porque por ahí al pasar los meses uno se va acostumbrando, uno va reduciendo esa escala a un hecho mas, es cambiar nuevamente a escala y poner en su debida forma el problema.
IndyLP: ¿Y en relación a la acción de hoy cómo surgió la idea?
Pilar: La primera vez que íbamos a hacer el mural se cumplían los cuatro años de la muerte de Maxi y Darío y se nos aguó, llovió así que decidimos esperar a que se diera de vuelta otra fecha y en realidad más que nada otras cosas en el medio también y por eso lo postergamos. Ahora que se cumplen los seis años decidimos pintar el mural, el boceto es el mismo que habíamos planteado, sólo que ahora se sustenta con la acción en red y con la acción en internet en realidad. Además consiste en otras intervenciones. Vamos a intervenir en una escalera, hicimos letras en bolifan, con la palabra intervenida…
Chempes: Por ahí para quienes no la hayan visto, la acción básicamente, la imagen o el conjunto iconográfico que se trabaja es la palabra de Google que cuando hay diferentes hechos cambia la imagen y pone el hecho en cuestión, para nosotros era un poco apropiarse de las herramientas de manera tal de recuperar los espacios, sobre todo en los campos que tradicionalmente son vistos como no pertenecientes a cierto progresismo, cierta idea de justicia, sino donde solamente se pueda expresar esas imágenes a través de un realismo o de algo que todo el mundo puede entender, supuestamente, ahora nos parece que con el cambio de los tiempos mucha gente entiende otros lenguajes que se han impuesto, entonces es recuperar todas las herramientas posibles y cambiamos este ícono de Google y le pusimos las caras de Maxi y Darío, de esta forma es una reapropiación. También hicimos una página idéntica, que es la que nombramos hace un rato, donde uno tiene otros vínculos. Se trata de vincular a una red social en la cual uno está inserto, que busca un país con otro tipo de justicia, con una justicia que atienda situaciones como esta de Maxi y Darío. Entonces si nosotros estamos buscando, viendo esa red, esa vinculación, el mural como decía recién Pili, hace dos años quizás no tuvo sentido y no se hizo justamente por la falta de peso fuerte, del sentimiento, del sentido, de la sensación. En este momento para nosotros tiene ese sentido, esa sensación hasta física porque estamos compartiendo con un montón de compañeros de diferentes tendencias, de diferentes lugares esta red, entonces hay una imprenta, hay lugares que nos hicieron calcomanías, vamos a poner en la escalera de (la Estación) Avellaneda esta misma imagen entonces usamos muchos recursos de la publicidad, de lo que uno está acostumbrado a ver en el espacio público resiginificándolos, recuperándolos para emitir otro tipo de mensajes. No solamente el letrero de tal marca de publicidad de jabones que parece ser el único autorizado a ocupar esos espacios, es reautorizar para causas que nos parecen completamente justas.
IndyLP: ¿Y no se les ocurrió hablar con Google directamente en relación a esto?
Chempes: Por ahí preferimos hablar con las… No fue un hecho conciente del grupo, no fue una discusión del grupo. En mi visión particular, la red a la cual nosotros nos unimos, no se si Google la integra en este momento, como un supermedio, como un monopolio, de la forma de comunicarse y utilizar internet, no se si es precisamente el tipo de comunicación alternativa y la construcción desde abajo que nosotros venimos, que se puede ver si ves todas las acciones que están en el blog.
IndyLP: ¿Y si Google agarrara y pusiera esa imagen el 26 de junio ustedes que…?
Chempes: Genial, para mí genial, cumpliría la función.
IndyLP: Pero no les interesa pedírselo ustedes a la empresa…
Pilar: La idea es apropiarse de esta herramienta…
IndyLP: Es más como un uso irónico del logo por esto que pusieron ustedes de “buscar justicia”.
Chempes: Básicamente en la página no hay contenido prácticamente. La gran cantidad de contenido son los links a otras páginas de otra gente que no hicimos nosotros. Entonces la idea no es dar un mensaje dogmático y fuerte sino todo lo contrario un mensaje débil que una red que en todo su conjunto sea tal vez fuerte.
