martes, diciembre 01, 2009

"...Lo más lindo que puede haber en cada ser humano es sacar ese niño que tenemos adentro.Y con la murga ese niño lo saco constantemente..."

Reportaje ciber-epistolar a Daniel "Pantera" Reyes, Director del Centro Murga Los Reyes del Movimiento de Saavedra*

Por Pupita La Mocuda






¿Cuántos años cumpliste de director de murga, Daniel?
Y, hacé la cuenta. Desde 1981. Son tres murgas que saqué: Los Rejuntados, Los Calamares y Los Reyes del Movimiento. Siempre en Saavedra, claro. Los Reyes salen por primera vez en 1986. El 81 y el 82 eran los últimos años de la dictadura.




¿Cómo fueron para Los Reyes los carnavales 2009?

A nivel cantidad de actuaciones te puedo decir que, personalmente, fue el peor carnaval que viví en mi vida. No por culpa de la organización ni nada sino por culpa de San Pedro. Hubo un par de rounds allá arriba en el cielo entre San Pedro y el dios Momo ¡y los ganó San Pedro todos por knock out! Salimos tres noches solas durante el carnaval en Capital Federal y una vez en Provincia antes de que empezara.



Sería muy triste que desapareciera o se achicara el circuito porteño de tal manera que las murgas no tuvieran más que, no sé, cinco o seis actuaciones por carnaval. (1)


Bueno, este año tuvimos doce actuaciones. Vos mirá que esto lo hacíamos en dos noches, antes. Y hacíamos catorce o dieciséis actuaciones en dos noches. ¡Dos noches! Esto mucha gente nueva no lo cree pero nosotros no hacíamos, por ejemplo, el baile individual como lo hacen ahora; no perdíamos ese tiempo que es precioso. Hacíamos tres canciones: una entrada, una crítica y una retirada. Por algo históricamente se habla de una entrada, una crítica y una retirada. Y salíamos volando a otro corso o a otro club dejando lugar a otras murgas… Algo que hoy en día no pasa. Muchas murgas quieren cumplir los cuarenta y cinco minutos a rajatabla porque lo dice el reglamento. Sin ir más lejos, una vez estuvimos en Boedo menos de treinta minutos, cantamos tres canciones y nos retiramos, siendo una murga de ciento cincuenta a más de doscientas personas. Actuamos y nos vamos volando para otro corso. ¡Suban al micro! ¡Bajen del micro! Ese es uno de los secretos. Lamentablemente no hay otra manera cuando te tenés que hacer escuchar en cuatro micros y veinte coches que siguen la caravana de la murga. Yo veo a veces que por el reglamento alguno dice: “¡Pero nosotros entramos a las once!” y son las once menos cuarto y esos quince minutos están parados al divino cohete. Nosotros no perdemos tiempo. Si podemos entrar, entramos y nos ahorramos esos quince minutos para ver si podemos entrar en otro corso.


Qué terrible sería volver para atrás y que las murgas porteñas no pudieran salir en su lugar de origen…


A mí personalmente me encantaría volver a Ensenada, a La Plata, Berisso, Francisco Solano a pesar de que teníamos que pelear el precio porque en ese momento los corsos los copaban los grupos de cumbia. Es como que les daban más importancia a esos grupos en pleno carnaval. Pero hoy sería muy difícil llegar a la Provincia porque los corsos son gratis y a pesar de que venden nieve y chorizos no se les paga a las murgas. Imaginate, si nosotros en Capital Federal gastamos entre dos mil a tres mil pesos por noche si vamos a La Plata ¿cuánto tendríamos que gastar?


La murga así como vos la concebís tiene ese juego de cintura, esa flexibilidad para agregar o de sacar canciones, por caso…


Y sí… Hay corsos, por ejemplo este año en Villa Pueyrredón, donde hicimos cinco o seis canciones porque no había ninguna murga esperando, a la gente le gustaba. Le preguntábamos al público si quería que siguiéramos. Eso también lo tenemos en cuenta. Si vemos que al público no le gusta y bueno… ¡Nos vamos! No me puedo quedar una hora ahí sabiendo que no les gusta. Esto es algo que a veces no ven las murgas. Yo veo algunas que actúan, actúan, actúan y no se dan cuenta, no miran, si al público le gusta o no. Nosotros miramos al público. Si veo que se ponen a jugar a la nieve, se ponen a hablar entre ellos, no les está gustando la murga. Hay algo en lo que estamos fallando.



Entonces, entre San Pedro y que hubo pocas actuaciones, no fue el mejor de los años. Pero, ¿rescatás algo positivo a pesar de esto?


Y, bueno, después de tantos años ascendimos a la A. Ya no somos más de la B. ¡Ojalá que Platense nos pueda imitar y ascienda a la A! (2)


¿Qué significa para Los Reyes estar en la A?


Para nosotros estar en la A significa básicamente tener más actuaciones. Creo que son diecisiete actuaciones para quienes entran en esta categoría. Y esto quiere decir también no estar mendigando para entrar por afuera. Eso es algo que se critica mucho, el entrar por afuera, que es muy loco criticarlo.


De las dos maneras igual estás en el circuito…


Sí, pero entrar por afuera quiere decir no estar en la programación oficial del corso hecha por la Comisión de Carnaval y, por supuesto, no recibir pago.


¿Y es criticado eso?


Y... Es bastante criticado, sí.


Pero esa es una práctica muy antigua, ir por adentro o por afuera, ¿o no?


Sí, es una práctica antigua. Al estar por afuera no cobramos la actuación. Nosotros, por ejemplo, al salir en la categoría B tenemos catorce actuaciones, es decir, cuatro o cinco noches por adentro. Y las demás noches las estamos haciendo por afuera. ¡Qué las pagamos del bolsillo nuestro! No nos van a devolver esa plata. Yo creo que eso es algo para valorizar y que muchos no lo hacen. Tenés que hablar de dos mil a dos mil quinientos pesos, una murga como la nuestra, como Los Viciosos, como Los Cometas, como Los Amantes de la Boca… Imaginate que Los Amantes de la Boca salieran con las cuatrocientas personas que tenían antes, ¿cómo harían, cuánta plata gastarían? Era parte de nuestra cultura salir las ocho noches y cada noche en seis u ocho lugares. Hoy cuando tenemos tres actuaciones es como tocar el cielo con las manos. Y si actuamos las ocho noches es el mejor premio que podemos tener y decir que tuvimos un buen carnaval, como antes.



Es la primera vez que Los Reyes están en la primera categoría…


Sí, siempre estuvimos en la B como buenos hinchas de Platense. Pero somos de la A, igual que Platense. No queremos salir primeros ni nos creemos los mejores. Sabemos que somos una murga que gusta y nos conformamos con estar entre los primeros veinte o los primeros diez puestos.


¿Cuál fue la reacción de los murgueros al saber del resultado?


Yo creo que nos trae un poco de dignidad, podemos decir. No hablo de autoestima, que creo que siempre hemos tenido porque de no ser así no sé si Los Reyes seguirían existiendo. Hemos salimos número cuarenta alguna vez, número veinticinco. Pero por tener esa autoestima – no de sentirnos los mejores, esto quiero recalcarlo – creo que damos un buen espectáculo y dejamos todo lo que sabemos o podemos hacer y todo lo que aprendimos jugando a la murga desde chicos. Yo estoy contento de poder haber transmitido a la gente de la murga nuestra lo que yo hacía cuando jugaba a la murga. Cuando subimos arriba del escenario, tanto Jorge como Corina o muchos otros que no nacieron murgueros, juegan a la murga junto conmigo. Y bueno, ¡estoy contento por eso! El año pasado, en el 2008, el mejor premio que tuvimos – esto lo hablamos siempre – es haber salido las ocho noches, lo que nos costó mucho, mucha plata que no nos reintegra el Gobierno de la Ciudad, que sale del bolsillo del “Director”, figura que tanto critican algunos. Fue, mirá lo que te digo, hasta mejor que haber salido en la A. Porque ya no tenemos el kiosko, el almacén, la carnicería que antes nos ayudaban con sus publicidades. ¡Estábamos recontentos! El premio más grande que podemos tener Los Reyes es salir todas las noches, como te decía antes.



¿Se prepararon distinto comparado con otras veces para los Carnavales 2009?

Como siempre. Actuamos durante todo el año. Eso nos da una práctica donde cada actuación que tenemos es un ensayo más. No tenemos un ensayo anual por no tener un espacio físico como, por ejemplo, un galpón por el que peleamos durante tantos años y que se lo dieron a otras personas que no son de nuestro barrio. Se ve que todavía seguimos siendo personas no gratas para cierta parte de la sociedad aunque lo nuestro es primordialmente un trabajo social.


Ustedes ensayan un par de meses antes de empezar los carnavales…


Sí, así es. Lo bueno que tenemos ahora y que no teníamos antes, podríamos decir diez o quince años atrás, es poder salir durante el año. En la misma actuación estamos ensayando y a veces nos juntamos para hacer alguna letra nueva. Pero no ensaya la murga en sí durante el año.


