domingo, junio 22, 2014







Cine, historia y representaciones de la marginalidad: Ciudad, cuerpo y narración en “Madame Satá”

Por Tania Medalla Contreras


La película “Madame Satá” está inspirada en la vida de un personaje real: Joao Francisco dos Santos 
( 1900-1976) también conocido como Madame Satá, nombre que habría tomado desde el cine holliwoodense, del filme “Madame Satán” de Cecil B. de Mille. Delincuente habitual, asesino, ”malandro”, estrella de cabaret, homosexual, hijo de esclavos negros que se rebela ante la opresión y la discriminación, pasa 27 de sus años en la cárcel, convirtiéndose además en todo un mito de la cultura marginal brasilera, que él mismo alimentó, reinventado su figura constantemente.

El trasfondo del relato es el barrio marginal de Lapa durante los años ’30, barrio carioca conocido hasta hoy día por ser lugar de prostitutas, travestis, delincuentes, bares y burdeles. 

 La historia presenta un fragmento de la vida de Joao marcado por el proceso de formación o adquisición de la identidad de Madame Satá. Esta transformación se articula como relato identitario, que pasa por la ruptura con el espacio institucionalizado de la ciudad. Al respecto, el director señala que escogió justamente este pasaje de la vida del personaje, el de los años ’30: 
“Porque en esa época dos de los ritos del pasaje ocurrieron: se convirtió en una estrella reconocida, consiguiendo su sueño de ser adorado en el escenario, y poco después cometió un delito serio y se convirtió en un criminal. Y estos dos hechos culminan con la creación de Madame Sata, un nombre que resume la dualidad del personaje, Madame – femenina, sofisticada, delicada, importada de Francia, y Sata – 
masculino, violento, destructivo. No me interesaba contar como nació el mito, ni explicarlo. Quería retratar al personaje antes de la creación del mito. Quería compartir su intimidad.”

En este filme se articulan relatos que presentan desde distintos vértices la problemática de de la marginalidad: la violencia ejercida desde el orden institucional, la pobreza, la discriminación, la particularidad de las relaciones construidas en el propio barrio de Lapa, con sus propios códigos, sus solidaridades, la ternura y el amor, sus propias lógicas de poder y las relaciones de estos sujetos, atravesadas también por la violencia. 

La riqueza de la representación propuesta en la película, radica en que sus personajes se escapan de cualquier estigmatización e idealización posible, son contradictorios, profundos, complejos, no encasillándose en una identidad marcada sólo por la exclusión. De hecho Joao, da muestra clara, más allá de la violencia de la que es objeto, de un ejercicio de libertad y dignidad radical frente ala sociedad que los excluye. Los marginales, en este sentido, del Barrio de Lapa articulan formas de vida que permiten nos sólo su sobrevivencia, sino también su propia afirmación como sujetos más allá de la precariedades que les imponen las circunstancias sociales. En este sentido resulta un aporte recoger las palabras del director de la película que señala el valor, justamente, de esta historia y del personaje como un testimonio de libertad y de resistencia frente a la exclusión.

A nivel formal, la obra presenta una estructura con tres partes centrales: presentación, nudo y desenlace, es, en este sentido, una estructura de carácter clásico, marcada por la representación realista de la problemática relacionada. Sin embargo, encontramos también en ella algunos elementos que se salen de ese marco y que nos permiten leerla desde la estética del barroco: contrastes, claroscuros, espejos y autorreferencia de la 
obra de arte, pararalelismo, intertextualidad. Esta estructura permitiría dar cuenta de una perspectiva complejizadora de la problemática de la marginalidad, articulando la película una mirada no idealizadora, ni binaria. 

Estos elementos propios de una estética estética barroca, serían una marca del horizonte de producción de la obra, en la medida que daría cuenta, de una lectura de la vida de Joao y del Brasil de los treinta, desde nuestro tiempo, de acuerdo a lo sostenido por algunos teóricos acerca del neobarroco como estética propia de las sociedades posmoderna.  Estética que además puede ser explicada desde el arraigo del barroco, en tanto arte de la contradicción, en las sociedades latinoamericanas, signadas por la heterogeneidad y el conflicto como matriz cultural 

El trasfondo histórico de la película es el del gobierno de Getulio Vargas. De hecho la narración abarca aproximadamente diez años de la vida del personaje: desde el año 1932 hasta 1942, año en que gana el concurso de fantasías como Madame Satá, durante el carnaval. Este elemento es central para la lectura propuesta en este trabajo, ya que es el periodo de procesos modernizadores importantes, cobrando mucha fuerza el nacionalismo y los relatos acerca de ‘lo brasilero’, signados por el blanqueamiento como aspiración social y por la exclusión: “Existen dos Brasil: uno marcado por la voracidad de las oligarquías incrustadas por el poder; el otro está formado por la masa de ex esclavos, labradores, pequeños comerciantes, y obreros. Ellos buscan tierra para trabajar, formación escolar, profesional y empleo en las fábricas.El poder económico e intelectual se mantiene en las manos del primer Brasil, que trata a la masa de brasileños desamparados como contingencia de la mala formación de la raza brasileña. Brasil es como es, según la 
ideología dominante, debido a su formación no hegemónica de blancos europeos, a la indolencia del indio y a la pereza del negro. Estas son las bases ideológicas que llevarán al estereotipo del malandro.”
Esta película tensiona ese relato, presentando un discurso identitario distinto del hegemónico, que lo transgrede y lo desborda, relato excluido de la historia del Brasil. Es en este sentido que el tratamiento de la ciudad, el cuerpo y la narración se convierten en ejes de lectura que se cristalizan en una sub-versión del relato tradicional del malandro como estereotipo de “lo brasilero”, al plantear, en el personaje de Joao una 
resignificación del estereotipo, deconstruyéndolo y volviéndolo un personaje lleno de matices y complejidades.