IndyLP: ¿Y tienen pensado otras acciones de ahora en más?
Romina: Sí, obviamente. Nosotros de hecho estamos todavía coordinando con gente de MAFISSA, que ya hemos hecho un mural y seguimos solidarizándonos con los trabajadores. Ahora queremos hacer un mural con el tema de los guaraníes, con el tema de las propiedades que expropió la UNLP a las comunidades guaraníes, así que ahí también hay una problemática muy fuerte que está bueno para abarcar eso. ¿Qué más tenemos? El mural del SIDA, de autoconvocados contra el SIDA. Y así se van dando acciones a través del año.
IndyLP: ¿Algo mas que quieran decir sobre esta acción o en general?
Chempes: En general esta cuestión del grupo, que el grupo es un espacio abierto, de intercambio que básicamente la identidad que tenga está definida por las acciones que fueron hechas y que es un espacio al cual se puede acercar quien sea y compartirlo y coordinar con quien sea que se sienta cerca de la red que dibujan todas esas acciones.
Romina: Está buenísimo que tomen al arte como parte de lucha y no que se lo tome como algo decorativo como generalmente estamos acostumbrados en la sociedad, como que el arte siempre queda de lado porque es algo que por ahí mucho no sirve, que pasa por otro lado. Está buenísimo que haya gente que desde el arte ponga su lucha, su grano de arena.






Fuente y más información:
http://sienvolando.blogspot.com/
http://argentina.indymedia.org/features/cultura/
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2008/06/24/p3773

Más imágenes: http://argentina.indymedia.org/news/2008/06/610104.php



La rebelión como expresión genuina

Por María Ana Rago

El acompañamiento", de Carlos Gorostiza, y "Gris de ausencia", de Roberto Cossa, subirán juntas a escena el viernes 29, en el Teatro de la Ribera, con puesta de Hugo Urquijo. Los autores y el director hablan del significado y la vigencia de estas obras, y del homenaje del que formarán parte.
En el contexto de la dictadura militar y como acto de resistencia, surgió Teatro Abierto. Fue un movimiento de teatristas que en 1981 se reunieron para expresarse a través de obras escritas especialmente para ese ciclo. El acompañamiento, de Carlos Gorostiza y Gris de ausencia, de Roberto Cossa, formaron parte de la movida. Veintisiete años después, el Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) les rinde homenaje a esas emblemáticas piezas, que se estrenarán juntas el 29 de agosto en el Teatro de la Ribera, dirigidas, esta vez, por Hugo Urquijo.
El elenco de El acompañamiento estará integrado por Antonio Grimau y Pepe Novoa, mientras que el de Gris de ausencia por Juan Manuel Tenuta, Marcelo Xicarts, Marcela Ferradás, Ricardo Díaz Mourelle y Paloma Contreras Manso. Varios de esos actores fueron parte de Teatro Abierto (Av. Pedro de Mendoza 1821). "El espectáculo se estrenará allí, pero no va a quedar fijo en la Ribera", anticipa Urquijo, quien se refiere a "una" obra, aunque son dos.
¿Es uno o son dos espectáculos? ¿Cómo está concebido?
Urquijo: Más allá de la unidad de dirección y de unificación del espacio escénico, que no es poca cosa, la totalidad del espectáculo está pensada como un homenaje, por eso hablo de "uno solo". El espacio sufre pequeñas transformaciones a la vista del público entre una obra y otra. Y un relator, al principio y entre las obras, ubica el contexto político en el que surgieron.