A veces los ensayos de ustedes son como una especie de actuación en sí misma, de encuentro a cielo abierto donde se junta el barrio...


Y es que la murga siempre ensayó así… A veces veo murgas que ensayan por un lado la percusión, por otro el canto y por otro el baile. Y yo, desde que tengo uso de razón, cuando salía en Los Ambiciosos, en Los Curdelas – estoy hablando de la década del setenta – ensayábamos así como ensayamos nosotros. Cantábamos y bailábamos y estaba la percusión. Todo junto pero sin sonido. Una de las diferencias que tenemos hoy nosotros es que estamos ensayando con sonido, que es una ventaja. Las voces ya las manejás de otra manera. Esto explica por qué a veces gritan las murgas. Se grita porque hay que levantar la voz arriba del bombo. Siempre digo que no es lo mismo cantar arriba de una guitarra que cantar arriba de un bombo…



¿Cómo sería eso?


Y sí, cantar arriba de una guitarra, cantás sin problema. Llevás un tono. Pero cantar arriba del bombo ¡hay que cantar! No cualquiera canta arriba de un bombo. Yo no sé si un cantor profesional puede cantar arriba del bombo. Seguro que te lo va a hacer bajar en vez de él levantar un poco la voz. Porque no va a gastar su garganta. A diferencia, por ejemplo, de nuestro cantor, Eduardito Castro, que es un profesional pero entiende la esencia de la murga y sabe que tiene que levantar un poco la voz.


Entonces me decís que se prepararon como siempre…


Como siempre, sí. Con letras nuevas, criticando a Cristina, a Néstor. Esto demuestra que sí criticamos al gobierno. Lo hacemos como lo hacíamos en la época del proceso… Aún así, que creo que hoy por hoy lo que hace el gobierno lo podés mirar por televisión. Si cada murga lo vuelve a repetir queda medio pesado por ahí. Pero en la época de los militares era como que no se publicaba lo que hacían los militares y las murgas decíamos lo que no decía la televisión. Y era una necesidad de la gente, ¿no? Por eso los clubes de barrio se llenaban esperando que las murgas criticaran al gobierno ya que en los corsos muchas veces nos hacían bajar. Por ejemplo, en Provincia de Buenos Aires nos exigían poner trompetas, cuarenta bombos, cuarenta redoblantes y hacer un desfile y no querían que hiciéramos el escenario. Por eso es que muchas murgas de Provincia perdieron el escenario y nosotros tuvimos la suerte de tener clubes como el All Boys de Saavedra, el Juventud de Saavedra, Agronomía, Mariano Moreno, California, Islandia y algunas veces el Sin Rumbo y el Pinocho.


Fuente para esta imagen: barriada.com.ar/Saavedra/clubAllBoys.jpg

La voz del pueblo silenciado…


Sí, se puede decir que éramos la voz del pueblo. Y criticábamos… A Massera, Videla, a Martínez de Hoz especialmente.


¿Durante el 2008 qué lugares visitaron? ¿Qué cosas hicieron? Sé que fueron varias.


Estuvimos en Santiago del Estero, Río Negro, Bahía Blanca, Saladillo, Las Flores. Son todos encuentros murgueros nacionales armados por nosotros o por otras murgas en los que hemos venido trabajando desde hace más o menos doce años y en los que empezamos juntándonos como amigos de “militancia murguera”. Nos interesa que se conozca la murga porteña.


También hicieron la radio el año pasado…


Sí, estuvimos en la Radio Mágica difundiendo un poco lo que hacemos.


¿Por qué pensás que es importante difundir la murga porteña?


Porque justamente el género porteño es un género virgen. Son pocos los que saben lo que es la murga porteña. Yo siempre digo que en Uruguay hay tres millones de uruguayos y dos millones novecientos noventa y nueve mil saben lo que es la murga uruguaya. En la Argentina de treinta y ocho millones que somos no sé si hay mil personas que saben bien lo qué es la murga porteña. Muchas personas se han encargado de esconder a los murgueros, no sé si por vergüenza o por conveniencia, como, por ejemplo, los que dicen que no estuvimos en la época del Proceso. Para muchos es como que a principios de la década del noventa reaparece la murga ignorando que nosotros nunca desaparecimos. Éramos pocos pero seguíamos resistiendo contra viento y marea.


La marginación de la murga por razones sociales y políticas… ¿En ese sentido lo decís vos?


Puede ser. Tenemos una sociedad bastante - ¿cómo la podemos llamar a esta sociedad? - ignorante en el tema. No sabe lo que es la murga y a veces se baja una línea que no es. Por algo mi viejo me prohibió salir en la murga. Lo que baja la sociedad nuestra es que la murga es de malhechores, de delincuentes. Y no es tan así. La murga porteña nació por una necesidad social, primero y principal. Y bueno, donde pudimos crecer, artísticamente se puede decir, bailando y cantando, lo hicimos. No haciéndolo profesionalmente sino sintiéndolo.


Daniel, ¿cómo pensás que hay que defender el carnaval porteño?


Al carnaval porteño… Yo creo que tendríamos que definir qué es lo que defendemos. Si la identidad o el carnaval. En el carnaval vale todo. Creo que algo que nos debemos es defender la identidad de lo que fue el carnaval porteño. En la identidad no vale todo. A mi manera de ver, la identidad es la identidad. Y con esto no quiero decir que soy un cerrado aunque más de uno lo va a hacer. Es que no se conoció ni se conoce del todo el género murguero porteño. Sería bueno que se empezara porque los chicos nuevos si no la conocieron nunca van a hacer murga porteña. Creo que uno primero lo tiene que conocer para después ver si es lindo o si es feo. Y no porque al género se le agreguen algunas cosas novedosas va a ser más lindo que lo viejo. Pienso que en lo viejo hay muchas cosas buenas.


Entonces, vos verías ahí una diferencia, digamos, entre lo que es el festejo del carnaval en la ciudad y la defensa de la murga porteña como género oriundo de Buenos Aires. ¿Eso lo ves como una materia pendiente que tenemos como pueblo?


Tenemos, sí, una deuda pendiente. Vos mirá que con esto de que no está el lunes ni el martes de carnaval hay mucha gente de plata que se queda acá. Antes, sábado, domingo, lunes y martes la gente de plata se iba. Y ahora se queda y va conociendo la murga. Antes el carnaval era para los pobres, que no se iban a ningún lado. Eran las vacaciones del pobre. Hoy, bueno, algunos ricos que, como no tienen ese sábado, domingo, lunes y martes, se quedan acá y de paso conocen las murgas. Y a veces la conocen mal y a veces la conocen bien.


¿Qué proyectos tienen Los Reyes para el futuro próximo?


De por sí ya fuimos a Las Flores, uno de los primeros encuentros nacionales que justamente son encuentros por la identidad. Recién volvimos de Saladillo. Y estaremos yendo a Santa Fe, Mar de Plata, Bahía Blanca y quizás Roca, si nos da el bolsillo. ¡Qué loco! Estamos hablando de lo que es defender la identidad de la murga porteña con murgas de Bahía Blanca, de Las Flores, de Santiago del Estero, de Zapala, Neuquén, con murgas de muchos lugares del país. Igualmente, ahora le estamos diciendo murga argentina más que murga porteña… También queremos hacer algún teatro, como ya hicimos, grabar un compact… Nosotros, por ejemplo, no estamos en ninguno de los CDs de Carnavales Porteños. No quisimos estar aunque lo respeto mucho a Diego Robacio, de verdad. Y me dolió mucho que haya perdido plata con estos compacts.

Murga argentina con una raigambre muy profunda porteña…


Así es. Y esto salió en conclusión alguna vez que discutimos con agrupaciones que no piensan igual que nosotros y qué preguntaban qué era lo que defendíamos nosotros. Y nosotros decíamos que nosotros nos juntamos porque nos gusta hacer murga… Imaginate, Santiago del Estero queda a mil trescientos kilómetros de acá de Buenos Aires, Catamarca casi mil quinientos, Río Negro a mil doscientos kilómetros, Zapala no sé cuántos kilómetros… Somos como una familia grande que armamos en el país y nos juntamos para encontrarnos. Y lo vemos así. Nos sentimos familia con la gente, con Guillermo de Bahía Blanca, con Fabián de Las Flores que está junto con los de Saladillo, con Mariano de Pringles, con Javier de Santiago del Estero. Para nosotros Santiago del Estero es algo especial, es un pedazo de nuestro barrio, del Barrio Mitre. Me emociona mucho a mí. Poder haber logrado que con la murga se olviden de su pobreza es algo groso para mí.


Estuvieron dando talleres ustedes…


Sí, en la facultad. Primeramente eran ocho.


¿Ocho qué?


