jueves, mayo 31, 2007


BOTELLAS

Por Pupita La Mocuda

La colonización pedagógica – circunstancia muy distinta a la espontánea incorporación de valores universales a una cultura nacional – es el concepto que utiliza Arturo Jauretche para referirse a la conformación de una mentalidad y un comportamiento que constituye un aparato cultural que evita la creación de un pensamiento propio. De ahí que la crítica a una “cultura” establecida sobre dichas bases, consiste en el primer paso para restituir los valores sumergidos de la cultura colonizada, preexistente o con posibilidades de nacer. Es una beligerancia imprescindible ante la pretensión de seguir imponiendo una cultura marginada de toda elaboración propia. Esto implica una revisión respecto del pasado nacida de la búsqueda de las propias raíces que obliga a restaurar el prestigio de quienes fueron sumergidos por no ingresar a las jerarquías oficializadas y constituye una especie de fe en la genuinidad de lo nacional. La incomprensión de lo nuestro preexistente como hecho cultural o mejor dicho, el entenderlo como hecho “anti-cultural” ha ayudado a que este fuera privado de todos los medios de expresión. Sólo la tradición oral y los hábitos cuya perdurabilidad es lentamente afectada por el cambio de condiciones parecen haber subsistido como factores yacentes de la cultura derogada y con preferencia en aquellos lugares no útiles a los fines concretos perseguidos por la “civilización” en remotos rincones.
¿En qué momento oscuro de la Patria comienza a desdibujarse aquella deliciosa conjunción artística llamada murga, nacida y criada en el seno mismo de las barriadas porteñas? ¿En qué momento deciden los murgueros no dedicarse nunca más a componer sus festejadas críticas o a inventarle nuevos ritmos a los bombos? ¿En qué momento guardan por última vez sus levitas brillosas, sus galeras y sus estandartes en los roperos o los baúles de cartón? ¿En qué momento comienzan a fundirse los platillos de bronce porque ya no serán necesarios el próximo carnaval? ¿En qué momento ya todo recuerdo remite a una foto en blanco y negro en el fondo de un cajón? No lo sabemos con precisión pero seguramente es una de sus horas más tristes y más amargas.
Aunque no todo está perdido. En Buenos Aires tres o cuatro cabezaduras todavía sacan sus murgas un par de décadas después de la debacle, ensayan en sótanos o en terrenos baldíos que se esparcen a lo largo de trazas – dentaduras incompletas – de autopistas nunca construidas. Y el milagro se produce. El subsuelo no ha muerto. Vuelve – sigue volviendo – sublevado e indómito a retomar con orgullo su herencia plebeya y herética, a cautivar las muchedumbres que pareciera que sí, pero que no, nunca han olvidado, que buscan y rebuscan en su memoria conjunta, colectiva, un pasado en común y lo encuentran y lo acunan y lo honran mirando hacia el futuro con la alegría y la esperanza de haber recuperado la murga para ellos y para las generaciones que vendrán. Para siempre.



“-Habría que resucitar al héroe –refunfuñó.
-Si, pero ¿cómo?
-Y, en tu lugar, buscaría en el pueblo la vieja sustancia del héroe. Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria.”
LEOPOLDO MARECHAL: MEGAFON, O LA GUERRA.

2 comentarios:

mariano dijo...

LE PIDO A SAN JAURETCHE KE NOS TRAIGA BUENA LECHE...¡¡¡HOLA PUPISSSSS QUERIDA COMO ANDA CON LA NANA..CUIDATE...CUIDATE..MUCHO MUCHO.BONITO POSTEO,LO VOY A LEER CON DETENIMIENTO,QUERIA SALUDARTE.
VOTAS? O NO ...AY KE FEA ELECCION ,ELECCION ? MMM.

Osvaldo Drozd dijo...

La cultura es un enfrentamiento permanente de fuerzas, que muchas veces uno no sabe bien para donde va a salir disparado. Los que sostienen al poder no dejan de meter orientación al conflicto, y es por esto que tenemos la responsabilidad de orientarlo desde su reverso. Hoy es muy preocupante la construcción de una cultura de enfrentamiento entre sectores populares.

Un abrazo Pupi