En el '81, desde el 28 de julio y durante tres meses, se representaron diariamente 21 piezas breves de autores argentinos: primero en el Teatro del Picadero; luego, en el Tabarís. Terminado el ciclo, El acompañamiento y Gris de ausencia siguieron dos años más en cartel. "Quedaron unidas en la memoria colectiva, porque fuera de Teatro Abierto siguieron representándose juntas", repasa Urquijo. "Fue conmovedor que Kive (Staiff, director del CTBA) me convocara para hacer esto, ya que son obras que amo. Además, al haber participado de aquel movimiento, lo siento como algo muy personal", dice quien durante Teatro Abierto dirigió Desconcierto, de Diana Raznovich."Me parece muy bien que haya un homenaje más, que se acuerden de esta gesta, para que la juventud se entere de qué ha sido", aporta Gorostiza. "Todo homenaje a Teatro Abierto está muy bien", afirma Tito Cossa, quien repasa con entusiasmo los tiempos en los que surgió un movimiento que debió superar la adversidad. Además de las funciones nocturnas, el espectáculo formará parte del programa de Acción Externa para estudiantes, con funciones en horarios especiales.
En El acompañamiento, los personajes son Tuco y Sebastián. En su cuarto, el primero busca cumplir el sueño de cantar como Gardel. Su amigo intenta rescatarlo de la locura, pero termina sumándose al sueño de Tuco. Gris de ausencia transcurre en la antecocina de la Trattoria La Argentina, en Roma, y los personajes componen una familia de inmigrantes italianos, que regresaron a su país. "Las dos aluden a las ilusiones del ser humano", arriesga Urquijo.
En el marco del régimen militar, el sentido metafórico de las piezas era fundamental. Hoy, ¿qué ocurre con esa segunda lectura de los textos?
Urquijo: Creo que las dos obras tienen gran actualidad. La necesidad de realizar los sueños es universal; y el tema del desarraigo se incrementó en la Argentina.
Gorostiza: Aquel fue un momento agudo, cumbre, especialmente subrayado por la historia de nuestro país. Pero el problema que plantea El acompañamiento subsiste: en todas las sociedades, la gente quiere cantar y no puede. Por eso esta obra se representa en distintas partes del mundo.
Cossa: En el caso de Gris de ausencia, ahora la realidad está más cerca de mis personajes que en el '80. Porque en aquel entonces, los exiliados en su mayoría eran políticos. En cambio en los '90 empezó el exilio económico, por la falta de trabajo, como el de mis personajes, que van a Roma y ponen un restaurante."La consigna era escribir lo que sentíamos. Sabíamos que en el fondo de cada uno estaba la verdad. Y yo, inconscientemente, expuse en mi personaje la rebelión.
Tuco quería cantar y no lo dejaban", relata Gorostiza. "Conté el cuento de alguien que se refugiaba en la locura", agrega este dramaturgo nacido en 1920, que siendo muy jovencito salía corriendo de su trabajo —era empleado de Bunge y Born—, para participar de Teatro Libre Debate, en el Teatro del Pueblo. El también, como su personaje, soñaba desde siempre con salir de la rutina. "Me tomaba el tranvía y todos los miércoles veía teatro", recuerda Gorostiza."Yo estaba en Europa cuando acá se estaba armando Teatro Abierto. Allá estuve con muchos argentinos que vivían en Europa: algunos hablaban un porteño acentuado, de sainete, como afirmando su identidad; y otros, por el contrario, se iban mimetizando con el vale, el uso de la z... esos eran los que no iban a volver. Vine cargado de todo eso. De regreso, me apareció el tema del exilio", repasa la génesis de su texto este hombre, nieto de un campesino muy pobre. "Mi abuelo vino de Italia a los 18; fue carpintero en la Argentina, acá formó una familia y no le fue tan mal. Pero despreciaba este país", recuerda Tito.
¿Qué lugar ocupa en sus vidas TA?
Gorostiza: Los momentos más felices de mi carrera fueron los de Teatro Abierto. Lo nuestro fueuna rebelión. Estábamos prohibidos y un día nos indignamos y nos juntamos para expresarnos.
Cossa: Es como la medalla del recuerdo. Fue lo más significativo para mí. En medio del horror, poder sentirse vivo. Y además, una curiosidad: la mayoría de las obras que se estrenaron en el '81, están entre la mejor producción de cada autor. Eso que fueron escritas a las patadas y en tiempo récord.