Eran ocho personas y hacían murga de estilo uruguayo. Nosotros les dijimos que para hacer la murga tenían que ir a un barrio, a un barrio humilde. Y lo hicieron. Y hoy son doscientas veinte personas. Con diecisiete bombos con platillo y con un letrista como Javier que… La verdad que las letras de Javier te emocionan mucho. (3)


Y ustedes los visitan…


Sí, los visitamos cada dos por tres. Ellos vinieron al encuentro de Bahía Blanca. Bah, algunos de ellos: Javier, Claudia y sus dos hijos.


Los Reyes, bueno, Saavedra, es como que ha sostenido a lo largo del tiempo la identidad y la actividad de la murga porteña y ahora la está expandiendo, la va llevando a otros lugares de la República Argentina.


Hace diez años, alguna vez – nadie es profeta en su tierra, dicen ¿no? – sentimos como que… No sé si decir odio; no sé cómo llamarlo… Algunas personas no aceptaban nuestra manera de pensar. No sé qué pensarían. Y decidimos no gastar más energía acá en Buenos Aires – si bien seguíamos haciéndolo porque no nos habíamos ido – y poner un poco de energía en otro lado. Y así salió esto de recorrer el país. Vos mirá que ya desde 1995, cuando estuvimos en Santo Tomé…


¿Es verdad que cuando vos visitás otros lugares fuera de Buenos Aires la gente canta las canciones de Los Reyes o que cuando ustedes las cantan ellos ya las conocen?


La verdad que es algo emotivo eso. Me acuerdo una vez en Río Negro, estábamos haciendo un taller de murga, enseñando a bailar, un poco a tocar el bombo y en un momento – ya estoy un poco grande, un poco viejo, no me banco tanto tiempo enseñando a bailar – medio me cansé y para descansar nos pusimos a cantar con los chicos de Las Flores, con los chicos de Bahía Blanca y para mí fue una emoción grande ver una ronda de gente de Zapala, de Plaza Huincul, de Cutral-Có, de todo el sur ¿no? Y empezamos a cantar la canción de murguero, toda la vida fui murguero. Cuando vi que toda esa gente empezaba a cantar el coro, qué se yo, me puse a llorar. Fue emocionante porque todavía nos sentimos marginados nosotros. No sé si seremos paranoicos...


A vos te parece importante que se sostenga la actividad, que se la difunda…


Yo creo que sí. Porque vos mirá, una persona que nunca vio murga porteña, pum, si aprieta un botón, lo primero que va a encontrar es murga uruguaya. Si quiere comprar un compact, lo primero que va a encontrar es un compact de murga uruguaya; hoy por hoy yo creo que no hay un verdadero compact de murga porteña. Me encantaría tener plata para poder hacer un compact que realmente represente la represente. Hay un compact de una cantante famosa que deja a la murga uruguaya bien parada con su profesionalismo pero cuando escuchás la porteña se siente un ritmo que no es la murga porteña y una persona gritando “¡Aguante la murga!” casi como menospreciándola. Quiero pensar que lo hacen inconscientemente.


También – a lo mejor no sé si lo habrás visto vos – hay gente que cuenta que cuando va allá ve a los chicos bailar y les dice Los Panteritas o Los Mini Pantera. ¿Sabías vos eso? (4)


Y… Lo vimos acá en el corso de Saavedra con los chicos de Zapala que estuvieron en carnaval. Es algo inexplicable. Es algo groso, impresionante. Y nosotros estuvimos ¿cuánto habremos estado con él diez minutos? Nico fue de los primeros que vino a Río Negro. (5)


Uno de los dos murgueros que estuvieron contó que se sentía como si los Rolling Stones lo hubieran invitado al escenario.


¿Ah sí? Qué loco, no. Ojalá fuéramos los Rolling Stones y tuviéramos el uno por ciento de la plata que tienen ellos. ¡Sabés el murgón que tendríamos! Y te puedo asegurar que recorreríamos el mundo… Invertiríamos la plata en esto. No para guardarla para nosotros si no para fomentar esto que es la murga. Iríamos a Europa para que conozcan la murga, la murga porteña, la murga argentina como bien dicen. Pero lo que hacemos lo hacemos a pulmón y gastamos mucha plata. Porque es mucha en serio la plata que se va.


Pasando a otra cuestión muy importante, Daniel, ¿cómo ves la lucha por el feriado de carnaval? ¿Se agotó? Ya hace diez años que vienen las marchas. ¿Ustedes participan?


No sé si se agotó. Yo veo que hay gente que tiene otros intereses, políticos, por ejemplo. No sé si les importa el lunes y martes de carnaval. Yo creo que el feriado del lunes y el martes de carnaval se puede pelear de otra manera. No con una marcha. Vos mirá qué contradicción, qué hipocresía. Yo escucho a veces decir a algunos que nosotros, los murgueros tradicionales, somos punteros políticos o barrabravas. Nos acusan, nos marginan. Constantemente lo dicen. Yo nunca les contesto. No son los murgueros tradicionales los que organizan estas marchas. Yo lo que digo es que todas las murgas estemos en el corso el lunes y martes de carnaval con la gente. Nosotros resistimos el lunes y martes de carnaval en los clubes de barrio. ¿Y sabés por qué dejamos? Hasta 1986, 1987 podemos hablar de muchos clubes que hacían lunes y martes de carnaval: el Estrella Federal en Florida, el Juventud de Saavedra, el All Boys de Saavedra, Mariano Moreno, todos los que anteriormente te nombré. Corsos no había pero los clubes hacían bailes. Aunque algunos corsos también se hacían lunes y martes. Pero después dejó de venir la gente. Creo que nos tenemos que preguntar por qué dejó de venir la gente y que sea la gente quien pida el carnaval, no el murguero. Con respecto a que hay quienes quieren sacar un rédito político de estas marchas, tal vez lo que ocurre es que venden la movida a sus referentes políticos: “Mirá todos los murgueros que movemos.” Y a la vez el murguero es un ciudadano que vota. Este último febrero en Saavedra hubo corso el lunes de carnaval para demostrar que estamos por el lunes y martes pero que hay otra manera de pelearla. Hubo dos mil, tres mil personas ese lunes.


En Buenos Aires ha habido dos marchas, lunes y martes de carnaval. ¿Vos qué pensás de esa situación?


Es una lástima. Le estamos dando un mal mensaje a la sociedad: “Uh, mirá como se dividen los murgueros.” Pero creo que es un mensaje ambiguo: “¿Qué buscan estos murgueros?” La gente sigue pensando que somos vagos, malentretenidos, como quien dice… Lo siguen pensando: “¿Qué intereses tienen que están divididos?”; Unas murgas de un grupo por un lado, otras por otro…


Te pregunto ahora específicamente por Saavedra. Fue muy lindo algo que pasó este año en el Cincuentenario del Barrio Mitre (6) con murgas tocando juntas, incluso a la vez, en simultáneo, entrando a la plaza desde esquinas distintas. ¿Van a seguir esos encuentros? ¿Cómo ves esa relación con murgas más nuevas, muchas de las cuales salieron de Los Reyes?


¡Qué loco! O sea que vos estuviste ahí y no te vimos. Mucha gente habla de vos como si te conociera y no te conoce. Ahora, por ejemplo, en este ciber-reportaje yo no te veo… Eso es magia, como la murga. Vos sabés que a veces cuando se habla de las llamadas de Uruguay… Si estuviste ahí habrás visto que…


¿En Uruguay?


No, no. En el Barrio Mitre.


Ah, ahí sí, sí.


Te habrás dado cuenta de que no había nadie y de repente apareció gente.


Sí…


Es como una llamada. Y nosotros siempre hicimos llamadas en el Barrio Mitre. Siempre entramos por la Calle del Medio. No hay nadie y de repente… Te hablo tanto de la Calle del Medio en el Barrio Mitre como en cualquier esquina del barrio de Saavedra. En épocas de carnavales era muy común. Vos mirá, hoy capaz que estás en una esquina de tu barrio y viene la policía y no lo podés hacer con toda las ordenanzas que tenemos. Pero antes lo hacíamos. Y en época de dictadura estamos hablando. Íbamos, ponele, a la esquina de Ramallo y Pinto, de Saavedra estamos hablando…

¿Antes de salir para los corsos?


Sí. Otra, Freyre entre Correa y Ruíz Huidobro donde está el Sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica. En esa cuadra hay muchas familias murgueras. No que salen en la murga. Yo digo familias murgueras porque siempre iban al Juventud de Saavedra a escuchar a las murgas. Saavedra es un barrio muy murguero, que tiene mucho público murguero.


Esto se usaba, entonces.


Se usaba, sí. Tirábamos la manga para poder ayudar para los micros y, bueno, es algo que se está perdiendo, que se perdió. Y en el Barrio Mitre seguimos estando. Este año no estuvimos al principio del carnaval. Le pedimos disculpas al Barrio Mitre que lo dejamos… Porque justamente salimos tres noches. Estábamos un poco tristes. No es fácil para un murguero salir sólo tres noches de carnaval.


Se usaba cada murga por separado. ¿Esto de tocar las murgas todas juntas por el Cincuentenario fue algo especial?


Y… Son cincuenta años del barrio donde yo nací.


En el videíto que se hizo para el festejo hay fotos de las primeras murgas, de Los Curdelas…


¡Los Curdelas, un murgón ese!

Hay varias imágenes de los carnavales de antes…






¡Los disfrazados! El carnaval del Barrio Mitre era un carnaval hermoso. Yo lo recuerdo constantemente. Más aún, yo viví mis primeros carnavales ahí. Cuando no salía en la murga, esperaba que vinieran Los Curdelas de Saavedra... Después ya cuando fui un poco más grande, bueno, me escapaba al Juventud, al All Boys de Saavedra.



Vos me decís que se da todo el tiempo, lo de las llamadas… ¿Cómo se da?

Así: “Bueno, che, hoy vamos al Barrio”. Y vamos al Barrio.



¿Todas juntas?



No, todas juntas es la primera vez que se hizo. Venimos hablando hace rato, de esto que te digo de las llamadas. Entrar una murga por una esquina y otra… Pero en carnavales teníamos ganas de hacerlo. O antes de empezar el carnaval. Y capaz que esto fue un comienzo, un punto inicial de esta movida. Yo creo que va a llegar el momento en que le va a interesar a mucha gente.

Esto me parece importante, algo que podría ayudar a descomprimir, como lo veo yo, la situación actual del circuito oficial, en el sentido de planear otros lugares y momentos de encuentro…

Vos que decís, ¿compartir con otras murgas de otros barrios?



Si, por ejemplo: “Bueno, hoy a las seis de la tarde, todas las murgas o grupos que quieran hacer una llamada o tocada murguera se juntan en distintas esquinas de la ciudad. Para el barrio…”

Bueno, Los Viciosos yo creo que eso lo siguen haciendo en Bulnes y Guardia Vieja.



Sí, es verdad. El Homenaje al Conventillo. (7)



Y bueno, es parte de una tradición. Que la teníamos y que la estamos perdiendo. Yo me acuerdo una vez que fuimos a Chungo, la heladería. Salimos y los chicos dicen: “¿Qué estamos haciendo acá? No hay nadie”. Y digo: “Vamos a tocar el bombo”. Y todos decían: “Pero no hay nadie.” No querían tocar los chicos. Y digo: “Vamos a tocar el bombo que la gente va a venir sola”. Y dicho y hecho. Al tocar el bombo, como por arte de magia apareció la gente. Eso, que es magia, se está perdiendo… La murga es pura magia. Que no haya gente y de repente aparezca la gente. Y esas personas se preguntan: “¿De dónde son estos? ¿De dónde es esta murga? ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen?” Justamente hay una letra uruguaya que habla de esto: “De donde vienen, de donde salen”… Y bueno, son Los Reyes del Movimiento o Los Viciosos de Almagro.

Se está perdiendo esa magia ¿por qué razón?

En este sentido de que por ahí viene la policía o hay algún vecino que hizo la denuncia por ruidos molestos.

Bueno, a lo mejor eso tendría que ser parte de la promoción, de la política cultural de la ciudad…



¡Inmobiliaria! Yo creo que las inmobiliarias tendrían que decir cuando alguien compra una casa en Saavedra: “Mirá que acá hay murgas. Son parte de la cultura de Saavedra.” Porque después ese vecino nuevo que viene a Saavedra se encuentra con una murga, no le gustó y te denuncia… Pero yo creo que habría que recorrer las inmobiliarias y comentarles: “Che, cuando vendan la casa – o el departamento, ahora que están construyendo edificios – díganle que acá en Saavedra se compra con murga y todo. Es parte de la cultura del barrio.” Porque si no la vamos a perder. Vos mirá Palermo. Pobre Palermo. Con Palermo Hollywood, Palermo Qué Se Yo, hay que poner, como decían Los Elegantes de Palermo, Palermo Murga al barrio ¿no? Porque vos mirá la plaza Costa Rica. Toda la vida ensayaron Los Elegantes de Palermo (podemos hablar de treinta, cuarenta años atrás) y hoy hay toda una historia muy turística y capaz que te marginan, viste. “¿Y estos quienes son los que están ahí?” Y es la murga, estuvo toda la vida ahí.




En cuanto a la marginación. Al ser quizás parte de la cultura de los más pobres…



¡Pero es que te siguen marginando! Yo lo que comparo es lo de antes y lo de ahora. Antes te decían directamente que eras un negro villero, un negro de mierda. Hoy no te dicen nada y te marginan de otra manera. Yo prefería lo de antes porque sabía quién me trataba de negro de mierda o negro villero. Tal vez estas palabras parecen medio resentidas pero es una realidad, viste, de lo que vivimos… Yo tenía vergüenza de decir que era murguero. Cuando estaba haciendo el secundario – yo lo hice de grande – y la profesora de Sociología, justo se estaba hablando de liderazgo natural y quería que comente esto de la murga. Y te estoy hablando del 1992, 1993. Tenía vergüenza. “No, no hablo nada.” ¡Todavía tenía vergüenza! A pesar de que ya estaba toda esta movida nueva. Tuve bastantes reportajes en ese momento. La movida en el Rojas empieza en 1988, 1989 y ahí estuvimos nosotros enseñando a través de nuestro baile, nuestro ritmo, nuestra forma de cantar.

Mostraban lo que hacían…



Claro, mostrábamos lo que hacíamos. Y había discriminación. Vos mirá que hay letras:




Muchos años nos hicieron a un costado
Si total son negros nada más
Y sigue:



Pero ahora queremos confesarles
Nuestra verdad;

A esos negros hoy los llaman murgueros;
Desfilando la vida ven pasar



¡Desfilando la vida ven pasar! Nosotros pasamos la vida desfilando en los corsos. De la vida estamos hablando. No estamos hablando de un año o dos, de un momento. Estamos hablando de toda nuestra vida. Hay otra letra que precisamente dice: No es un rato ni un momento. No somos ni un rato ni un momento. Toda una vida somos nosotros. Mis hijos… Mi hija mayor que tiene veintisiete años ya estaba en la panza y yo siempre lo comento que ella nació un 16 de marzo y que el 15 terminó el carnaval. ¡Esperó que termine el carnaval para no molestar al padre y a la madre que estaban en la murga! Y eso es algo groso, de re-murguera. Y hoy tengo la suerte de que mi hija es maestra, que está estudiando psicología… Tanto ella como mis otros hijos, Agustina, Alexis y ahora Kiara…



Hay razones históricas profundas. La murga porteña ha sido marginada y discriminada por años.

¡Por décadas! La murga porteña existe desde el año veintipico acá en Buenos Aires… Antes había también agrupaciones humorísticas. Desde la época de Rosas se puede hablar, donde estaba el candombe, estaban los negros. Después con la guerra del Paraguay muchos murieron. Por algo se marginó. En otros países no pasó. En Brasil, Uruguay valoran su cultura. Nosotros no, lo seguimos marginando. “Es cosa de negro”. Dicen. Y nosotros estamos orgullosos de ser negros. Yo siempre digo que estoy orgulloso de haber nacido en el barrio en el que nací porque si no, no sé si hubiese conocido la murga. No hubiese conocido la murga ni jugar a la bolita, ni jugar con los carritos de rulemán ni esa creatividad para inventar juegos. Cuando no había con qué…



El otro día vi por internet un videíto muy interesante filmado y subido a YouTube por alguien que se llama Aracalamar que probablemente salga en Los Reyes.

Sí ella es de Los Reyes. Araceli.



Y bueno, hay unos pibitos – seis o siete – muy chiquitos que están con unos bombitos. ¿Lo viste vos? Se llama Centro Murga Los Peladitos el video. Van desfilando con una bandera marrón y blanca.



Te habrás acordado de mí, seguro: Suena un tacho y los pibes se alborotan.

Sí, es verdad. Me acordé de vos. Por suerte ahora tienen bombitos para jugar…





Bueno, pero ves, ahí está. Ya tienen el bombo y el platillo. No tienen necesidad. Ahora te venden el bombo con el platillo arriba. Pero la imaginación no está. Antes nosotros con un tacho de basura teníamos que ver cómo hacíamos, cómo inventábamos el platillo arriba. Después del tacho de basura fueron los bidones de plástico para la generación que está después de nosotros. ¡Y vos no sabés qué murgas armábamos! Era murga de pibes. Y me hubiese gustado que en esa filmación hubiera cuarenta o cincuenta chicos como estamos acostumbrados a ver todos los meses de enero y febrero. Justamente enero, que muchas veces en este barrio los Reyes Magos pasan de largo y llega el Rey Momo para hacernos olvidar las penas de que el juguete no llegó o no tener las vacaciones. Vos mirá que antiguamente hasta armábamos las peleas de murgas. Cuando éramos chicos. “¡Eeeehhh, aguante Los Curdelas!” Entre los chicos. Era como parte de una cultura la pelea de murgas, lamentablemente. Pero por suerte ya crecimos. Siempre digo que crecimos porque hubo un diálogo entre murgas. Antes no teníamos diálogo. Por ejemplo, si en una pareja si no hay diálogo entonces no es pareja. En la murga ocurría lo mismo. Al no tener diálogo, pasaban las cosas que pasaban.