Aquel movimiento de resistencia cultural tiene un heredero. "Teatro por la identidad, más que teatro de resistencia, es un teatro de denuncia hacia atrás. Nosotros peleábamos por algo del momento. TxI copia la estructura de TA, pero en otra época. Hacen una tarea excelente. Además, trabajar por las Abuelas es un orgullo para cualquiera", expresa Cossa.
En cualquier marco, "el teatro es una ceremonia. Cuando yo comencé mi aventura teatral, en el teatro La Máscara, allá por el año 1938, había un cartel que decía El teatro no es un templo, es un taller. Con el tiempo me di cuenta de que también es un templo. En aquella época, la gente se vestía para ir al teatro. Hoy, en un estreno, se ve a la gente con un jean, unas zapatillas y una camisa", dice con nostalgia Gorostiza, quien insiste en la pobreza espiritual que aqueja a todas las sociedades del mundo, pero se sostiene en la esperanza y en los espacios como TA, donde caben las utopías.



Teatro Abierto
"¿Por qué hacemos Teatro Abierto? Porque queremos demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino tantas veces negada; porque siendo el teatro un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario, intentamos mediante la alta calidad de los espectáculos y el bajo precio de las localidades, recuperar a un público masivo; porque sentimos que todos juntos somos más que la suma de cada uno de nosotros; porque pretendemos ejercitar en forma adulta y responsable nuestro derecho a la libertad de opinión;porque necesitamos encontrar nuevas formas de expresión que nos liberen de esquemas chatamente mercantilistas; porque anhelamos que nuestra fraternal solidaridad sea más importante que nuestras individualidades competitivas; porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que
sabemos hacerle; y porque, por encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos."
El martes 28 de julio de 1981, a las18.00 hs., el actor Jorge Rivera López, presidente de la Asociación Argentina de Actores por aquel entonces, inauguró Teatro Abierto con la lectura de este texto escrito por el dramaturgo Carlos Somigliana
Teatro Abierto fue un movimiento de los artistas teatrales de Buenos Aires que surgió en 1981 bajo el régimen militar y desapareció en 1985, un año después de recuperada la democracia. Nació por el impulso de un grupo de autores dispuestos a reafirmar la existencia de la dramaturgia argentina aislada por la censura en las salas oficiales y silenciada en las escuelas de teatro del Estado.Un día de finales de 1980 los autores se propusieron mostrarse masivamente en un escenario y 21 de ellos escribieron otras tantas obras breves que, a tres por día, formaron siete espectáculos que debían repetirse durante ocho semanas. Cada obra sería dirigida por un director distinto y representada por intérpretes diferentes para dar lugar a una presencia también masiva de los actores.
Casi 200 personas entre autores, actores, directores, plásticos y técnicos participaron del primer ciclo.Teatro Abierto se inauguró el 28 de julio de 1981 en el Teatro del Picadero, una sala de la periferia del centro poteño recién inaugurada, y desde la primera función provocó una convocatoria de público entusiasmado que desbordó las 300 localidades previstas. Las funciones se realizaban en un horario insólito, a las 6 de la tarde, y el precio de la entrada equivalía a la mitad del costo de una localidad de cine.Una semana después de inaugurado, un comando ligado a la dictadura (se dijo que pertenecía a la Marina) incendió las instalaciones de la sala. Al igual que el público, los militares habían advertido que estaban en presencia de un fenómeno más político que teatral.El atentado provocó la indignación de todo el medio cultural. Casi veinte dueños de salas, incluidas las más comerciales, se ofrecieron para asegurar la continuidad del ciclo.