Igual son otras épocas. A veces uno juzga otra época con los ojos de esta y quizás se pierde la riqueza de ese otro momento que no era igual a este pero que también pudo tener sus cosas, sus momentos, buenos.

Sí, sí. Había muchas cosas lindas. Mirá vos que todavía sigue el mito. Ha quedado un mito. “¡Ché, se agarraron unas murgas!” Mentira. Ahora igual no nos agarramos más como era antes, viste. Por suerte. Porque hoy sería muy malo una pelea entre murgas. No como antes que nos agarrábamos a las piñas y de última quedabas con el ojo morado o con la cabeza rota. Hoy los tiempos cambiaron y sería otra cosa.



Mujeres había, ¿o no?



Sí, había mujeres. Pero ves, antes éramos mucha gente grande. Me acuerdo de Los Calamares… Muchos dicen que éramos cuatrocientos. No, no éramos cuatrocientos. Eramos por ahí doscientos, ciento ochenta personas pero grandes. Y por ahí había diez mascotas, diez chicos. Y mujeres habría diez. Y al haber mujeres y mascotas ya es como que se empezó a evitar esa historia. ¡Bueno, pará! Un piedrazo a un chico en la cabeza lo puede matar. Creo que en esto tenemos que ver mucho Tavi, El Turco, Pajarito de Paternal… Cuando nos encontramos allá en el Fondo Nacional de las Artes. Dijimos el día que entramos al salón ese: “¿Qué estamos haciendo nosotros acá?”

¿En el Fondo Nacional de las Artes?

Sí, entre Juan José Tangari y Coco Romero nos juntan por primera vez en el Fondo Nacional de las Artes. Eramos sesenta y pico de murgas de Provincia y de Capital. Intentamos armar una Federación pero nos sirvió más para evitar esto de las peleas. Fue lo positivo que sacamos de esas reuniones. Vos mirá que desde ahí hasta el día de hoy no hubo grandes peleas de murgas, por suerte. Es como que ahí empezamos a respetarnos. Porque era una pelea entre pobres, en definitiva. Y además nos dimos cuenta de que teníamos algo en común: ¡el sentimiento murguero! ¿Cómo vas a perder eso? Yo siempre digo que jugaba a la murga y para mí la murga es un juguete que lo cuido como el mejor juguete que tuve en mi vida. Y perder la murga o perder el carnaval sería algo que… Tengo un pequeño dolor porque este año 2009 una murga pidió que nos echen del carnaval sin darse cuenta, quiero creer, todo lo que uno trabajó, lo que nosotros, trabajamos por este carnaval. Siento un poco de impotencia. Pero, bueno, qué se yo… El INADI finalmente aclaró que no fue discriminación de lo que yo fui acusado sino que de mal modo hice notar una diferencia de cultura, tal vez por una pequeña bronca que tuve en el momento. Nos podrán echar del carnaval pero no nos van a echar de la murga; seguiríamos haciendo murga de otra manera. Si resistimos a los militares, vamos a resistir a cualquier cosa. Ni la dictadura nos pudo echar del carnaval… Cuando yo digo dictadura, alguno dirá: “¡Eh, pero si Los Reyes salen desde el 86!” Yo empecé a ser director en 1981, 1982 con Los Rejuntados de Saavedra y Los Calamares de Saavedra. Fueron los dos últimos años de la dictadura. Y empecé a salir en murga en 1974. Ahí estaba con Miguel Pérez, que fue mi compañero de los dados.

¿Qué hacían ahí?



Llevábamos los dados y bailábamos.



¿Y de quienes más te acordás de ese momento?

Y… Estaban también Osvaldo Sánchez, Teite, Fito Bompart, Lito Sosa, El Negro Quelo, Memo, Marta Conde, bah, la familia Conde entera, Fasulo… Miguel imitaba mucho a Fasulo, cuando Fasulo salió con nosotros en Los Ambiciosos de Villa Martelli. Antes Fasulo se abría de piernas y se levantaba como un muñequito. Y Miguel hacía lo mismo pero yo lo levantaba.



¿Cómo en el baile clásico?

Claro, como los bailarines clásicos.

¿Pero que quiere decir que se levantaba como si fuera un muñequito?

Con un movimiento como Chirolita. ¿Te acordás?

¡Ah, sí!

Por supuesto que todo al compas del bombo. Es como la momia. (8)


¿La momia de Karadajián? Luchador sordo-mudo, quiere a los niños muuuuuy tiernamente... ¡Ja ja! ¡Claro, si yo te vi hacer la momia a vos!

Antes bailaba al compás del bombo, lento pero al compás. Hoy sale una momia y baila como un murguero más nada más que disfrazado. ¡Ahora ese es uno de los tantos sueños que tengo!

Debe haber sido dura la época de la dictadura…

En 1982 con Los Calamares junto a Los Mimados de Paternal y los Estropeados de Padilla y no recuerdo que otra murga, participamos de la marcha contra la censura, en Teatro Abierto, contra el incendio del Teatro El Picadero. Y bueno, así resistimos la dictadura. Resistimos con nuestros cantos. Tal vez ignorando lo que nos podía pasar. Yo siempre digo que ignorábamos lo que nos podía pasar, que podíamos haber desaparecido por criticar a Martínez de Hoz, a Massera, a Videla… No sé si lo hice conscientemente. ¡Menos mal que los militares no sabían lo que era la murga, viste!

Lo que la dictadura hizo fue intentar sofocar el festejo del carnaval…


¡Pero no paró el carnaval, Pupita! Con eso siempre hay confusión. El carnaval siguió. Sacaron el feriado, el lunes y martes de carnaval. Pero nosotros lunes y martes seguíamos estando…. Por eso en nuestras letras decimos: El carnaval está preso pero jamás murió. El carnaval no murió nunca. Estuvo preso, sigue estando preso. No murió porque nosotros seguíamos estando, seguíamos resistiendo y acá estamos, seguimos todavía luchándola. Por eso es doloroso esto: “Qué se vayan del carnaval”. Creo que si nosotros hubiésemos pensado de manera egoísta cuando empezó toda la nueva movida allá por 1988, 1989 esta gente que nos quiso echar del carnaval a nosotros no sé donde estaría. Me atrevo a decir que no sé si estarían ahora. Sin embargo, no lo fuimos; no le quisimos cortar las alas a ninguno. Con toda esta movida nueva Los Reyes hemos perdido mucho – a pesar de todo lo que hemos puesto de parte nuestra para que exista – porque muchas murgas nuevas nos hacen a un costado. Hicimos los primeros talleres en el Rojas y apostamos a que esto creciera. Nunca nos imaginamos que algunas murgas de la nueva movida no sólo nos iban a dar la espalda sino que nos quisieran hacer desaparecer, algo que ni el Proceso puro lograr con todo su aparataje. ¡En cualquier club con determinados años de antigüedad te hacen vitalicio! Esta es una canción que habla de lo que sentimos:

Fuimos Botelleros

Solista


¿Cuándo volverán esos carnavales del ayer?
La gente comenta y no lo podemos entender;
Las generaciones que hoy han bailado
La verdad que hoy nos hacen a un lado.

Coro


Fuimos botelleros, tal vez borrachos, lala lalala,
Chicos de la calle o jubilados, lalalalala,
El diariero, el negro y un movimiento singular.
¡Qué viva el carnaval!

Solista



El presente es hoy cuando nos volvamos a encontrar;
La verdad bailamos y no queremos molestar
Aquellos murgueros que están presentes
Nos miran ¿o no somos buena gente?

Coro


Fuimos laburantes toda la vida;
Por eso elegimos esta alegría
Por más que no quieran
Nunca lo lograrán.
¡Qué viva el carnaval!
¡Que viva el carnaval!
¡Qué viva el carnaval!



Solista


Quiero que las tristezas en este mundo no existan más;
Un bombo, una serpentin,a alguna matraca, ¡que más me da!
¡Vamos, luchemos juntos por los murgueros que ya no están!
Ellos dejaron todo; por eso no vamos a parar.

Recitado

(Mientras el coro tararea, lalalalalala)

Coro


Fuimos botelleros tal vez borrachos, lala lalala,
Chicos de la calle o jubilados, lala lalala,
El diariero, el negro y un movimiento singular.
¡Qué viva el carnaval!
¡Qué viva el carnaval!
¡Qué viva el carnaval!



Ustedes – me refiero a tu generación – lo que hicieron fue reconstruir el festejo en Buenos Aires. Como el carnaval es una fiesta de y para todos, pensar en rehacerla – pienso yo – en ese momento debe haber significado que todo el mundo pudiera disfrutarla.


Yo creo que lo que no vislumbramos en ese momento fue el crecimiento desmedido de la actividad en el circuito. Al no ser egoístas no pensamos eso y ahora pareciera que somos egoístas. Y no es así. Yo lo que veo es que perdí un pedazo de carnaval. Por ejemplo, uno de los primeros presupuestos que se ganó en Cultura del Gobierno de la Ciudad fue a partir de Dándole Vida a Saavedra en 1997. (También se hizo al año siguiente.) Ahí invitamos a murgas nuevas, murgas de estilo uruguayo, Tute Cabrero, por ejemplo, estaba; nosotros trabajamos mucho con ellos, con Agustín. Ahí sale la Ordenanza. Lo que muchos murgueros tal vez no saben es que esa fue la primera vez que una murga de barrio consiguió presupuesto del Gobierno de la Ciudad. Después, cuando nos dieron el presupuesto para el carnaval, no nos quisieron dar más para lo que hacíamos en nuestro barrio y querían que sacáramos la plata del presupuesto de carnaval pero yo les dije que no porque esa plata era de todas las murgas y lo nuestro era algo que habíamos ganado a la Municipalidad con nuestro laburo. Por ese motivo no pudimos hacerlo más. Son espacios que se fueron perdiendo. Por todo esto muchas veces nos ponemos mal, sonamos como quien dice “agresivos” pero cuando hablamos lo hacemos mayormente desde el dolor de haber perdido espacios.

¿Cómo ves vos la cuestión de la diversidad, de la que tanto se habla hoy en día?


A mucha gente nueva que no es auténtica le sirve hablar de diversidad. Mirá vos que con las murgas uruguayas nosotros no tenemos ninguna discusión porque ellos son auténticos en lo suyo como nosotros en lo nuestro. Igualmente, nosotros nos renovamos en muchas cosas pero sin perder la identidad en el baile y en el canto. Sería algo así como innovar desde la identidad.

¿Cómo se conectaría esto en tu opinión con el resguardo de la identidad?


Si vamos a un corso y vemos, que de las ocho murgas que entran, siete hacen otra clase de cosa y una sola que hace murga porteña no estamos cuidando la identidad. Nosotros en Dándole Vida a Saavedra mantuvimos bien la identidad y, a su vez, mostramos distintas cosas. Me acuerdo de que estaba el Colegio Raggio de la Avenida Libertador. Hacían algo diferente a lo que es la murga, un tema sobre la droga: salían de abajo de una sábana como que la murga era la vida atacando la droga y estaba muy bueno y no era una murga tradicional. Pero a la vez, de las seis, siete murgas que entraban había dos cosas nuevas y cinco que mantenían la tradición. Y de esa manera estás respetando la historia y estás invitando a lo nuevo. Ahora si de las, ponele, ocho murgas, metemos siete de lo nuevo y uno de lo viejo, no estamos cuidando la identidad. Capaz que vos no llegaste a ver eso que es lo viejo. Imaginate el Secretario de Cultura que va a una movida de estas y no puede ver a esta murga tradicional que tiene magia, que tiene mística. Son muy pocas las murgas que tienen mística; cinco o seis; no sé si no me alcanza con los dedos de una mano. Estamos hablando de mística, de magia…









Mezcla de memoria, tradición, misterio… ¿Algo del orden de lo metafísico, del espíritu quizás?


Magia, magia pura. Nosotros siempre lo decimos y lo comentamos entre los murgueros nuestros. Nosotros no somos la mejor murga pero tenemos una mística, tenemos algo que nos rodea…


Un halo…


Hay algo que nos rodea. No sé qué es. No sé cómo llamarlo. La gente se queda mirándonos. “¿Qué es?”


Muchas veces yo trato de descifrar eso también. Es como una especie de arrobamiento… Lo conecto mucho con la emoción que me produce y que sé que a otros también les produce.



Es un encantamiento. Y eso es lo que tenemos. Nosotros lo comentamos mucho eso entre nosotros, las murgas, y hay murgas que tienen un buen espectáculo pero no tienen esa magia aunque estén lindas.


Pero no sé por qué esa emoción…


Yo le digo a la gente que quizás no entiende a veces que la murga es “fea” aunque es lo más hermoso que conocí en mi vida. Pero la murga tiene que ser así.


Parece una paradoja: la hermosura de su fealdad tiene…


Ahí está. Y es así. La murga es así. Y uno trata de ponerla más linda, cantar mejor, bailar mejor, vistiéndonos mejor, comportándonos mejor. Eso es algo que no tiene premio, la conducta del murguero. Si el jurado viera de donde sale esa murga y cómo logró esta murga tener esa buena conducta, ese respeto por la gente, por lo que hace. Lo que tiene que entender es que sale de un estrato social muy bajo.


Lo social…


Claro. Si salimos del Barrio Mitre. Somos chicos en situación de riesgo. ¡Yo ya no soy chico! pero tenemos muchos chicos en situación de riesgo. Y las murgas se están comportando como la gente. Creo que cuando se habla del tema de seguridad tendrían que preguntarse por qué estos chicos hacen lo que hacen, que salen delincuentes. Creo que no tienen lugar en la sociedad. Y en la murga se lo estamos dando. Y de a poco vamos zafando algunos. Yo creo que la sociedad ignora la cantidad de delincuentes que evitamos con esta movida de murgas. En el país estamos hablando. Yo me acuerdo que esto lo hablamos un poco en el Encuentro de Saladillo el año pasado. Y un chico de dieciséis años, creo que tenía, nos decía: “Sí, encima no nos pagan. Trabajamos ad honorem”. Un chico de dieciséis años. O sea que esto no se vive solamente acá en Buenos Aires. Yo lo que analicé, me acuerdo, en Santa Fe con una psicóloga es que la pobreza acá en Capital es peor que la pobreza en las provincias. En la Capital Federal es mucho peor, creo, ser marginado. Tenés mucho menos de donde agarrarte y estás más a un paso de la delincuencia.






Yo creo que a veces se minimiza o ni siquiera se tiene en cuenta el papel que juegan las murgas en el trabajo social.

¿Sabés qué es esa contención social? Autoestima. La murga te da autoestima. Yo me acuerdo cuando fuimos la primera vez a Santo Tomé allá por el 95. En el programa de radio de la Latinoamericana estábamos y le preguntaba a uno de los chicos qué sentía. “¿Qué sentiste en Santo Tomé?” En Santo Tomé había un anfiteatro donde fueron cuatro mil personas más o menos a vernos a Los Reyes. Nos aplaudían a rabiar. Y después nos venían a felicitar. (El diálogo que hay con el público ahora no es el mismo diálogo que había con el público antes.) Bueno, le pregunto a este chico que sintió y me dice: “Yo me sentía grande. Me sentía un grande”. Claro él decía que sentía algo groso porque de vivir en el Barrio Mitre… Digo Barrio Mitre como puede ser Soldati, como puede ser alguna villa. De sentirse ese negro villero a sentirse un artista, podemos decir de carnaval. Y que la gente lo aplauda. Porque en el carnaval salimos y no tenemos la posibilidad de dialogar con el público como en estos lugares, como en Santo Tomé o cuando salimos afuera y, bueno, es algo grande. Santo Tomé fue un antes y un después para nosotros, para Los Reyes. Vinimos… Nos dio autoestima.

Era un Encuentro de Teatro…

Tal cual. Era un Encuentro de Teatro, sí. Y juntarnos con gente de teatro. Yo recuerdo cuando estaban las reuniones de teatro hablaban de técnica y yo escuchaba eso y decía: “¿Cómo puede ser que nosotros lo hagamos natural?” Lo nuestro era natural. Por ejemplo, había un mimo que hacía como que era un muñeco y de repente se moría. Y él contaba que un ojo lo abría para ver si había alguno que lloraba. Si había uno que lloraba de entre las cien o doscientas personas o mil o dos mil personas, él había logrado lo que quería hacer. Y nosotros lo hacemos con las letras. Cada vez que cantamos una letra nostálgica, si vemos alguno que hace un pucherito nos pone contentos. Y en una crítica si vemos que se ríen… Y no sé qué técnica usamos. Pero son técnicas también. Lo hacemos naturalmente. No lo hacemos desde un profesionalismo. Bah, lo que aprendí en ese Encuentro de Teatro. Los escuchaba hablar y decía ¡Qué loco lo nuestro! Mirá lo que hacemos y no sabemos. Mirá el bombista que aprendió jugando a tocar el bombo y el platillo ahí en mi barrio, es músico. Y capaz que no lo valorizamos.

¿Es decir que lo artístico, de alguna manera, vendría después de lo social de acuerdo a como pensás vos?