Más de cien pintores donaron cuadros destinados a recolectar dinero y recuperar las pérdidas. Los hombres más importantes de la cultura y de los derechos humanos -Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel- expresaron su adhesión. Teatro Abierto pudo continuar en el Teatro Tabarís, la más comercial de todas las salas de la calle Corrientes y con el doble de capacidad que el Teatro del Picadero. El ciclo se desarrolló a teatro lleno y con un entusiasmo del público que superaba el fenómeno teatral para convertir cada función en un mitín antifascista.Así se cumplieron tres ediciones de Teatro Abierto bajo el régimen militar (1981-82-83). En 1984, primer año de democracia, los integrantes de Teatro Abierto se dedicaron a discutir la manera de encarar la continuidad, ahora que el pretexto que le había dado origen, la dictadura militar, ya no estaba. Teatro Abierto se prolongó bajo la democracia en otras dos ediciones y luego desapareció.
En algunos de los artículos de los principales protagonistas, dramaturgos, se refieren al fenómeno. Roberto Cossa, analiza la situación general de la Argentina en los tiempos en que surgió Teatro Abierto; Osvaldo Dragún, su verdadero isnpirador, recuerda la historia, desde su inicio hasta la culminación del primer ciclo, y Mauricio Kartun, los ciclos de transición a la democracia hasta su extinción.Cabe recordar que la repercusión de Teatro Abierto estimularía a otros artistas y así surgirían, a partir de 1982, Danza Abierta, Poesía Abierta y Cine Abierto, aunque ninguno de ellos alcanzaría la dimensión que tuvo el fenómeno teatral convertido, por el imperio de circunstancias no previstas, en el más importante de los focos de resistencia cultural a la dictadura de los militares.Fundación Somigliana

Tiempos de silencio
Por Roberto Cossa
En el mes de julio de 1981 la dictadura argentina iniciaba su proceso de declinación. En aquellos estamentos donde el verdadero poder toma decisiones se pensaba que los militares debían prepararse para abandonar el gobiernos conquistado hacía cinco años y medio. Los hombres de uniforme habían cumplido sobradamente su misión principal: aniquilar a la guerrilla izquierdista armada y desactivar las estructuras políticas y gremiales más combativas.
El plan militar se desarrolló a la perfección, pero el costo fue muy grande. Los métodos aplicados por los dictadores horrorizaban al mundo. La imagen internacional de la Argentina ponía en peligro su futuro como país integrante de la comunidad civilizada.
Las prácticas de terror aplicadas en los cuarteles y comisarías del país eran conocidas desde hacía tiempo por las organizaciones políticas y por las entidades de derechos humanos de todo el mundo. Los sectores progresistas se degañitaban desde 1976, pero no habían sido escuchados. Hasta que, finalmente, los alaridos de los torturados, los quejidos de las Madres, el silencio de los desaparecidos y las reiteradas denuncias de los exiliados atravesaron todos los muros de la comunidad internacional. Ya nadie podía hacerse el tonto sobre lo que estaba sucediendo en la Argentina.
Desde mediados de 1980 circulaba por todos los despachos diplomáticos, políticos y periodísticos del mundo un informe de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA). Se trataba de dos gruesos tomos que contenían escalofriantes denuncias sobre el sistema de terror aplicado por los militares argentinos. De hecho, si la complaciente burocracia diplomática latinoamericana condenaba a la dictadura militar argentina, quería decir que el mundo le estaba extendiendo su certificado de defunción.
En síntesis: a mediados de 1981 el poder militar en la Argentina estaba agotado. Había que pensar de qué manera no traumática se producía el recambio. Finalmente, se trataba de preservar el sistema cambiándole la fachada.En julio de 1981 todo parecía encaminarse por carriles previsibles. Nadie podía sospechar lo que ocurriría ocho meses después: la demencial invasión de las islas Malvinas, un intento desesperado de un comando militar decadente, conducido por un general delirante y borracho, por permanecer en el poder. "Los militares argentinos huyen para adelante", iba a ironizar Jorge Luis Borges cuando se enteró del desembarco argentino.
Argentina: julio de 1981Cinco años y tres meses después del golpe que derrocó al gobierno legal de Isabel Perón, la sociedad argentina estaba reponiéndose del plan de exterminio aplicado por los militares. La "guerra" había terminado hacía más de un año, pero los mecanismos de represión y censura persistían.
Hasta fines de 1980 sólo las Madres de la Plaza de Mayo desafiaban al régimen con su rito semanal, valiente y solitario, girando alrededor de la pirámide de la plaza, frente a la Casa de Gobierno, con sus cabezas cubiertas por pañuelos blancos. Fue po aquel tiempo cuando empezaron a registrarse los primeros brotes de resistencia. Era evidente que la actitud de la ciudadanía comenzaba a cambiar, en principio la de aquellos sectores más castigados por el régimen: la clase obrera y los intelectuales. Como síntomas de resistencia aparecieron las huelgas aisladas, las protestas populares focalizadas y las primeras reacciones de la prensa independiente.Hasta los grandes diarios comenzaron a filtrar noticias y comentarios críticos al régimen, y los líderes políticos se sentaban a conversar; sentían que había llegado la hora de programar la vuelta a la democracia.
os intelectuales volvían a reunirse en los bares del centro de Buenos Aires y se abrían tres frentes de protesta: el teatro, las revistas de humor y los recitales de música popular.Entre tanto, buena parte de los argentinos, la llamada mayoría silenciosa, más preocupada por su bolsillo que por las libertades públicas, comenzaba a sospechar que también ella era víctima de la dictadura y que la acción de los militares no sólo estaba destinada a terminar con la guerrilla marxista. Por aquellos años el sueldo de los obreros y de los empleados se iba a reducir en un veinte por ciento.
En síntesis, a mediados de 1981 ningún argentino podía asegurar que el régimen militar estuviera a punto de caerse. Aún así, la gente se animaba a protestar, sea por convicciones políticas, por necesidad económica o por hartazgo. El pueblo sabía que seguía viviendo bajo una dictadura aunque algunos nudos de la mordaza comenzaran a aflojarse. La mayoría de los argentinos desconocía la magnitud del genocidio, sus detalles perversos, pero nadie podía ignorar que existían miles de desaparecidos, hombres y mujeres torturados, campos de concentración y presos políticos.
Ese fue el contexto político en que se produjo
Teatro Abierto.El Teatro Resistente
El teatro en la Argentina, especialmente el de Buenos Aires, tiene una larga tradición militante. Desde siempre estuvo ligado a procesos políticos y sociales, fue vanguardia en la resistencia y víctima propiciatoria de las dictaduras y las intolerancias.
Ya en los tiempos de la colonia, es decir de la prehistoria, allá po 1792, cuando el teatro argentino no existía, se produjo un episodio premonitorio: el incendio de la primera sala de Buenos Aires, el Teatro de La Ranchería, un galpón con techos de paja fundado por el virrey español Juan José de Vértiz. El fuego lo originó una bengala que partió de una marcha de fieles católicos durante una festividad religiosa. Nunca se supo bien si fue un accidente o un atentado. Los historiadores más rigurosos recuerdan que la jerarquía católica no veía con mucha simpatía la presencia de ese "antro" pecaminoso, ni compartía la política progresista del virrey Vértiz quien, además de construir un teatro, había introducido la imprenta en estas tierras salvajes.
En los arranques de este siglo el teatro asumió un mayor compromiso social. Aparecieron los dramaturgos propios, los autores nacionales, que en su mayoría eran anarquistas y socialistas. Pero sólo en el año 30, el teatro de arte encontraría una estructura que lo convertiría en una arma de acción contra el sistema. A fines de ese año, un intelectual, hombre de teatro pero también periodista y narrador, Leónidas Barletta, funda el Teatro del Pueblo, piedra basal del movimiento de teatros independientes, un fenómeno que cambió las estructuras del teatro de la Argentina y que sirvió de modelo para el nacimiento de buena parte del actual teatro de arte de América Latina. Teatro Abierto fue hijo directo de aquel movimiento, heredero del mismo espíritu de disconformidad con el arte comercial, y de resistencia cultural a los sectores más reaccionarios de la sociedad.Los protagonistas de Teatro Abierto suelen recordar esta continuidad, que no es casual. En 1930 se produjo el primer golpe de Estado y a partir de ahí comenzarían más de 50 años de gobiernos con fuerte presión militar sobre la sociedad argentina. Naturalmente, la cultura en general y el arte en especial serían las víctimas preferidas del fascismo.