Y sí, sí. Yo creo que por suerte es así. Si hubiéramos nacido por una necesidad artística… ¿Y por qué una necesidad artística? Bueno, capaz que quiero vivir de eso. Y el murguero no piensa vivir de esto. El murguero sale en la murga y si bien hoy a veces ganamos algunos mangos en algún casamiento, en alguna promoción de algún producto o filmaciones de alguna película, entre los murgueros no estamos pensando en ganar plata; estamos pensando en divertirnos, en divertir a la gente. El murguero no tiene conciencia de ser artista. El murguero es murguero y quiere divertirse. Es algo natural. Yo bailo murga… Una vez en una marcha de los Centros Culturales vino gente del Teatro Colón, bailarines del Teatro Colón. Me preguntaban qué técnica usaba. Yo me reía. ¿Cómo técnica? ¿De qué técnica me estás hablando? Yo bailo… El corazón le manda información a mi mente y mi mente baila. Esa es la técnica que uso, les digo. No sabía explicarlo. En el 88 una vez me hacen una pregunta, de dónde venía la murga. Y yo quedé mudo. Y qué se yo… La murga viene del vecino de en frente de mi casa, el de al lado de mi casa, que hacía murga y…. Para mí nació en el Barrio Mitre. ¡¿Yo qué sabía que venía de España la murga?! Yo lo que menos me imaginaba es que la murga venía de Cádiz… Para mí la murga era de Fito, de Américo, de los vecinos… Pero me acuerdo de esa pregunta y la tengo hoy todavía. Si hay algo positivo es que con Coco Romero aprendí sobre los negros candomberos, la murga de España, que se mezcló. Pero creo que si no hubiese venido esta movida nueva yo seguiría pensando que la murga viene de Fito, de Américo o de los anteriores a ellos, ¿no?




Lo cual también es verdad. Porque vos la aprendiste ahí…

Y sí, sí… Nosotros fuimos aprendiendo de mirarlos a ellos. Fito no está más pero sigue viviendo. Fito está entre nosotros. Cuando vos me decís esto de Zapala, del chico que baila parecido a mí. Alguna vez vino un murguero y me dijo: “Eh, ya estás viejo, Pantera”. “Sí, ¿pero sabés qué es lo bueno? Que yo no me voy a morir nunca”. Porque van estar estos chicos, como los chicos de Zapala y como un montón de otros chicos que bailen como Pantera y yo capaz que no esté más en este mundo. Pero voy a seguir estando. Y es algo que me llevo adentro. Que voy a seguir estando. Siempre digo que no le tengo miedo a la muerte sino a que me olviden. Y creo que no me van a olvidar así no más. Es algo lindo que tengo acá dentro, viste Pupita… Y aparte van a estar mis hijos, mis nietos… Y se quedó mirándome el pibe. Y de vos capaz que no se acuerda nadie, le digo. Yo no me voy a morir y estoy contento con eso. Me voy a morir físicamente, obvio, pero voy a seguir estando. Y cuando veo esto como lo del chico de Zapala siento eso, que voy a seguir estando.




Bueno, la murga seguirá viva mientras exista “en la memoria del niño más pequeño”, como yo le comentaba por email a Aracalamar acerca del video de los chiquitos en el Barrio Mitre. Es decir, mientras el niño más pequeño que salga en tu murga la lleve en su recuerdo, la murga no va a morir nunca… Es un reaseguro muy fuerte ¿no?

Y vos mirá, nosotros, ya los más viejos somos viejos pero ese niño que vos viste en ese video es el que sacamos constantemente arriba del escenario y en el desfile cuando vamos bailando.

Es lo que ustedes llaman el semillero…

Claro, claro. Y después cuando él sea grande, ese niño lo van a tener adentro ellos y lo a sacar afuera también. Lo más lindo que puede haber en cada ser humano es sacar ese niño que tenemos adentro… Y con la murga ese niño lo saco constantemente. Y todos los murgueros también. Yo cada vez que lo veo a Guigue Mancini me re-emociona, a Kalustik, que el jurado le puso un uno. ¿Cómo le van a poner a Kalustik un uno? Tipos de setenta y pico de años que estén arriba del escenario sacan ese niño… Esa es la magia, ¿ves? Esa es la mística. Lo muestran ahí, lo sacan y no tienen vergüenza, te da esa posibilidad la murga. ¡Qué lindo! Si todo ser humano tuviera oportunidad de sacar ese niño de adentro y de jugar, tendríamos un mundo mejor, creo. Por eso digo que jugamos a la murga constantemente. Cada uno lo debe sacar a su manera. Yo lo veo en la murga todo el tiempo y lo veo en los chicos. Lo veo hablando con Guigue, con Fasulo y somos como niños.

¿Te imaginás un futuro mejor para los carnavales que lo que hay ahora? ¿Te imaginás un corso en cada esquina? Si alguien te dice que podés tener el carnaval que vos querés, ¿cómo sería?

No sé si sirve tener un corso en todas las esquinas. Yo creo que hay gente a la que no le gusta el carnaval y tiene derecho a que no le guste. No podemos imponer algo que no quiere la gente. Sí, sería ideal para los murgueros, para los que nos gusta el carnaval. Pero no estaríamos respetando a la gente que no quiere el carnaval. Yo no estoy de acuerdo en que haya tantos corsos, que cortemos las calles y que después la gente nos termine insultando y diciendo que somos vagos, diciendo todo lo que dicen. Yo tengo que levantarme para ir a trabajar como todo el mundo. Y como todos los murgueros también.



¿Pero te imaginás una Buenos Aires sin corsos? ¿Te gustaría?


¿Buenos Aires sin corsos? ¡No, no, no no! Si en la época del Proceso teníamos corsos, ¿cómo no vamos a tener ahora en democracia? Porque acá hay dos lecturas. Una lectura dice que no había carnaval en la época del Proceso y había, había… Y con esto no estoy defendiendo la dictadura. Yo me acuerdo en época de la dictadura haber subido al escenario en La Boca y nos hicieron bajar porque criticábamos a Martínez de Hoz. Y también en el corso de Urquiza.


Es decir que sí había corsos…


Claro, claro. Estaba el corso de Flores, de La Boca, de Avenida de Mayo, el de Urquiza, corso de Villa del Parque en la calle Cuenca, el corso de Beiró.


¿Durante toda la dictadura?


Sí, estamos hablando de toda la dictadura. Al corso de Villa del Parque y al de Beiró, que quedaba casi en la General Paz, los hacía el mismo tipo. Y después estaban los clubes que ya te dije. Sería bueno que vuelvan los clubes para ese carnaval ideal que queremos. Y que vuelva la gente disfrazada, que vuelva la gente. Tiene que volver la gente para que sea un carnaval ideal, al lunes y martes y a los clubes. La familia. Hoy el corso de Saavedra es muy familiar. La mayoría de los corsos son familiares. Y tiene que volver eso. Me dio lástima que había corsos muy bien organizados, muy buen sonido, pero había más vallas que gente. Estaba vacío pero sería bueno apostar a ese corso y que vaya la gente.



Una manera sería difundir, promover mejor, con mayor énfasis tal vez…


Claro. Es una lástima tener un buen corso con un buen sonido y que no vaya gente. Tenemos que ver por qué no va la gente en ese barrio. O poner ese mismo corso en un barrio en el que vaya la gente. Yo pido que haya una encuesta barrio por barrio, corso por corso. Y que les pregunten qué clase de murga le gusta… Porque a mi barrio Saavedra, por ejemplo, les gusta Los Fantoches de Urquiza, Los Elegantes de Palermo, Los Viciosos de Almagro, la murga tradicional. Cada barrio tiene distinto gusto. Yo por ahí voy a Recoleta y no gusto. Y tienen derecho… Como nosotros en Saavedra tenemos derecho a ver las murgas que nos gustan. Con esto no quiero decir que no entren. Si no que, bueno, hay que pensar: a este barrio tenemos que mandar solamente una murga o dos de este estilo. En algunos barrios van a votar otra clase de murga y tienen derecho porque para eso pagan los impuestos. Creo que a veces lo que no respetamos es la plata de los impuestos que paga la gente. Y tenemos que respetar a la gente porque si bien no pagan entrada, pagan impuestos. Y bueno, en cada barrio hay que elegir. Mirá lo que pasó en el Abasto. Ahí cambió la cultura totalmente. Ya creo que desapareció la murga. Pero el Abasto era un barrio murguero si bien están Los Nenes.




Ahora son Los Nenes de Buenos Aires.