Hasta 1945 se sucedieron una serie de gobiernos ilegítimos que llegaron al poder mediante el fraude o la violencia; entre 1945 y 1955 se instaló la década peronista (legítima en lo político, pero rígida también en lo cultural); de 1955 a 1983 se alternaron los gobiernos civiles con regímenes militares cada vez más violentos. Salvo los tres años de gobierno radical de Arturo Illia son casi 30 años donde imperan la censura y la auto-censura, tiempos de convulsiones políticas. A medida que fue creciendo la resistencia popular la respuesta fue más dura, hasta llegar a la brutal dictadura genocida de 1976.
Tanto en épocas de dictadura como de dictablandas, en tiempos de gobiernos militares violentos o de gobiernos civiles ilegítimos, el sistema mantuvo una misma estrategia represiva hacia el teatro. Permitía la presencia de espectáculos de arte, pero le ponía como condición que se encerrara en pequeños espacios. Es decir, el teatro podía existir siempre y cuando no se notara, siempre y cuando lo escucharan sólo los convencidos.Contrariamente a lo que ocurrió en la España de Franco, el Chile de Pinochet o en Uruguay y Brasil bajo regímenes militares, en la Argentina no se aplicó nunca la censura previa. Aún en los momentos más duros los espectáculos se estrenaban sin ninguna inspección; las obras no estaban obligadas a ser indagadas antes de subir al escenario. Claro que quien se animaba a sacar la cabeza corría el peligro de perderla. Entonces empezaba a funcionar la autocensura. Los empresarios de las grandes salas estrenaban solo comedias intrascendentes y en los teatros de arte se eludían aquellos textos directamente políticos. El hombre precavido -suele suceder- es más papista que el Papa.
En los teatros oficiales la censura no estaba oficializada, pero de todas maneras, la elección del repertorio y de los intérpretes era responsabilidad de los directores -funcionarios designados por el gobierno de turno- que aplicaban la política discriminatoria. De hecho, no subía a escena ninguna obra de los autores argentinos cuestionadores del sistema, lo que equivale a decir casi todos, ni se convocaba a ningún actor o director catalogado de izquierdista. Los resistentes eran confinados a la actividad privada, obligados a recluirse en los pequeños teatros.Y era en los pequeños teatros de arte donde aparecían los mayores riesgos, pero cada estreno estaba cargado de nerviosismo, de desconfianza e inseguridad, mucho más si el espectáculo tenía una intencionalidad política o social.. Lógicamente, no se produjeron a partir de 1976 obras que atacaran directamente al gobierno militar, pero hubo algunas cuya lectura era inocultablemente antifascista. El régimen las dejó pasar con su tradicional estrategia de no prohibir aquello que no tenía notoriedad, que sólo llegaba a los convencidos. Los ingenuos estaban resguardados por una censura que impedía cualquier desliz en los medios masivos de comunicación, tales como la televisión o el cine.Por eso, Teatro Abierto pudo ser soñado y pudo nacer. Cuando el régimen tomó conciencia de que era un hecho significativo envió un comando de represores para que incendiara la sala, el Teatro del Picadero, donde se estaba desarrollando. Todo lo que logró fue convertir a Teatro Abierto en un fenómeno político, en un acto masivo de resistencia.
Porque Teatro Abierto nació como un delirio de las catacumbas y terminó compartiendo las luces de la notoria calle Corrientes, lo que demuestra que las cosas no salen siempre como los poderosos lo escriben de antemano. A los militares argentinos, por ejemplo, tan expertos en armas, con Teatro Abierto el tiro les salió por la culata.