Sí, pero es una lástima en Abasto como se perdió la cultura murguera. Está la Tana Lucía. Hay que seguir protegiendo la murga y la cultura de cada barrio. Creo que cada barrio tiene una cultura diferente. Qué se yo, ponele el barrio “Chichipío” que no es un barrio murguero y le interesa esto nuevo. Pero hay barrios como Saavedra, como Almagro, en los que está instalada la cultura murguera y la murga les gusta así, “fea”, como te decía antes. Creo que estas cosas hay que respetarlas y hay que hacerlas urgente. Y no querer imponer algo nuevo olvidando lo viejo. El que olvida el pasado vuelve a cometer los mismos errores. Eso creo que lo decía el Che Guevara. Y pienso que es así. No olvidemos lo viejo. Si siguió subsistiendo por algo lo hizo. Que sea feo no quiere decir que no seduzca, por otro lado. Yo soy feo pero sin embargo trato de seducir bailando; es la parte linda mía. Aunque te repito que para mí la murga es lo más hermoso que conocí en la vida. Yo le digo “fea” porque veo gente que quiere que cambiemos. Y digo ¿qué querés que cambiemos? Para vos es “fea” la murga. Y bueno, si es “fea” dejala que sea “fea”. ¿Qué te importa a vos? Pero igual yo creo que hay mucha gente que le gusta la murga “fea”. ¡Déjenla! Veo muchas murgas que también se desesperan por innovar, como que les diera pudor hacer murga como siempre fue. Igualmente, nosotros innovamos también. Como por ejemplo el bolero de Ravel bailado con coreografía de murga o la primera vez que se hizo un programa de radio sobre murga y desde el 82 que sacamos la murga fuera del carnaval. Recuerdo que ese año salimos con Canturbe, un grupo de música. (9) También hicimos teatro negro donde representamos la resistencia en la época del proceso. Y otras cosas más que ahora no recuerdo... ¡Hicimos tantas cosas! Algunas no nos sirvieron.

Sí, todo el tiempo. A la vanguardia, diría yo. Como con el Bolero de Ravel, un ejemplo, muy emblemático en mi opinión, entre muchas otras cosas. (10)



Bueno, fijate que hay quienes dicen que somos cerrados pero, sin embargo, otra gente rescata lo que, como ellos dicen, tenemos de creativos o innovadores. Algunas cosas de las que probamos, quedaron y otras no. (11)




Pero por otra lado, también es muy fuerte en ustedes el sostén de la tradición…



Claro, la gente nos felicita porque cantamos en la calle: Baile de los murgueros, baile de carnaval. Y eso es algo re-viejo. Algo que tenía la murga de antes. O sea que lo que tenemos que tratar de rescatar es todo lo viejo y mejorarlo. Cachú Mambero es una canción que cantaban Los Viciosos de Villa Martelli precisamente en el corso de Villa Martelli. Y me quedó. Y nosotros lo hicimos pero lo hicimos de otra manera. Ellos subían al escenario y la cantaban arriba del escenario. Me acuerdo cuando Corina me hacía el reportaje en el año 1996 le decía: “Vos imaginate doscientas personas cantando este coro.” Que eso es lo que hay que imaginarse. Doscientas personas cantando el coro porque así eran las murgas de antes. Yo lo veo a Los Viciosos, los veo a Los Chiflados de Almagro, lo veo en esas murgas… Doscientos tipos cantando el coro. Y hoy tal vez eso se perdió en las mayorías de las murgas. Pero era algo fuerte, doscientas personas cantando el coro arriba de los bombos. Hoy es como que nosotros lo volvimos a recuperar. Y mucha gente dice: “¡Che, qué bueno lo del coro!” ¡Y era lo que hacían las murgas tradicionales! Ese era el fuerte de la murga. Y cuando me dicen: “Eh, pero vos no querés innovar”, para mí innovar no es poner una guitarra, un bandoneón… Justamente la gracia de la murga tradicional es hacer misma melodía pero con el bombo y el platillo. Si hago la misma música, con los mismos instrumentos que usa, no sé, una banda de rock, me parece una estafa. No estoy creando nada. Estoy haciendo la misma música con los mismos instrumentos. La gracia es hacer el Himno Nacional con el bombo y el platillo, no con un piano como me enseñaron en el colegio. ¡Es groso hacer el Himno Nacional con el bombo y el platillo!



Hasta ahora no lo escuché nunca…


Bueno, esa es la gracia de la murga tradicional. O sea, para aquellos que critican: “¡Eh, vos sos un cerrado!” No, no es así. Los chicos hoy tienen una computadora y todos los juegos. (Una contradicción que tiene todo progreso.) En cambio, nosotros antes teníamos que crear los juegos. Teníamos esa creatividad para armar un tejo para jugar por papeles de cigarrillo en nuestro barrio; teníamos la creatividad para armar un karting con rulemanes que íbamos a manguear a los talleres mecánicos. Esa es creatividad. Nuestras mentes estaban creando. Justamente la murga tiene que crear.


¿Cómo sentís vos esta cuestión de la creatividad?


Y bueno, la necesidad te hace crear. Tenés que crear juegos. Si vos no creas juegos sería un pendejo aburrido, pobrecito, porque no tenía juguetes. Yo sí tuve juguetes. Mi viejo me dio una infancia muy linda a pesar del barrio en que vivía. Pero hablo por mis amigos. Y algo lindo que me acuerdo de mi viejo es que les compraba juguetes a mis amigos también. Y siempre lo tengo en mi mente y en mi corazón eso. Algo lindo de mi viejo. Y yo sufría mucho cuando mis amigos no tenían ese juguete:



Por eso agarrábamos los tachos cuando ya llegaba enero
Para olvidar nuestras penas si el juguete no llegó.
Los reyes magos siempre pasaban de largo:
Seguro que a nuestros padres el bolsillo no le dio.



Nuestros tachos eran juguetes que los usábamos de bombos;
¡Cuántos chicos que juntamos para armar este murgón!
Toda la tarde nos pasábamos jugando,
Teníamos como los grandes, un purrete director.



Nuestros sueños ya se daban bailando por los pasillos,
Los vecinos admiraban nuestra forma de bailar
Y en nuestros cantos seguro que criticamos
A ese viejo rezongón que el corso no le gustó.



Todavía lo recuerdo al viejo de la otra cuadra
Que nos hacía un charco de agua para no poder bailar.
¡La calle es nuestra y nosotros la disfrutamos
Y con nuestra algarabía alegramos el carnaval!



Tacho de basura,
bolsita de los recuerdos,
Tacho de basura,
fantasía del murgón.



¡Qué pueden hablar! Ja ja, me parezco a Castillo cuando decía ¡que saben los pitucos de bailar tango! Y no lo digo con falta de respeto. El que no lo vivió no sabe lo que es. Bueno, esa es la creatividad, lo digo para esta gente, que es música, que me dice que soy un cerrado, a mí y a muchos más, ¿no? La murga tiene que crear la misma música con el bombo y el platillo. Si logramos eso, es groso. Me dice uno del jurado: “Pero a vos no te gusta innovar”. No, no. Innovar no es copiar. Si yo estoy copiando lo que es la batucada brasilera y lo meto en la murga porteña, no estoy innovando. Si yo le pongo trompetas, estoy copiando. Aunque igual habría manera de introducir trompetas innovando… Hay quienes se quejan porque todas las murgas entran igual Tun chi chi tun chi chi tun… Y cuando entran con trompetas también entran todas igual Ta Taaaa Ta taaaaa… ¡Toda la misma música! Siempre El Negro José… ¡Che, qué no me chamuyen, qué no me chamuyen más! (12)





(1) Sobre el Programa Carnaval Porteño consultar:
(2) Se refiere a la categorización propuesta por el Reglamento del Carnaval Porteño para la evaluación de las agrupaciones que se presentaron en el circuito organizado por la Comisión de Carnaval en el año 2009. Ver: Sección Archivos del Grupo Dale Murga: http://ar.groups.yahoo.com/group/dalemurga/
(3) Acerca de Los Ilustres del Carnaval puede verse: http://dalemurga.blogspot.com/search/label/Los%20Ilustres%20del%20Carnaval%20de%20Santiago%20del%20Estero
(6) Ver Crónicas murgueras saavedrinas en este blog: http://sostenganquenacemos.blogspot.com/2008/12/crnicas-murgueras-saavedrinas.html
(7) Ver El golpe al plexo en este blog: http://sostenganquenacemos.blogspot.com/2008/08/blog-post.html
(8) http://www.youtube.com/watch?v=sEZtonATr8Q
(9) http://canturbe.blogspot.com/
http://www.rock.com.ar/bios/1/1100.shtml
(10) Consultar: http://dalemurga.blogspot.com/search/label/Despertando%20a%20Momo
(11) Ver comunicación de Diego Robacio al Grupo Dale Murga recopilada en: http://dalemurga.blogspot.com/search/label/Encuentro%20de%20Murgas%20de%20Bah%C3%ADa%20Blanca
(12) Más sobre Daniel Reyes y el Centro Murga Los Reyes del Movimiento de Saavedra en: http://www.fotolog.com/murgalosreyessvd
http://sostenganquenacemos.blogspot.com/2006/09/reportajelas-alas-del-murguero-daniel.html








*Realizado entre los meses de junio y octubre del año 2009 a través de distintos medios de comunicación virtual. Todas las fotografías se reproducen por gentileza de Corina Diana.